Por Saúl Hernández Bolivar
El Mundo, Medellín
Mayo 18 de 2009
El papel que cumplieron en su momento la madre de Íngrid Betancur y otros parientes, al igual que algunos ‘comités’ creados en Francia para presionar al Gobierno de Colombia y no a sus captores, es el mismo que desempeñan, hoy en día, el profesor Moncayo, Piedad Córdoba y el autodenominado grupo de ‘Colombianos por la paz’.
¿Para qué liberan las Farc al cabo Moncayo? Decir que la liberación no es una filigrana de malicia política sino un acto humanitario, es faltar a la verdad. Con él fue secuestrado otro cabo del Ejército, Libio Martínez, pero este no tiene un padre que se haya recorrido a pie medio país echándole el agua sucia al Gobierno, ni viajado al extranjero a lo mismo, ni insultado al Presidente de
Claro que en la época en que el profesor Moncayo visitó el Caguán no había otro gobierno de facto que las Farc, por lo menos en el sur del país.
El presidente de entonces les desocupó de oficio
Volviendo al tema, estamos en época preelectoral en Colombia, momento clave para quienes están en la brega de profundizar a como dé lugar su modelo de socialismo totalitario en todo el continente. Ellos no van a escatimar esfuerzo para acabar con Uribe y sus políticas de gobierno. Chávez se ha metido a todos los países con candidato propio: eligió a Evo en Bolivia; a Correa en Ecuador; a Ortega en Nicaragua; a Funes en Salvador; a Colóm en Guatemala; al obispo Lugo en Paraguay; a la señora Kirchner en Argentina; y lo intentó con Humala en el Perú y con López Obrador en México…
Los petrodólares de Chávez han corrido a raudales en época de elecciones y Colombia no va a ser la excepción. Chávez comprende que si hay algo que se ha atravesado en sus planes de expansión en Colombia, ese algo son precisamente las guerrillas y más concretamente las Farc. Por eso hay que mostrarse dóciles y hacer ver que el Gobierno es intransigente. Ahora Piedad Córdoba ofrece una imagen apacible que dista mucho de ese basilisco que se paseaba por distintos foros vomitando fuego contra el Gobierno. Las últimas liberaciones, y su calculada dulzura, le han dado figuración en las encuestas, y algunos ingenuos creen que el haberse apartado de la consulta del Partido Liberal es un gesto de grandeza. No, quien sea candidato(a) del chavismo no se va a aliar con un partido que representa la ‘oligarquía’ que el socialismo aborrece. Y ella llena todos los ‘requisitos’ para representar esa vertiente política.
Las Farc les entregan secuestrados a personas en las que por obvias razones confían, por lo que no hay mérito alguno, y pretenden que les agradezcamos el favor de la liberación y hasta del secuestro mismo. De contera, terminan los intermediarios favoreciéndose de un acto despreciable disfrazado de humanitario.
Recordemos, además, que al cabo Moncayo lo liberan porque cayó mal el intercambio de huesos que propuso la guerrilla; los del oficial Julián Ernesto Guevara, muerto en cautiverio, a cambio de los del terrorista ‘Raúl Reyes’. Apelaron, entonces, a hacer un show con el hijo del profesor. Ojalá no les salga tan mal como el de Íngrid, que llegó hablando pestes de la guerrilla y alabando al Gobierno… A doña Yolanda le tocó quedarse calladita.
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