viernes, 19 de febrero de 2010

La timorata diplomacia colombiana

Editorial

El Mundo, Medellin

Febrero 19 de 2010

Ayer, en su edición on line, El Tiempo dio cabida a una noticia con el siguiente título: “Colombia anuncia su respaldo a nuevo periodo de José Miguel Insulza en la OEA”. Y debajo, agrega: “El canciller colombiano, Jaime Bermúdez, confirmó que el país respaldará la reelección del chileno como secretario general”. En realidad no se trató de una noticia original sino de un refrito de una declaración del funcionario a la cadena de televisión NTN 24 Horas de RCN, en la que, textualmente, habría dicho: “Nosotros en principio estamos acompañando a Chile en el propósito de que el secretario general prosiga en un nuevo período, y en eso estamos”. Luego habría agregado – dice el periódico – que “otro de los argumentos es que en el momento no hay otro candidato, es decir, se requiere que haya otras opciones, y sobre la mesa hoy no hay nada distinto”.

Desconocemos el contexto del diálogo sostenido por el doctor Bermúdez con el canal televisivo, pero de ser exactas las frases que le atribuye El Tiempo, y que fueron reproducidas por numerosos medios nacionales e internacionales en la Internet, no puede desprenderse que exista un compromiso oficial de Colombia con esa candidatura. Inclusive, queda en el aire la ambigüedad de que “en principio estamos en eso” pero si hubiera otras opciones la postura colombiana podría ser otra. Nos parece que esta vez el doctor Bermúdez, tan parco y circunspecto en sus apariciones públicas, cayó en la trampa de los buscadores desaforados de “chivas” y dio pie a que el periodismo sensacionalista exagerara, malinterpretara o entregara una versión sesgada de la posición colombiana en esa materia.

Es cierto que no hay otro candidato oficial, pero hay varios en el sonajero internacional, muy ilustres y capacitados para el cargo, que en cualquier momento pueden adquirir esa condición. El propio periódico El Tiempo, según una crónica de su corresponsal en Washington, advertía sobre una ardiente batalla por la Secretaría de la OEA, en la que el chileno no podía cantar victoria. Hasta ahora sólo tiene el respaldo expreso del Brasil, en palabra del canciller Amorin; el de Uruguay, que ha sido el único en emitir un comunicado de su Cancillería, con fecha de ayer, en que habla de que “la continuidad del mandato de José Miguel Insulza permitirá sin duda seguir por el tan anhelado camino de configurar a la región como una zona de paz, libertad, democracia y desarrollo”. Y el martes se conoció el apoyo del presidente de Guatemala, Álvaro Colom, quien visitó a Insulza en Washington y le expresó su gratitud por “la actuación solidaria” del secretario general en el escándalo por el asesinato del abogado Rodrigo Rosemberg, con el que se pretendió enlodar a su gobierno. Pero en el sonajero están, aparte de Oscar Arias, el ex presidente de Méjico Vicente Fox, y en caso de que éste no aceptara, se menciona la ex canciller de ese país, Rosario Green. No hay que olvidar que Méjico tiene “una espina clavada” desde que aceptó, en abril de 2005 en Santiago de Chile, en el marco de la III Conferencia Ministerial de la “Comunidad de Democracias”, tras una intervención directa de Condoleezza Rice, que el desempate de 17 votos cada uno, entre el ex canciller Derbez y el chileno Insulza, se resolviera a favor de éste, con el compromiso fundamental de que impulsaría una modificación a la Carta Democrática firmada en Lima el 11 de septiembre del 2001, compromiso que no cumplió el actual Secretario General.

Con el respeto y también con la franqueza que nos caracteriza, tenemos que decir que en ningún tema de la política exterior y menos en el que nos ocupa, nuestra Cancillería puede aparecer vacilante y timorata. En lugar de dar siquiera el beneficio de la duda sobre la aspiración del señor Insulza, Colombia debió salir, como aquí lo sugerimos, a liderar la candidatura del presidente y Premio Nobel de Paz, Óscar Arias, previo, por supuesto, su asentimiento y contando con el seguro y entusiasta respaldo de la presidenta electa de Costa Rica. Con ello habríamos asumido un liderato que, con seguridad absoluta, no sería un liderato fracasado, y de paso le habríamos dado pie a EEUU para canalizar el descontento generalizado de su país y el de muchos otros con la reelección del chileno. Una cosa es ser prudente en el manejo de las relaciones exteriores y otra es ser tímido y, lamentablemente, la timidez y la inseguridad han sido la marca típica de la gestión de nuestra Cancillería.

Creemos, sin embargo, que todavía estamos a tiempo de asumir ese liderato, aclarando que el canciller fue malinterpretado y que en ningún momento habló de un partido tomado. Entre otras cosas porque no hay razón alguna para que Colombia madrugara a comprometer su voto por la continuidad de un Secretario General que, además de las tachas muy serias de países, organizaciones y medios de comunicación del continente, ha mostrado con respecto al nuestro y su gobierno cierta antipatía y una clara insolidaridad en varias situaciones delicadas, como cuando descalificó la información contenida en los computadores del comandante de las Farc, ‘Raúl Reyes’, pese al peritaje sobre su autenticidad realizado por la Interpol, en contraste con su abierta complacencia con los intentos de encerrona a Colombia en Unasur. Francamente, no entendemos la dejadez del Dr. Bermúdez

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