Simon Tay *
El Tiempo, Bogotá
Octubre 31 de 2009
Esta es la temporada de las reuniones asiáticas. La cumbre de
Las cumbres son un circo con muchas pistas y acrónimos. En la cumbre de
Según se dice, en la reunión aproximadamente se lograron 42 acuerdos, en temas desde cuestiones económicas y comerciales pendientes hasta la creación de una comisión de derechos humanos. Nada mal para una cumbre en la que algunos temían no pasaría nada: una reunión anterior programada para abril en Bangkok se vio alterada por manifestantes -las "Camisas rojas" que apoyan al derrocado Primer Ministro tailandés, Thaksin Shinawatra-.
En cuanto a Obama, primero visitará Japón y, mientras esté en la reunión de
Obama todavía está peleando en su país por su iniciativa de salud y está acalambrado para que sus esfuerzos en el cambio climático estén a tiempo para la cumbre de Copenhague, en la que se buscará acordar un tratado sucesor del Protocolo de Kyoto. Así, pues, existe el riesgo de que vaya a Asia como visita de estrella y aproveche las oportunidades de fotos, mientras que reserva su fortaleza para otras batallas, Sin embargo, se necesita más y debería esperarse más de él.
Para empezar, con Japón, Obama necesita asegurar una buena relación de trabajo con Yukio Hatoyama, la nueva Primera Ministra. Japón ha expresado su respaldo a la creación de una comunidad de Asia Oriental que incluya
En cuanto a
No obstante, hay otras oportunidades, más amplias.
Una de dichas iniciativas es la del libre comercio. Mientras que los Estados Unidos se han mantenido al margen, los acuerdos intrasiáticos han avanzado. El senador estadounidense Richard Lugar sugirió la posibilidad de un acuerdo de libre comercio entre los Estados Unidos y
Otra opción es que los Estados Unidos promuevan una asociación transpacífica. Esta idea se propuso a finales de la administración Bush para forjar los vínculos con algunos miembros de
En este tiempo de crisis y desempleo, el público estadounidense puede cuestionar el libre comercio. Pero más y más empresas en ese país se dan cuenta de que los mercados asiáticos siguen creciendo y son esenciales para sus dividendos futuros y para la recuperación económica en general.
Gran parte de las estructuras económicas se crea solamente entre los asiáticos, pero una iniciativa estadounidense podría hacerlas exitosas y garantizar que la región siga abierta y comprometida con los Estados Unidos. También podría ayudar a disminuir la tendencia de algunos gobiernos de moverse cada vez más cerca de la floreciente economía china.
Por supuesto, cuando Obama llegue a Beijing, deberá continuar fortaleciendo la cooperación con China. En la crisis económica, el cambio climático y otros muchos asuntos globales, China y los Estados Unidos son potencialmente los actores decisivos. Sin embargo, los Estados Unidos también deben participar de forma más multilateral para incluir a los países más pequeños del sudeste asiático. China ha estado acercándose a ellos en la última década y los Estados Unidos deben ofrecer una alternativa que sea atractiva.
Para los cínicos,
Barack Obama tiene la oportunidad de garantizar que la región seguirá viendo a los Estados Unidos como el actor esencial -ahora más abierto y cooperativo que antes-. Si lo logra, su largo viaje será valioso para los estadounidenses, y los asiáticos se darán cuenta de que valió la pena esperarlo.
*Presidente del Instituto de Asuntos Internacionales de Singapur y miembro de Asia Society.
Copyright: Project Syndicate, 2009.
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