jueves, 28 de mayo de 2009

Chile y Colombia: más que un tratado

Por José Amar Amar

El Heraldo, Barranquilla

Mayo 28 de 2009

 

Un centenar de especialistas de Chile y Colombia, durante una semana de trabajo en octubre de 2006, en nuestra Barranquilla, cerraron los aspectos técnicos del acuerdo comercial más completo que se haya firmado entre naciones suramericanas. Presentado oficialmente la semana pasada en Bogotá, permitirá ampliar el comercio, los servicios y las inversiones: el Tratado de Libre Comercio entre Chile y Colombia.

 

Como señaló el Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, en 2008 Colombia exportó unos US$2.100 millones a Chile, mientras que Chile le vendió US$700 millones a Colombia: “A Chile no le importa tener un déficit comercial con Colombia, lo que le importa es que se expanda su comercio; además que se avance en la región en la integración entre los países, especialmente en momentos de crisis económica mundial”.

 

Chile es un país que desde hace más de 20 años le apostó al libre comercio y mantiene 11 tratados de esta clase, incluso con economías tan asimétricas como las de Estados Unidos, China, la Comunidad Europea, Australia y Japón. 

 

Ello ha permitido que este pequeño país de 15 millones de habitantes tenga un mercado real para sus productos de más de tres mil millones de potenciales consumidores.

 

Desde hace 18 años, al restablecerse la democracia, Chile ha iniciado el período más fructífero de toda su historia que ha provocado cambios profundos en la sociedad chilena, en los modos de vida y en las aspiraciones de las personas, consolidando su democracia y fortaleciendo su institucionalidad republicana.

 

Con el fruto de su crecimiento, a través de políticas sociales bien orientadas, Chile es el país con menor nivel de pobreza de América Latina: 13,7%. Desde 1990 hasta ahora aumentó un promedio del 350% su inversión en educación, salud, vivienda y previsión. Hoy, el 75% de los chilenos tienen casa propia con electricidad, agua potable y alcantarillado; el 80% de los estudiantes universitarios son de primera generación; es decir, sus padres nunca asistieron a la universidad. Es una nación donde el principal problema de sus habitantes ya no es salir de la pobreza, sino mejorar su calidad de vida. 

 

El avance chileno de los últimos 20 años, como señaló el expresidente Ricardo Lagos, no es sólo mérito del gobierno de centro izquierda de la Concertación de Partidos por la Democracia. Es igualmente mérito de los trabajadores, que han sabido comprender que el camino a una sociedad con igualdad de oportunidades no tiene atajos ni soluciones fáciles. Es también mérito de los empresarios que han sabido salir a conquistar los mercados mundiales con conocimiento y audacia. Es, asimismo, mérito de los partidos de oposición, que han tenido la claridad para sostener con el Gobierno un acuerdo-país, en el sentido de que la defensa de los intereses de los chilenos y chilenas está por encima de las mezquindades y la politiquería. 

 

Cada día debemos estar más conscientes de que la política internacional influye en la vida interna de nuestros países y también en la vida cotidiana de cada habitante. Hoy es un imperativo actuar con mayor iniciativa para abrirnos al mundo, y una de las formas más eficientes es a través de los tratados de libre comercio. Colombia está dando algunos pasos en esta materia, pero todavía queda mucho por recorrer.

 

Estamos muy rezagados en temas claves para ser más competitivos, como la innovación, la investigación y la construcción de una sociedad más abierta. Estos TLC no son sólo una actividad comercial: debemos entenderlos como instrumentos para construir una nación más inclusiva, donde la educación debe ser el motor central del gran salto hacia adelante. Por lo tanto, el dilema no es si lo podemos hacer, sino que lo tenemos que hacer, si aspiramos a una nación que se nutra de los aportes del mundo global.

 

No hay comentarios: