domingo, 25 de octubre de 2009

Seguimos con la estupidez agropecuaria

Jaime Liévano

Vanguardia Liberal, Bucaramanga

Octubre 25 de 2009

No sé por qué cuando se abre cualquier debate, lo primero que se les ocurre es empezar con una frase de cajón acerca de los pobres y los ricos. Obviamente, es mejor que no haya pobres y como su definición es relativa, se puede acabar con ellos acabando con los ricos, en cuyo caso podremos ser todos miserables y condenar a las futuras generaciones, pero eso sí, sin pobres ni ricos. Toda medida legítima que se adopte en el mundo, lleva implícito el sentido de beneficio y seguramente pueda beneficiar más a unos que a otros; sin embargo, lo importante es que este beneficio sea lo más general. Una carretera no se puede dejar de hacer porque pasa por las tierras de fulano que se beneficiaría más que un usuario que sólo pasa cuando se tiene que movilizar y no beneficia a quien nunca pasa por allí.

Cuando hablamos de la producción de alimentos, dice la FAO, encargada de estudiar el equilibrio alimenticio del mundo, dónde y cómo se debe impulsar la producción agropecuaria. Así, define claramente que debe ser donde exista buena tecnología, con todas las normas de calidad y seguridad alimentaria, se tengan costos competitivos de producción, conservando el medio ambiente y donde la tierra, el clima y el agua se encuentren disponibles. Está hablando, sin más ni menos, de una escala de producción que lo permita, porque no se trata solamente del bienestar de los productores, sino principalmente de los usuarios que requieren productos de buena calidad a precios que sus bolsillos les permitan acceder.

Cuando estas condiciones no se dan en un país, hay que propiciarlas e impulsarlas y salen los críticos de oficio a descalificar los apoyos porque se beneficia más a unos que a otros. Se trata de impulsar donde se puede y no donde no van a tener resultados. ¿O creen los lectores que si repartimos equitativamente la tierra, en cuyo caso a cada colombiano le tocan tres y algo de hectáreas, se habrán solucionado los problemas de tierra y de comida? Aprendamos del caso de México, que por la defensa exclusiva del pequeño agricultor y la adopción de un sistema de tenencia de tierras tan complicado como el de Colombia, se hizo no competitivo en los granos, creyendo como Fenavi que lo mejor era importar los granos de USA sin aranceles, por lo que no propiciaron la competitividad agrícola y hoy, sólo en el caso de los cerdos, importa ya la mitad de su carne del país del norte. Perdieron el mercado, la oportunidad de los empleos de esta agroindustria y la seguridad alimentaria depende de la volatilidad de los precios de los bienes llamados comodities.

China esta revirtiendo el sistema de propiedad porque no puede llenar los requisitos de control de la calidad de los alimentos y le está costando mucho trabajo mejorar la productividad en la medida en que los ingresos de los trabajadores del campo se incrementan. Sin embargo acá, opinadores desconocedores de la realidad y sordos a comentarios que les huela a defensa del sistema o del gobierno, pontifican desde un escritorio, pero cuando salen a comer, exigen que la calidad de la comida y su precio se acomode, sin ayudar a lograrlo. Esto hace parte de nuestra estupidez agropecuaria.

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