sábado, 24 de octubre de 2009

Medios e ideologías

Paloma Valencia Laserna

El País, Cali

Octubre 24 de 2009

Las noticias sobre la libertad ideológica en los medios han sido muy intensas últimamente. Por una parte, los asesores de Obama dijeron que ‘Fox News Channel’ era un programa de opinión disfrazado de programa de noticias y un apéndice del Partido Republicano. Hace pocos días, el presidente Obama lo comparó con un programa de comentarios de radio. Así que Fox está siendo excluido de las entrevistas del Presidente y su gobierno; Obama visitó todos los programas de domingo, excepto el de Fox. El argumento es que Fox hace parte de la oposición y debe ser tratado como oposición y no tiene, pues, legitimidad como cadena de noticias.


Los comentaristas de ese canal critican sin piedad al Gobierno, por ejemplo uno de los comentaristas dijo sobre el Premio Nobel de Paz que era una “farsa” y una “vergüenza nacional”. Pero sostiene Fox que es necesario distinguir las noticias, que son equilibradas, de los comentaristas, cuyos programas construyen opiniones. Para ellos, la estrategia de la Casa Blanca es un mecanismo para aislar la crítica y desacreditarla.


Por supuesto que es incómodo para un gobierno un canal que sólo realza lo que no funciona y hace de sus éxitos, fracasos. Pero hay cuestiones que subyacen al debate y lo transforman. El Gobierno puede usar mecanismos válidos -negar entrevistas- para ‘castigar’ a ciertos medios, pero recordemos que en Colombia hubo gobiernos que, para controlar la crítica, cortaron la pauta estatal -válidamente- y causaron el cierre de tales medios. Además, si en este caso que el Gobierno decida qué es noticia y qué no no tiene repercusiones significativas -el canal sigue y seguirá operando-, sí puede legitimar gobiernos que con criterios semejantes cierran medios.


La diferencia entre la libertad de expresión y la libertad ideológica es pequeña. Aquella se refiere al derecho de expresar opiniones, en tanto ésta se refiere a cómo se interpretan los contenidos y la decisión de un medio de tener una línea política.


El tema nos acerca al debate sobre la salida de la columnista Claudia López de El Tiempo por un escrito donde acusaba al periódico de no ser objetivo en el tratamiento de Arias y de estar comprometido con la campaña de Juan Manuel Santos. El despido de López parecería muy extraño si el medio se pretende libre de línea política, pues tendría que aceptar la libertad ideológica, incluso cuando vaya en su contra. Si, en cambio, el periódico tiene una línea ideológica a la que ella no se ajusta, es necesario preguntarnos:


¿Pueden o deben los medios tener una línea ideológica?


La cuestión es difícil. Determinar si una ideología definida está violando el derecho de la audiencia a ser bien informada depende de muchos factores: si existen otros medios con líneas ideológicas distintas, si el lector es capaz de discernir entre la noticia y la opinión, si el medio miente o no. Al mismo tiempo, parece ingenuo -a lo menos- pretender objetividad total. La objetividad, el periodista blanco, es imposible. Todos, como seres humanos, tenemos sesgos e inclinaciones y lo fundamental no es eliminarlas, sino hacerlas explícitas. En esa medida, sería preferible un medio con una ideología definida y poderosa, a uno que se pretenda neutro y, con subterfugios y mañas, inserte sus ideas, sin que sean fácilmente distinguibles de la noticia. Es un debate que apenas se inicia y se requiere profundizarlo mucho más.

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