jueves, 28 de mayo de 2009

Tráfico de versiones

Por José Félix Lafaurie

El Tiempo, Bogotá

Mayo 28 de 2009

 

Durante décadas, los ganaderos fueron víctimas de la extorsión por parte de la guerrilla y los paramilitares, que nos obligaron a pagar por nuestro derecho a la libertad, a la vida y al trabajo. Hoy, cuando hemos recuperado la seguridad en el campo, empezaron a ser víctimas de una nueva extorsión para no ser incluidos en las listas de quienes rinden versión en el marco de la Ley de Justicia y Paz. Están en juego, una vez más, nuestra libertad, nuestro buen nombre y nuestra vida inclusive; pero los ganaderos no cederemos a tan burdo chantaje.


Tengo que decir que lo había advertido públicamente. Alerté al gremio sobre ello cuando, además, acepté la responsabilidad colectiva que pudiera corresponder a los ganaderos por el pago a que se vieron obligados, ante la falta de protección del Estado. 


Puede ser cierto que la gran mayoría de los cerca de 500.000 ganaderos estuvieron sometidos a la contribución extorsiva de los paramilitares, y también de los guerrilleros, sin que se pueda predicar por ello que auspiciaron a unos o a otros, o que tuvieron "relaciones" de las que hoy persigue la justicia a partir de las versiones de los desmovilizados.


La Ley de Justicia y Paz, con todas sus enormes ventajas, tuvo también sus falencias. Entendíamos que había términos para confesar y entregar bienes, so pena de exclusión si, concluido el plazo, se comprobaban delitos no confesados y bienes no entregados. Pero no. Estamos ante un carrusel de versiones sucesivas, de verdad por entregas, al vaivén de las conveniencias del versionado, que hoy confiesa y mañana se retracta; hoy recuerda que habló con fulano y mañana que lo hizo con zutano, y apela a todos los medios para habilitar su retractación si hay pago de por medio. En ese entorno perverso, se ha dado paso a una nueva conducta delictiva: el tráfico de versiones y de testigos, para chantajear a la clase política primero, y ahora a los empresarios, exigiendo dinero para no vincularlos en sus declaraciones. 

Habíamos advertido que la ley podría traer consigo una cacería de brujas, una oleada de desinformación y señalamientos injustos. Son muchos los casos probados de delincuentes que hoy dicen y mañana se desdicen para obtener ventajas, o como parte de truculentas celadas que han tocado, inclusive, al Presidente de la República.


Se podrá decir que "el que nada debe, nada teme", pero hoy no es así; el que nada debe, que también tema, ante la posibilidad del señalamiento infame y sin sustento. Por ello, muchos ciudadanos inocentes se pueden dejar amedrentar, sobre todo en las zonas donde los hoy versionados ejercían control con desfachatez y bajo la mirada gacha del Estado. 


En la Costa Caribe, el asunto se ha salido de madre. En Cartagena, Barranquilla y, ahora, en Santa Marta y Valledupar, todos los días circulan listas de empresarios y gentes del común sujetos a extorsión por mafias de abogados y versionados.


Y qué mejor que un ganadero para acusarlo gratuitamente de paramilitar, si el gremio carga todavía con ese estigma, por el hecho de haber vivido y trabajado en medio de la violencia que azotó al campo durante las últimas décadas. De esa violencia fueron víctimas. Son largas las listas de ganaderos secuestrados, asesinados y extorsionados por guerrilleros y paramilitares, para que ahora terminemos extorsionados una vez más, bajo la amenaza de ser mencionados por uno cualquiera de los desmovilizados. 


Acatamos los fallos de nuestra justicia y respaldamos la Ley de Justicia y Paz, pero consideramos inaceptable que, sin que medie prueba alguna, más allá del testimonio de un criminal, se pueda vincular a una persona y hasta dictar orden de captura. Y resulta más aberrante que, gracias a ello, se esté conformando una mafia dedicada al tráfico de versiones. El gremio ganadero reitera su posición de colocar en el Estado la responsabilidad total de la defensa de los ciudadanos, porque el país no se puede volver a equivocar. Los ganaderos, víctimas de la extorsión durante casi medio siglo, no lo serán más, por cuenta de nadie. Ni el presidente de Fedegán, ni los ganaderos que el gremio representa, se dejan extorsionar.

 

Presidente de Fedegán*

 

No hay comentarios: