miércoles, 20 de mayo de 2009

Del frente a la reserva

Editorial

El Tiempo, Bogotá

Mayo 19 de 2009

 

Tal como lo esperaban los observadores políticos, en la mañana de ayer el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, hizo pública su carta de renuncia a la cartera que ocupó por espacio de 34 meses. Con la salida del funcionario queda prácticamente completo el abanico de quienes podrían aspirar a la Presidencia de la República en mayo del 2010.

 

Falta, claro está, la definición más importante de todas: la de Álvaro Uribe. Debido a ese elemento de incertidumbre, Santos dijo que su eventual candidatura depende de la decisión que tome el Jefe del Estado. Así, su nombre pasa a engrosar la lista de reservistas del uribismo. Solo en caso de que el actual inquilino de la Casa de Nariño opte por no repetir en el cargo que ocupa, el saliente miembro del gabinete pasaría de la retaguardia a la vanguardia.

 

Si eso fuera así, Santos tendría una clara posibilidad de suceder a Uribe, como lo muestran diversos sondeos. Es la primera vez, desde cuando renunció a la carrera periodística que había hecho en esta Casa Editorial, que las encuestas le conceden tan altos niveles de reconocimiento y de imagen favorable, aparte de darlo como vencedor hipotético frente a otros aspirantes.

 

Ese avance, sin lugar a dudas, tiene que ver con su desempeño en el Ministerio de Defensa. Sin desconocer que ya había ocupado otras carteras, como la de Comercio Exterior o Hacienda, es claro que en un país como Colombia el tema de la seguridad es una de las principales preocupaciones de los ciudadanos. Ese hecho asegura un intenso cubrimiento de los medios de comunicación, que aumenta si las cosas salen bien.

 

Y el balance de Juan Manuel Santos es ampliamente positivo. Operaciones espectaculares, como la que condujo al rescate de Íngrid Betancourt y 14 secuestrados más, muestran el talante de una persona dispuesta a tomar riesgos, pero que no le apuesta todo a la suerte, sino a la preparación. Así ocurrió con el ataque que desembocó en la muerte de 'Raúl Reyes', que es el golpe militar más fuerte sufrido por las Farc en casi medio siglo de existencia. A pesar de que el bombardeo condujo al rompimiento de relaciones diplomáticas con Ecuador y a una fuerte censura regional, lo conseguido fue particularmente valioso, sobre todo en el campo de la inteligencia.

 

Pero, aparte de esos eventos, el daño hecho a la guerrilla fue muy grande. Además de miles de desmovilizados, alias de recordación siniestra como 'JJ', 'Hugo Sandoval', el 'Negro Acacio', 'Martín Caballero', 'Martín Sombra', 'Karina', 'Jurga Jurga', el 'Paisa', 'Felipe Rincón', 'Santiago', 'Mariana Páez', el 'Negro Antonio' y 'Gaitán' no volverán a los titulares, al haber sido dados de baja o capturados.

 

Hay que destacar, igualmente, el manejo de los asuntos internos del Ministerio, que, con un presupuesto de 18,9 billones de pesos en el 2009, concentra buena parte del esfuerzo fiscal del país. No solo hay que saludar la reorganización hecha, sino la integración de un equipo de primera línea y la vinculación de un comité asesor de personas sin tacha para ayudar en temas como las compras de equipo.

 

Para sus detractores, el peor lunar de Santos lo constituyeron los 'falsos positivos', que condujeron a la muerte de colombianos humildes por parte de miembros del Ejército, para ser presentados como bajas en combate. La ironía es que fue el ministro, junto con el comandante de las Fuerzas Militares, general Freddy Padilla, quien pregonó a los cuatro vientos la importancia de la transparencia y del respeto a los derechos humanos. También fue criticado por su tendencia a crearle líos diplomáticos al país con sus vecinos.

 

Pero ello no demerita el éxito de una gestión. Falta ver si, gracias a lo hecho y con su conocida habilidad y capacidad de trabajo, Juan Manuel Santos logra convencer a los electores de que merece ser el sucesor de Uribe, en caso de que este no pueda o no desee aspirar a un nuevo mandato.

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