miércoles, 16 de diciembre de 2009

Mayoría de los colombianos respalda TLC con Europa

Declaración de sindicatos colombianos

Medellín, noviembre 5 de 2009

Varias organizaciones sindicales europeas como la CES (Confederación Europea de Sindicatos) y la TUC (Trades Union Congress), lo mismo que ONG como Justice for Colombia, han convocado un evento en Bruselas el 9 de diciembre de 2009 bajo el nombre de “¿Comerciando los Derechos Humanos?”. Según los organizadores su fin es examinar la negociación actual del tratado comercial entre la Unión Europea (UE) y Colombia, a la luz de la situación de derechos humanos en nuestro país. Participarán en el evento como oradores algunas personalidades colombianas, norteamericanas y europeas.

En el llamado a la “sesión especial” se establece su propósito: “La sociedad civil colombiana está haciendo un llamado a la Unión Europea para que suspenda las negociaciones hasta que la situación de los Derechos Humanos mejore dramáticamente”.

Los sindicatos colombianos que firmamos esta declaración, queremos dirigirnos a los organizadores y participantes de dicho evento, lo mismo que a la opinión pública europea, para manifestar algunos de nuestros criterios, de manera respetuosa pero franca y abierta.

La representación de la sociedad civil colombiana

Empezamos por señalar que es un atrevimiento que sectores minoritarios de Colombia hablen a nombre de ella. Respetamos que hablen a nombre de sí mismos, pero rechazamos que lo hagan a nombre de toda la “sociedad civil colombiana”.

La delegación parlamentaria presente en el evento representa un sector reducido en Colombia, que no alcanza al 10% de nuestro Congreso. En las últimas elecciones nacionales, en 2006, ese sector llamó a votar contra los que defendían el Tratado de Libre Comercio (TLC) con los EEUU y sufrió una estruendosa derrota. Dicho TLC fue aprobado por la inmensa mayoría de nuestro Parlamento, incluido el Partido Liberal de oposición, cuya bancada decidió por mayoría apoyarlo. La gran mayoría de los colombianos respaldan los tratados de libre comercio, luego es un atrevimiento señalar que la “sociedad civil colombiana” llama a que se suspenda la negociación del TLC con la UE.

Tampoco la delegación sindical de la CUT representa la mayoría de los trabajadores. Desafortunadamente el movimiento sindical en Colombia es muy débil, cubriendo solo el 4% de unos 20 millones de trabajadores. Y en él no hay unanimidad en oponerse al acuerdo con la UE. Sindicatos como los que firmamos este documento respaldamos el tratado, y la segunda central obrera de Colombia, la CGT, ha decidido participar en el proceso de negociación y no marginarse y rechazarlo de antemano como lo hace la CUT. La mayoría de los colombianos en elecciones democráticas han votado a favor de dichos tratados, como en 2006, y la mayoría de esos millones de ciudadanos son trabajadores, luego es evidente que la mayoría de los trabajadores colombianos no están contra un tratado como el que se negocia con la UE.

Los derechos humanos en Colombia

En la convocatoria de este evento se pide suspender la negociación del acuerdo UE-Colombia “hasta que la situación de los Derechos Humanos mejore dramáticamente”. Nosotros queremos señalar que, aunque faltan logros por conseguir, esa mejora “dramática” ya se produjo en Colombia. Basta repasar lo sucedido en los últimos años para constatarlo.

Empecemos por el derecho a la vida. Los homicidios en Colombia a principios del siglo bordeaban los 30.000 por año, y se han reducido a 16.000, casi la mitad. La tasa de homicidios por cien mil habitantes llegó a estar por encima de 70, y se ha reducido a 33. Ocupábamos el primer lugar en violencia en el Continente, hoy hemos bajado al sexto, por debajo de El Salvador, Jamaica, Guatemala, Venezuela y Honduras. Si hablamos del derecho a la libertad, encontramos que hace una década éramos el primer país en el mundo y en secuestros, con más de 3.000 por año; ahora, con una caída “dramática” a 138 en 2009, pasamos al sexto lugar en el mundo.

Los grupos violentos (guerrilleros, paramilitares, narcotraficantes) causantes básicos de la crisis humanitaria de Colombia, han sido duramente golpeados o sometidos. Tras un acuerdo con los paramilitares, se desmovilizaron más de 30.000 que entregaron 16.000 armas. Los grupos guerrilleros también han sido duramente atacados, reduciendo sus efectivos en más de dos tercios, recuperando el Estado la soberanía sobre el territorio, y golpeando a sus cabecillas. A lo cual hay que agregar que casi 20.000 guerrilleros han desertado.

