lunes, 25 de mayo de 2009

Hemos cumplido

Por José Félix Lafaurie

La República, Bogotá

Mayo 25 de 2009

El próximo 29 de mayo, en la Asamblea General de la Organización Internacional de Epizootias en París, Colombia recibirá la certificación de libre de Fiebre Aftosa con vacunación para la última gran zona del país,...

...que comprende los departamentos de Cundinamarca, Boyacá, Meta, Casanare, Arauca y Vichada. Es una noticia que emociona realmente a todos los ganaderos colombianos, por la carga de trabajos y sinsabores, y por el alto componente de reto que incorpora dentro del proceso de modernización que hemos plasmado en el Plan Estratégico de la Ganadería Colombiana 2019. Por ello no puedo menos que exclamar entusiasmado: ¡Hemos cumplido!

Han pasado 14 años desde nuestras primeras aproximaciones para hacer un trabajo conjunto con el ICA como autoridad sanitaria, y 12 desde la expedición de la Ley 395 de 1997, que declaró la erradicación de la enfermedad como prioridad sanitaria y asunto de interés social nacional. Y desde entonces, nos propusimos aplicar nuestro esfuerzo y nuestros recursos a través del Fondo Nacional del Ganado, para alcanzar la meta de la erradicación total. 

Le hemos cumplido a los ganaderos, porque sus productos podrán salir a los mercados internacionales y superar los US$ 1.000 millones en exportaciones ganaderas que ya alcanzamos durante 2008; al Gobierno Nacional, porque el modelo colombiano de erradicación, con el aporte de los recursos ganaderos y la concertación entre el sector público y el privado, no sólo apalancó en forma sustantiva los esfuerzos del Estado en el cumplimiento de sus responsabilidades sanitarias, sino que se ha convertido en ejemplo y ha merecido reconocimiento internacional; al país porque hemos generado empleo y dinamizamos, con nuestra demanda, la industria productora de vacunas; y a los consumidores colombianos, porque la erradicación de la enfermedad no es sólo un asunto de intereses comerciales, sino de responsabilidad social ganadera para llevar productos de alta calidad a nuestros compatriotas. 

Y para alcanzar esa meta, aportamos no sólo la disciplina y el esfuerzo de los ganaderos, sino recursos del orden de $500.000 millones, que incorporan un enorme costo de oportunidad frente a su inversión en otras prioridades no menos apremiantes de la ganadería.

Por ello, los ganaderos tenemos derecho ahora a esperar resultados, lo cual no será fácil sin el apoyo económico, político y diplomático del Estado, para que nuestros productos puedan llegar efectivamente a los mercados internacionales de mejor precio, pues no es posible, por ejemplo, que hayamos obtenido una certificación internacional de un organismo multilateral competente y adscrito a la OMS, y esa certificación no tenga valor alguno en países como E.U. 

Y, por supuesto, también demandamos el apoyo del Gobierno para que el mercado interno premie la calidad de la carne y la leche a través de canales formales de procesamiento y distribución, y no de la informalidad que aún reina en detrimento de los ganaderos. 

Los ganaderos seguiremos trabajando en la construcción de la nueva ganadería colombiana, moderna, competitiva y solidaria. Y en este campo de la erradicación de la Fiebre Aftosa, el llamado es a no bajar la guardia, pues un paso atrás puede tener consecuencias desastrosas. 

Aún nos queda una mínima porción por certificar en la zona fronteriza con Venezuela, porque nuestros vecinos no han puesto el mismo empeño ni se han comprometido con los acuerdos internacionales. Ahí también necesitamos el apoyo político y diplomático de nuestro Gobierno. Pero el mensaje hoy es de gratificación por lo alcanzado y de constancia en el esfuerzo. Hay que vacunar mientras sea necesario para conservar la nueva y preciada condición. La consigna sigue siendo la de hace 14 años: Colombia sin Aftosa, Un propósito nacional.

 

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