sábado, 24 de octubre de 2009

Otra vez, la educación sexual

Editorial

La Patria, Manizales

Octubre 24 de 2009

La polémica desatada esta semana en Colombia por la decisión de la Corte Constitucional de que se oriente en los colegios y se emprendan campañas sobre el derecho al aborto en los casos despenalizados por ella es un tema que toca directamente con un problema mayor. En nuestro sistema educativo y, en general en el país, falta una educación sexual adecuada, en donde asumamos que somos seres sexuados y hablar de estos temas no es asunto de ponerse colorado.

Se entiende que la Corte al meterse en estas honduras pretende dejar el mensaje de que está cansada de que sus decisiones no sean tomadas en serio, pues hoy médicos, instituciones de salud y jueces niegan a mujeres su derecho a hacer uso de esta reglamentación. Se sumó a esta polémica el fallo del Consejo de Estado que suspendió el Decreto que expidió el Ministerio de Protección Social para reglamentar el fallo de la Corte, pero fue más por un tema adjetivo y es que la regulación debe expedirla el Congreso.

La otra cara de esta moneda es que no le queda bien al máximo tribunal salvaguarda de la Constitución Política entrar en tanto detalle, porque entonces se tendría que preguntar por qué no ordena que se inicie una campaña contra la violencia, o contra el desplazamiento forzado o por los derechos a la salud, por mencionar sólo algunos de los más vulnerados en nuestro país y que continúan afectando a los ciudadanos a pesar de las páginas y páginas de pronunciamientos de la Corte para que se les ponga solución definitiva.

El derecho al aborto en los casos en que fue despenalizado está bien que se difunda, pero en el marco de una campaña de educación sexual en nuestro país, pues no podemos continuar con una mirada retardataria de la sexualidad, cuando el bombardeo de información en este campo es toda. Además, para los efectos que pretende la Corte es importante que se haga también un fuerte trabajo de concienciación en las instituciones médicas y en las facultades de carreras relacionadas con la salud, para que desde allí se entienda el alcance de lo dispuesto en la controvertida jurisprudencia.

Lo otro es que se debe insistir en la importancia que tiene la despenalización del aborto en los casos especificados por la Corte Constitucional, que no son sino tres: cuando está en peligro la vida de la madre, cuando sea resultado de violación o por malformaciones del feto. En todos los otros casos sigue siendo un delito el aborto, para que no se llame a engaños y no se crea que la mal llamada "cátedra del aborto" es para promover este como método de planificación, lo que no existe en Colombia.

Hablar de estos temas desde la madurez será clave para que el país siga su curso a entender los derechos en un marco social como lo plantea la Constitución. Se debe empezar por asumir una ética con el cuerpo, también por promover en los niños la relación sana con las personas del otro género, por promover una salud sexual y reproductiva desde las aulas de clase y esto no se logra entregando tamaña responsabilidad a profesores que aún no han resuelto cuál es la actitud ética frente a su sexualidad.


Mientras sigamos educando desde el machismo, desde la falta de claridad, desde el prejuicio con las opciones sexuales estaremos lejos de poder entender que lo que se debate en este momento es un país que sigue atado a la moral clerical impuesta desde los orígenes de la nación o una Colombia que evoluciona a privilegiar al ser humano como sujeto de derechos y digno de decidir sobre su cuerpo. Resolver el dilema entre los atavismos y los asomos de modernidad ayudará también a definir cuál es el país que queremos construir para las futuras generaciones.

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