miércoles, 20 de mayo de 2009

Los grandes problemas

Por John Naranjo

La República, Bogotá

Mayo 20 de 2009

Con diferencia de pocos días fueron publicados dos documentos sobre nuestros avances económicos y sociales.

Uno trata sobre resultados del Plan Nacional de Desarrollo en el período 2002-2008 elaborado por el DNP, y otro preparado por la Cepal para la Cumbre de las Américas 1994-2009, en el que registra la evolución de los principales problemas de los países de America Latina durante los últimos años.

El de Planeación es un buen informe, pues además de divulgar a la opinión pública el estado en que se encuentran los programas del Gobierno, se convierte en un monitoreo periódico que permite aproximarse a descubrir la eficiencia con que se están gastando las apropiaciones presupuestales. Señala (por la seriedad de la fuente hay que creerle) que el Gobierno cumplió en promedio el 94,2% de las metas para el 2008, lo que se puede considerar un buen desempeño y buena noticia, en medio de tantas negativas. 

Empieza con los resultados positivos en la política de Defensa y Seguridad Democrática; por ejemplo la reducción en atentados terroristas, homicidios, secuestros, desplazamientos forzados y lucha contra el cultivo de coca, son factores claves que, para cualquier observador imparcial, explican buena parte del aumento de la inversión y del crecimiento económico del país.

Sigue con los programas para reducir la extrema pobreza y mejorar la equidad, como son la garantía de acceso a servicios de salud; subsidios para educación, alimentos y servicios públicos domiciliarios, y créditos por la Banca de las Oportunidades. En todos estos indicadores, el informe consigna evoluciones positivas. Desafortunadamente, la metodología del Gobierno para estimar la evolución del porcentaje de pobreza en Colombia aún no la conocemos. Es el capítulo con el menor cumplimiento de la meta, 86,5%.

Como se ve, se avanza en la dirección correcta en muchos programas pero los retos que tenemos como sociedad son enormes y no se puede perder tiempo. La Cepal nos compara con los vecinos en gran número de temas, pero por espacio valdría la pena resaltar solo algunos en los que no salimos bien librados, a pesar de los progresos:

• En una lista de 32 países de América Latina, nuestro PIB per cápita, US$ 4.469, ocupa el puesto 18. Chile, uno de los primeros, tiene US$ 9.872.

• En apertura comercial con el resto del mundo ocupamos prácticamente el último puesto.

• En extrema pobreza o indigencia tenemos uno de los porcentajes más altos de la región, 20%, muy superior al 12% de Ecuador y 9% de Venezuela. Además estamos retrasados en el cumplimiento de la meta del Milenio: 10% de indigencia antes de 2015.

• En distribución del ingreso tenemos, con Brasil, el indicador más inequitativo con relación al resto del grupo. 

• Mostramos el mayor índice de desempleo abierto y de informalidad cuando nos comparamos con otros países del continente; solo República Dominicana y Surinam están peor. 

• Finalmente, nuestro gasto en investigación y desarrollo como porcentaje del PIB, 0,2%, es de los más bajos, e inferior al de Brasil, Chile, Argentina y México.

Estando las cosas así, y ante la perspectiva de que el futuro próximo no abunde en bonanzas, muchos nos preguntamos: ¿qué está haciendo el Gobierno y el Legislativo para enfrentar los grandes retos? Sabemos de los debates sobre parapolítica, pirámides, etc. Pero no se oye nada para convertir la Seguridad Democrática en Política de Estado a cumplir por cualquier Presidente en ejercicio; tampoco nada relevante sobre informalidad laboral, reformas tributarias estructurales, el problema pensional, el de la educación superior, el judicial y el de infraestructura. ¿Sería mucho pedir a nuestros dirigentes que dediquen su tiempo a estos temas, a expensas de otros muy llamativos políticamente?

 

 

 

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