Los peligros del reino ermitaño

Editorial

El Colombiano, Medellín

Mayo 27 de 2009

El segundo ensayo nuclear de Corea del Norte desencadenó duras críticas de la comunidad internacional y reafirma que el programa de armas nucleares norcoreano es una amenaza a la seguridad internacional. El mundo no está para tolerar este tipo de amenazas justo cuando los líderes mundiales caminan en la construcción de un Planeta mejor

Corea del Norte es para miles de colombianos un viejo recuerdo de un país remoto, en donde soldados del Batallón Colombia tuvieron que librar algunas batallas que fueron importantes eslabones en el desarrollo de la Guerra Fría. Las tropas comunistas de Pyongyang, apoyadas por rusos y chinos, pretendieron infructuosamente invadir para anexarse a Corea del Sur, que fue respaldada por Estados Unidos y otros 14 países, entre ellos el nuestro.

Murieron más de 200 colombianos y otros mil quedaron heridos. Fue un saldo trágico para el Batallón Colombia, pero se logró detener la avanzada comunista sobre la estratégica península coreana. Desde ese momento, Corea del Norte, se ha encriptado en una absurda política interior denominada "Juche", que consiste en acentuar un discurso político nacionalista para no depender de los demás Estados y restringir la entrada o salida del país.

La prensa, al igual que todas las comunicaciones, es controlada por el gobierno dictatorial de Kim Jong-il, hijo de Kim Il Sung, quien manejó el país desde 1948 hasta 1994 cuando falleció. Corea del Norte no pertenece al Fondo Monetario Internacional ni al Banco Mundial, de allí que no se conozcan las verdaderas cifras económicas de lo que efectivamente sucede en ese país, casi medieval.

Lo poco que se sabe del régimen de Pyongyang llega a través de los millones de norcoreanos que viven en China o en Corea del Sur, desplazados por la mano dura uno de los últimos comunistas de línea estalinista que sobreviven en el mundo. Lo cierto es que con el fracaso del comunismo euro-asiático, cayeron casi todas las ayudas económicas de Beijing y Moscú, generando la llamada "diplomacia de la amenaza" impartida por Kim Jong-il.

Nadie les que a los norcoreanos que su programa nuclear sea disuasivo y esté diseñado para una eventual defensa, lo que ha desatado confusión entre las grandes potencias. Hoy por hoy la nación asiática posee gran capacidad para la fabricación de armamento atómico y en 2006 realizó una prueba con un dispositivo nuclear. En ese momento su "pacificibilidad" fue intercambiada por alimentos, ya que la región había sido víctima de grandes inundaciones y de un largo período de hambrunas.

Pero ayer, desafiando a todo el mundo, llevó a cabo con éxito un segundo ensayo nuclear, consistente en una explosión subterránea. Simultáneamente realizó el lanzamiento de por lo menos tres misiles tierra-aire de corto alcance que amenazan a los países vecinos de Corea del Sur y Japón.

No es raro que la nube gris espesa que se posa sobre Pyongyang, cuando se trata de ver desde Google Earth, sea una elocuente forma de describir lo que sucede en ese país, bien entrada la primera década del siglo XXI. Corea del Norte está gobernada por un régimen huraño que desafía al mundo desde un reino ermitaño, tal como lo escribió recientemente la revista The Economist.

Hoy el mundo no está para tolerar este tipo de amenazas ni a tiranos desafiantes, justo cuando los líderes mundiales, poco a poco, trabajan por hacer del Planeta un mejor sitio en donde podamos vivir todos en paz.