Dentro del proceso de Justicia y Paz, según la Fiscalía de la Nación, hay más de 2.600 paramilitares enjuiciados, que han confesado 33.000 crímenes (de ellos 26.000 homicidios), revelado centenares de fosas comunes con miles de cadáveres, de los cuales se han identificado y devuelto a sus familias casi 700. Se han identificado casi 270.000 víctimas de paramilitares y guerrilla que han empezado a recibir una reparación del Estado. A la vez vienen siendo juzgados cierto número de políticos, militares, funcionarios, empresarios y otras personas vinculadas con grupos al margen de la ley. Aunque falta mucho por lograr en estos aspectos, como en desplazamiento forzado y otros asuntos, este proceso de avances no tiene antecedentes en Colombia y talvez en el mundo.

Derechos humanos y sindicalismo

Se ha presentado a Colombia como el país más peligroso para el sindicalismo en el mundo, donde más sindicalistas son asesinados, atribuyendo la situación a una política antisindical del Estado y los empresarios. Eso es falso.

Se calcula en 2.500 los sindicalistas asesinados en 25 años, y eso es muy doloroso; pero se oculta que en esos años los homicidios totales en Colombia fueron 535.000. Hace ocho años había más de 200 homicidios de sindicalistas al año; hoy, menos de 30. La tasa de homicidios de sindicalistas era de 22 por cien mil, y la del país era 70; hoy la del país es 33, mientras la de sindicalistas es de 5. La caída también ha sido “dramática”. Un colombiano corriente tiene 6 veces más riesgo de morir asesinado que un sindicalista. Nuestra tasa de homicidios de sindicalistas equivale a la de los países del norte de Europa, los más pacíficos del mundo.

La mayoría de sindicalistas asesinados muere por factores diferentes a su actividad sindical. Según las autoridades judiciales y de policía, de 28 sindicalistas asesinados en 2009, solo se presume que uno lo fue por su actividad sindical. Sumar sindicalistas asesinados por diversos motivos, y presentarlos como una cruzada antisindical o un “genocidio” es equivocado y deforma la realidad. Si así se hiciera en el mundo, muchos países mostrarían cifras superiores a Colombia, pues tienen altas tasas de homicidios y mayores tasas de sindicalización.

El gobierno y las autoridades judiciales han atacado la impunidad que existió frente a estos asesinatos (común en Colombia en distintos delitos). Hasta el momento se han producido 222 sentencias en juicios por homicidios de sindicalistas (y hay casi 150 culpables presos) cuando hasta 2002 solo se había proferido una. Y los sindicalistas son el sector más protegido de Colombia por el Estado. De unas 9.000 personas con esquemas de seguridad, cerca de 1.500 son sindicalistas, y a ellos se destina el 30% de los recursos del Estado en protección. En los últimos ocho años ningún sindicalista protegido por el Estado ha sido asesinado.

El anterior Fiscal Mario Iguarán declaró (El Tiempo, 29/04/2009): “En los dos últimos años se ha proferido más del 73 por ciento del total de las sentencias condenatorias que por asesinato de sindicalistas se han dictado en la historia judicial de este país. Y los culpables son las Auc, la guerrilla y la delincuencia común. Si bien se han asesinado sindicalistas en razón de su actividad, debe anotarse que en un buen número de casos son ultimados por causas ajenas a su calidad de sindicalistas. En otros casos, hemos concluido que la responsabilidad es atribuible a miembros de la Fuerza Pública, pero no hay un solo caso donde se evidencie que ello es una política del Estado o del empresariado colombiano”.

No negamos que Colombia tiene muchos problemas sin resolver. Pero transita una senda de progreso. Y necesita ayuda y cooperación, tanto en lo comercial como en derechos humanos, y no bloqueo ni estigmatizaciones injustas.

Medellín, diciembre 5 de 2009

Firman:

Gerardo Sánchez Zapata, Presidente Sintracontexa, Sudirectiva Coltejer.

Luis Fernando Cadavid Mesa, Presidente Sintracontexa, Junta Nacional.

Luis Germán Restrepo Maldonado, Presidente Sindicato Compañía de Empaques.

Manuel Alberto Sánchez Casallas, Presidente Sindicato Nacional de Gaseosas Lux.

Camilo Torres, Presidente Sintrainduplascol, Junta Nacional.

Octavio Amaya Gómez, Presidente Sintrainduplascol, Seccional Medellín.

Javier Humberto Ramírez Córdoba, Presidente Sintraimusa.

John Cano Restrepo, Presidente Sintraequipajeros de Antioquia.

Oscar Jiménez Quiceno, Presidente Sintra-Coats-Cadena, Pereira.

Enrique Albeiro Franco Valderrama, Presidente Unaltrasap, Urabá y Norte del Valle.

Mario Isaacs Vinasco, Presidente Sinaltraifru, Norte dle Valle.

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