sábado, 30 de mayo de 2009

Hay que oír a las víctimas

Editorial

El Colombiano, Medellín

Mayo 20 de 2009

Para lograr una paz duradera y estable es esencial escuchar a las víctimas y encontrar los caminos que permitan brindarles verdad, justicia y una reparación integral. Celebramos entonces que el eje central del V Congreso Internacional Sobre Víctimas del Terrorismo, sea oír las múltiples voces de quienes han sufrido las más crueles violencias en el mundo. Medellín tiene hoy y mañana el privilegio de apreciar valiosos testimonios de muchos de quienes a pesar de haber sufrido los rigores de la guerra, han aprendido a perdonar y a comenzar de nuevo a vivir no obstante sus dolores y ausencias.

Es preciso hacer un llamado a la comunidad internacional para que considere a las voces de quienes han padecido las más crueles formas de intolerancia y odios. Son dos días de profunda reflexión para que el mundo avance en su derecho a conocer la verdad sobre sus violencias y proponga soluciones que privilegien la dignidad de las víctimas y su incorporación total a la civilidad, con el pleno ejercicio de sus derechos.

El evento, organizado por la Fundación Víctimas Visibles y la Universidad Sergio Arboleda, reúne a mil víctimas y a seiscientos invitados de todo el mundo, en especial provenientes de países que han vivido el terrorismo, y de otros que han llevado a cabo procesos exitosos de reconciliación: Chile, Argentina, Colombia, México, Estados Unidos, España, Ruanda, Irlanda del Norte, entre otros.


Los temas objeto de la discusión académica dan fiel cuenta de la complejidad que conllevan las negociaciones de paz. Estos son: España, una sociedad y unas víctimas empoderadas. El dolor es el mismo y no tiene fronteras. El secuestro, la esclavitud del siglo XXI. ¿Para qué la verdad? Medellín, del miedo a la confianza. Y los medios de comunicación en la construcción de la memoria.

Los expertos hablarán y seguro tendrán valiosas respuestas que nos permitan a los colombianos encontrar caminos de reconciliación. Pero hay que prestar especial atención a las víctimas, ya que muchas de ellas han vivido edificantes experiencias del perdón y convivencia sin odios. No olvidan, pero han tenido la sabiduría para perdonar.

Aún faltan muchas víctimas por escuchar. El V Congreso busca hacerlas visibles, legitimarlas y reconocerlas, para que sean ellas las que cuenten, con sus propias palabras y gestos, sus dolores y sufrimientos. Es preciso construir una memoria individual y social que permita saber a ciencia cierta qué pasó, y no repetir las historias de guerra, secuestro, desplazamientos y torturas.

Los estudiosos de la paz saben que hay una relación entre la memoria colectiva, la confianza de la sociedad y la posibilidad de una reparación efectiva e integral a las víctimas. Así se resume en el lema del Congreso, tal como lo expresa su directora, Diana Sofía Giraldo: "Colombia tiene derecho a saber la verdad y a construir memoria". Pero todos los colombianos tenemos nuestra propia responsabilidad en el conflicto y en su superación.

Como medio de comunicación no nos es posible sustraernos a la tarea de la construcción de la convivencia pacífica. Estamos en la obligación ética de hacer uso de la prudencia al informar los actos de guerra, y en el deber ineludible de contribuir con la búsqueda de nuestra historia y su registro, teniendo siempre presente el respeto por la dignidad humana.

La presencia de don Felipe de Borbón y doña Letizia Ortiz, en el evento es un importante testimonio de solidaridad. Su férrea condena a todos los actos terroristas, porque "desprecian los más fundamentales derechos humanos", confirman lo que ya bien conocíamos: el extraordinario humanismo de don Felipe y su esposa. ¡Bienvenidos a la ciudad que pasó del miedo a la confianza!

 

 

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