sábado, 23 de mayo de 2009

El antiuribismo

Por: Luis Carvajal Basto

Espectador, Bogotá

Mayo de 2009

¿A qué horas la política en Colombia se redujo a decidir una posición frente a un Presidente que no ha dicho si va a presentar una nueva candidatura?

A este punto ni el mismo Álvaro Uribe ha resuelto su dilema. Lo más preciso que expresa es que a nivel personal le parece inconveniente, pero institucionalmente puede ser una necesidad. Quien conozca  algo acerca del costo personal y familiar del ejercicio del gobierno,  encontrará mucho de verdad en lo que dice el Presidente.

Mientras tanto, la coyuntura política tiene a la reelección como el único referente, lo cual se entiende en la clase política (Congresistas etc.) cuya supervivencia depende de colocarse del lado ganador en las presidenciales. En una reacción bastante elemental, pero explicable, la “oposición” ha centrado sus propuestas en descalificar pero no se ocupa en proponer nada que merezca debatirse.

 

El Anti-Uribismo cuestiona bien poco de las políticas de gobierno y  bastante de los desaciertos  familiares del Presidente. Sus acuerdos no se dan en torno a propuestas o programas sino a procurar que  Uribe no se presente (¿Sera porque les gana?), para lo cual hacen alianzas de competidores que hasta hace poco parecían imposibles.

 

¿Qué tienen en común el ex Presidente Gaviria, quien realizó una necesaria apertura en la economía, y los proteccionistas ultras del Polo, que claman contra el TLC?, O entre estos, quienes hacen barra a las sucesivas reelecciones de Chávez pero condenan la de Uribe,  y el ex Presidente Pastrana? Pues la animadversión al mismo Álvaro Uribe, de quien el doctor Pastrana fue Embajador.

 

Si señalan como  engaño a la Constitución  el intento por las vías legales, de una nueva reelección, lo cual parece más una carta del gobierno que una decisión tomada, ¿no es peor desinstitucionalizar como lo hacen quienes por anticipado sindican públicamente a la Corte Constitucional prejuzgar, como lo hizo el ex Presidente Pastrana? Porqué no dicen nada frente a los señalamientos de este, los que recientemente se han convertido en adalides de la Justicia?

 

Por el lado de los llamados independientes, la cosa no es menos pobre. Destaca entre ellos el candidato Fajardo que a veces es anti Uribista y a veces no, a conveniencia, y de quien se conoce más su “pinta” que antecedentes y propuestas. Este candidato, como la pobre viejecita, se queja  de poca exposición en los medios, pero el domingo pasado, por ejemplo, apareció en el diario El Tiempo, en Semana, y  en esta misma revista, que ahora editorializa contra otra reelección,  una columna titulada “Porqué no Fajardo en 2010?”.Gracias a eso va adelante en las encuestas casi sin abrir la boca, así que si no hay tercera reelección, los colombianos podrían elegir un Presidente del que la mayoría conoce solo sus bluyines.

 

Si hacemos una evaluación a fondo de lo ofrecido frente a lo conseguido por Uribe, este sale ganando y es lo único que explica el respaldo popular mayoritario que es el soporte de una nueva reelección, a pesar de la artillería que ha recibido desde todos lados. El argumento de defender la Constitución queda auto-desvirtuado por la forma politiquera con que los opositores recurren a él, como  se vio en el caso del doctor Pastrana.

 

Pero ¿Por qué es mejor el anti Uribismo por ver que otra reelección, también por ver? Seguramente porque ambos se basan en suposiciones  y en campo de la especulación es posible cualquier cosa. Lo lamentable es que nuestra política se volvió eso.

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