Juan Mayr M.
El Colombiano, Medellín
Febrero 25 de 2010
Hoy que la explotación de minerales a cualquier costo está tan de moda en Colombia, es sorprendente que un proyecto criollo logre obtener el premio SEED (Semilla), entre más de mil cien presentados a nivel global, por ser la mejor iniciativa de desarrollo sostenible. Auspiciado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo -PNUD-, el Programa de Naciones para el Medio Ambiente -PNUMA- y la Unión Mundial para la Naturaleza -UICN- y también por el Global Public Policy Institute y el Centre for the Advancement of Sustainable Development Partnerships, así como por los gobiernos de Alemania, Holanda, Reino Unido, España, India, entre otros, el premio SEED es otorgado por primera vez a Colombia y también por primera vez a un proyecto de minería a nivel mundial.
Esto sucedió la semana pasada cuando, con la presencia de los ministros de Minas y Medio Ambiente, la iniciativa Oro Verde, de la cual hace parte una comunidad afrocolombiana de los municipios de Tadó y Condoto en el Chocó, recibió en la sede de Naciones Unidas en Bogotá uno de los premios de categoría Oro por el trabajo de minería artesanal que vienen desarrollando. Una minería social y ambientalmente sostenible. Una minería que no emplea ni mercurio ni cianuro.
Oro Verde nació en el año 2000 como un programa creado por y para las familias mineras tradicionales del Chocó biogeográfico que implementó el primer sistema de certificación de prácticas social y ambientalmente responsables para la extracción artesanal de oro y platino. Los metales de la marca Oro Verde están certificados internacionalmente y son vendidos en nichos de mercados verdes y justos principalmente en Europa y Norteamérica, donde joyeros responsables pagan 15% por encima del precio del mercado. Los excedentes generados pertenecen a las comunidades y son reinvertidos según las decisiones comunitarias. El programa beneficia a 700 mineros artesanales y protege 4.500 hectáreas de bosque húmedo tropical en el Chocó, uno de los 25 ecosistemas más biodiversos del planeta. Oro verde es una alianza de emprendedores de la cual hacen parte, Amichocó, Asocasan, Cocomacoiro y Fundamojarras.
En uno de mis últimos viajes por el Chocó tuve la oportunidad de ver el desastre ambiental y social que la minería irresponsable, sin ningún tipo de control y seguramente ilegal, viene generando en esa extraordinaria región de nuestro país. No es sino recorrer la vía que conduce de Quibdó a Istmina para escuchar, a lado y lado de la carretera, las motosierras talando grandes extensiones de selva tropical para permitir el ingreso de cientos de retroexcavadoras que con sus grandes palas cavan enormes extensiones de tierra, sometida luego al lavado con mangueras a presión para extraer el material aurífero. En este proceso se emplean grandes cantidades de mercurio y cianuro. Algo similar sucede en los ríos donde las grandes dragas, también ilegales, acaban con los lechos de importantes fuentes hídricas. Por fortuna hoy, gracias a una acción judicial, han sido decomisadas y se encuentran parqueadas sobre el río Atrato. Sin embargo el nuevo Código Minero, en uno de sus articulitos, las legaliza por un espacio de dos años, mientras obtienen los permisos del caso. La corrupción y el daño ambiental que produce este tipo de minería son impresionantes. Los ríos y quebradas terminan totalmente contaminados por la sedimentación, el mercurio y el cianuro. Los peces mueren y las comunidades locales son afectadas en su salud e integridad. Lo que queda es un territorio devastado, contaminado e inservible para el futuro.
Por eso el ejemplo de Oro Verde es modelo. Tal como lo explicaba el alcalde de Tadó, durante la ceremonia de entrega del premio, la minería artesanal siempre ha sido un complemento económico para las comunidades locales que, junto con los cultivos de pancoger y la pesca, les ha permitido tener una vida digna. Esta es una costumbre que con la llegada de la minería mecanizada empezó a perderse. Por fortuna un grupo de emprendedores ha logrado demostrar a nivel mundial la importancia de recuperar sus tradiciones y detener la degradación ambiental, social y cultural de una de las eco-regiones estratégicas más importantes de nuestro planeta.
* Ex Ministro de Medio Ambiente
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