Jaime Liévano
Vanguardia Liberal, Bucaramanga
Febrero 28 de 2010
No me siento decepcionado por la decisión de la Corte ya que las razones por las cuales se cayó el referendo reeleccionista obedecen a errores de forma y no de fondo. No me siento decepcionado porque el país quiere al Presidente y reconoce en él lo más importante que le ha pasado a Colombia en los últimos tiempos. No me siento decepcionado porque pese a que no estará él como aspirante a la presidencia, sus ideas y ejemplos están en casi todos los candidatos y creo firmemente que quien habrá de sucederlo, será alguien que siga su derrotero y así lo hará sentir Colombia en pleno. Hoy más que nunca lo necesitamos, aceptando las decisiones de las Cortes y preparando una supervisión permanente de las políticas de Estado a través del inmenso poder que tiene su opinión. Si hay alguien capaz de aunar un partido político fuerte, con trascendencia en el tiempo y con disciplina de partido es él, llámese liberal, Uribista, de centro o como a bien tengan.
Gracias Señor Presidente por permitirnos volver a los campos y a pensar que los empresarios debemos buscar en el sector agropecuario el sitio natural y más noble para hacer las inversiones en busca de la seguridad alimentaria, el equilibrio entre el campo y la ciudad, la posesión pacifica del territorio nacional con una sola autoridad legítima representada en nuestras fuerzas armadas.
Gracias Señor Presidente por ver y actuar frente a la importancia de la infraestructura vial del país, y así en este país haya tanto contratista poco serio, sus resultados son evidentes y el plan de conectar el país con una mejor red viene dando resultados. Las dobles calzadas de las troncales mejorarán la movilidad y por ende los costos del transporte.
Gracias Señor Presidente por pensar que la salud debe dársele a todos los colombianos, y así se diga siempre que se puede hacer mejor, nunca sospechamos qué tantos colombianos especialmente de los estratos menos pudientes llegarán a acceder, como no lo han podido hacer países con mejores ingresos.
Gracias Señor Presidente por enseñarnos que por más difíciles que la circunstancias se presenten, una voluntad férrea como la suya puede más que el poder de unas bandas de malandrines, cualquiera que sea su origen y que la tenacidad debe acompañar siempre las ideas y las acciones para el logro de objetivos nobles.
Gracias Señor Presidente por defender con aplomo y tino la dignidad nacional, sin sometimiento a vociferaciones de vecinos que muy lejos están de buscar el bienestar de la región, y darles ejemplo con su actuar, cuando se ve cómo se atrasan en las condiciones de vida sus gentes contra el mejoramiento que hemos sentido los colombianos.
Gracias Señor Presidente por mostrarnos una mejor forma de hacer política y de participación ciudadana a través del diálogo directo con sus gentes en todos los rincones de Colombia, sacrificando cualquier oportunidad de descanso que no tuvo durante estos años. Lo menos que podemos hacer es esperar que quien lo suceda, tenga su acompañamiento y su consejo permanente. Ojalá que los colombianos hayamos aprendido la lección.
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