Editorial
El Colombiano, Medellín
Mayo 20 de 2009
Para lograr una paz duradera y estable es esencial escuchar a las víctimas y encontrar los caminos que permitan brindarles verdad, justicia y una reparación integral. Celebramos entonces que el eje central del V Congreso Internacional Sobre Víctimas del Terrorismo, sea oír las múltiples voces de quienes han sufrido las más crueles violencias en el mundo. Medellín tiene hoy y mañana el privilegio de apreciar valiosos testimonios de muchos de quienes a pesar de haber sufrido los rigores de la guerra, han aprendido a perdonar y a comenzar de nuevo a vivir no obstante sus dolores y ausencias.
Es preciso hacer un llamado a la comunidad internacional para que considere a las voces de quienes han padecido las más crueles formas de intolerancia y odios. Son dos días de profunda reflexión para que el mundo avance en su derecho a conocer la verdad sobre sus violencias y proponga soluciones que privilegien la dignidad de las víctimas y su incorporación total a la civilidad, con el pleno ejercicio de sus derechos.
El evento, organizado por
Los temas objeto de la discusión académica dan fiel cuenta de la complejidad que conllevan las negociaciones de paz. Estos son: España, una sociedad y unas víctimas empoderadas. El dolor es el mismo y no tiene fronteras. El secuestro, la esclavitud del siglo XXI. ¿Para qué la verdad? Medellín, del miedo a la confianza. Y los medios de comunicación en la construcción de la memoria.
Los expertos hablarán y seguro tendrán valiosas respuestas que nos permitan a los colombianos encontrar caminos de reconciliación. Pero hay que prestar especial atención a las víctimas, ya que muchas de ellas han vivido edificantes experiencias del perdón y convivencia sin odios. No olvidan, pero han tenido la sabiduría para perdonar.
Aún faltan muchas víctimas por escuchar. El V Congreso busca hacerlas visibles, legitimarlas y reconocerlas, para que sean ellas las que cuenten, con sus propias palabras y gestos, sus dolores y sufrimientos. Es preciso construir una memoria individual y social que permita saber a ciencia cierta qué pasó, y no repetir las historias de guerra, secuestro, desplazamientos y torturas.
Los estudiosos de la paz saben que hay una relación entre la memoria colectiva, la confianza de la sociedad y la posibilidad de una reparación efectiva e integral a las víctimas. Así se resume en el lema del Congreso, tal como lo expresa su directora, Diana Sofía Giraldo: "Colombia tiene derecho a saber la verdad y a construir memoria". Pero todos los colombianos tenemos nuestra propia responsabilidad en el conflicto y en su superación.
Como medio de comunicación no nos es posible sustraernos a la tarea de la construcción de la convivencia pacífica. Estamos en la obligación ética de hacer uso de la prudencia al informar los actos de guerra, y en el deber ineludible de contribuir con la búsqueda de nuestra historia y su registro, teniendo siempre presente el respeto por la dignidad humana.
La presencia de don Felipe de Borbón y doña Letizia Ortiz, en el evento es un importante testimonio de solidaridad. Su férrea condena a todos los actos terroristas, porque "desprecian los más fundamentales derechos humanos", confirman lo que ya bien conocíamos: el extraordinario humanismo de don Felipe y su esposa. ¡Bienvenidos a la ciudad que pasó del miedo a la confianza!
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