domingo, 25 de octubre de 2009

De columnistas y columnas

Enrique Santos Calderón

El Tiempo, Bogotá

Octubre 25 de 2009


Como ex director o columnista de este diario, como presidente de la SIP o como simple periodista, la salida de Claudia López es -aunque manido- tema obligado para el suscrito. Más aún cuando fui la persona que hace tres años la invitó a escribir en estas páginas.

Y no me equivoqué, porque se incorporó a una valiosa investigadora y analista frentera de la realidad nacional. Pero no puedo decir que me sorprendió lo sucedido. Ni que, como director, me hubiera cruzado de brazos ante un escrito como el que ocasionó la cancelación de su columna.

La forma es discutible, pero el fondo es claro. Tiene que ver con reglas del juego elementales de este oficio, que no requieren manuales de estilo ni códigos de ética para entenderlas. El caso de Claudia no es sobre libertad de expresión (siempre la ha tenido), sino sobre el consenso mínimo que tiene que haber entre el periódico y quienes en él escriben.

Una cosa es que un columnista tenga posiciones políticas contrarias al medio en el que escribe y las pueda expresar. Aquí esto se practica hace tiempos. Otra cosa es que descalifique ética y profesionalmente al medio donde escribe porque tiene posiciones políticas distintas de las suyas. Y que lo considere una fábrica de informaciones sesgadas para obtener beneficios políticos y económicos. Claudia tuvo la libertad de hacerlo. Como la tiene el diario para retirarle la invitación para escribir en sus páginas.

Sobre el tema de su columna, tal vez no sobre recordar que EL TIEMPO fue el primer medio en denunciar en el 2006 los 'falsos positivos' (incluso en acuñar el término), lo que produjo enérgicas alocuciones del presidente Uribe y del ministro de Defensa Santos desmintiendo a la Unidad Investigativa (que luego obtuvo el Premio Simón Bolívar por ese trabajo). También fue el primero en hablar del fracaso del plan de tierras del Gobierno y del caso Carimagua.

Nada de eso, ni las decenas de artículos sobre Agro Ingreso Seguro, tuvo en cuenta Claudia López en su drástico juicio sobre este periódico. No son comunes en el mundo de la prensa -no conozco al menos- casos de columnistas que descalifiquen de tal modo el medio donde escriben. A menos que estén halando deliberadamente la pita o provocando su renuncia. Fue lo que por lo visto entendió el director, Roberto Pombo, en su decisión de cancelar la columna.

Le pregunté por la forma tan perentoria y me respondió que no fue gratuita, porque se trataba de una declaración pública de principios, que buscaba no solo dirigirse a Claudia sino notificar a columnistas y lectores sobre las fronteras en este terreno. Y como muestra de que no hay censura a una línea de pensamiento, me dijo que aumentó la frecuencia (de quincenal a semanal) de la columna de León Valencia, socio intelectual de Claudia López.

Más allá de este caso puntual, la realidad es que los columnistas son de libre nombramiento y remoción. Suena feo, pero así es. Si el medio se equivoca al quitar alguno, lo paga con la pérdida de lectores. Y es evidente que a muchos les supo a cacho la salida de López.

Pero también es claro que las reacciones más sonadas ante el hecho tienen un tinte más político que de análisis de un caso de prensa. La crispación de los ánimos con el debate electoral en ciernes y la posible reelección de Uribe vuelven el caso un tema de campaña. Y jugoso motivo para darle palo a EL TIEMPO, que es un viejo pasatiempo nacional (a veces hasta lo entiendo ante papayazos como el de tener a socios y antiguos directivos metidos en la política y el Gobierno).

De los ríos de tinta que han corrido, me identifico con lo que han escrito columnistas como Héctor Abad y Yolanda Reyes. Y comparto lo dicho por Daniel Samper en el sentido de que los problemas de percepción que hoy enfrenta EL TIEMPO (más que por lo de Claudia, por los casos de Juan Manuel y Francisco Santos o la licitación del tercer canal), solo se superarán con la práctica de un periodismo serio, sólido e implacablemente independiente.

El duro y complejo periodo político-electoral que se avecina será la mejor ocasión para demostrarlo.

1 comentario:

Unknown dijo...

Que bueno que hayan hablado del tema y romper ese silencio. Esperemos que los que se queden con el tercer canal sean más independientes porque no está bien que los mismos se queden con todo