miércoles, 14 de octubre de 2009

Bastenier en plena crisis de nervios

Por Eduardo Mackenzie

Colombian News, París

14 octubre 2009

El violento editorial de El País de Madrid contra el referendo en Colombia fue registrado por la prensa colombiana pero pocos han tratado de saber qué hay detrás de esa embestida. Su autor, Miguel Ángel Bastenier, es un periodista importante, un profesor de periodismo que conoce bien la realidad española. Sin embargo, su intuición respecto de otros países, como Colombia, a donde viaja con frecuencia, es con alguna frecuencia superficial. La nefasta obsesión del antiamericanismo primario no le deja ver las cosas en su verdadera dimensión.

Los platos rotos de ese defecto los paga ahora Colombia y el presidente Uribe quien es visto por Bastenier como un “dictador”. En eso Bastenier no hace sino repetir lo que dicen las Farc. Los colombianos somos vistos por la eminencia de El País como unos hipócritas que “no quieren mirarse en el espejo”. ¿Cómo puede ser de otra manera si Colombia es, según Bastenier, “un museo de los horrores”?

Miguel Ángel Bastenier no es sólo un alto heliotropo de El País. El hombre pasa por ser el inspirador de la política exterior del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. La polémica “alianza de civilizaciones”, concepto insignia de éste es, por ejemplo, defendida a morir por Bastenier. Este no se cansó de insultar a George W. Bush por no haberla adoptado después de la matanza del 11 de septiembre de 2001.

Bastenier es autor de otras teorías cojas y estrambóticas, que él pretende fundamentales. Por ejemplo, sostiene que “los Estados Unidos ejercen una hegemonía negativa”, es decir una hegemonía de “destrucción masiva”. Ello hace que los conflictos internacionales se dirijan hacia una situación de “putrefacción”.

Bastenier sueña con un nuevo orden mundial, donde reine lo que él llama la “multipolaridad”, es decir una bella y total anarquía donde las peores bandas terroristas, las dictaduras agresivas y los regímenes más predadores hagan lo que quieran con su propia gente y con sus vecinos. En ese orden global, explica Bastenier, Estados Unidos, sólo debería jugar el papel de “árbitro imparcial”.

Bastenier ha descubierto otras maravillas. Por ejemplo, que Washington quiere “sitiar” a la Rusia de Putin, a través de la Otan. Bastenier milita, pues, por el retiro de las tropas españoles de Irak y por el retiro de las tropas de Occidente en Afganistán, donde se debe, obviamente, dejar tranquilos a los talibanes y a los señores de Al Qaida.

Pues la amenaza islamista no es sino un cuento chino. Bastenier estima que los atentados islamistas de Madrid del 11 de marzo no influyeron para nada en la elección, tres días después, de Rodríguez Zapatero. El considera “aberrante” toda alianza estrecha entre España y Estados Unidos. Sobre todo en América latina donde España, según él, es una “potencia económica” que debe jugar entre los grandes.

Sobre Colombia, Bastenier no es menos clarividente. Como suele ser recibido con grandes agasajos por sus colegas, el no se cansa de repetir, en España, que en Colombia hay “un periodismo muy modesto”. Esa es la razón por la cual él nos ha hecho el favor de ir a Colombia a dictar clases de periodismo. Con la fundación de García Márquez, Bastenier va a Cartagena de Indias a explicar a sus jóvenes alumnos, durante cuatro semanas, que “la prensa debe ser revolucionaria”. Con esa receta un día habrá por fin en Colombia periodistas que estén a la altura del periodismo basteniero.

Al mismo tiempo, el hombre tiene enorme dificultad para reconocer que en Venezuela el periodismo vive una tragedia. Bastenier dice que allí sólo existen “presiones” sobre los medios, pero ello se da, claro, en el mar de “libertad de expresión” que garantiza el presidente Chávez. El dijo eso después del brutal cierre de RCTV.

Su admiración por Hugo Chávez es considerable. Bastenier ha dicho que él “no ve razones para atajar a Chávez”. Cuando Hugo Chávez fue destituido por los militares, el escribió un editorial furibundo contra eso.

¿Quién puede pues sorprenderse cuando Bastenier, hablando de Colombia, juega a confundir la verdad con el rumor? Pues Bastenier toma como hechos lo que no son sino burdos embuchados, como lo de los “2000 falsos positivos” y lo del “centenar de diputados uribistas procesados o en la cárcel”. Esas cifras inexactas prueban que Bastenier no sabe de qué habla.

El panorama que él pinta es una copia de la propaganda que distribuyen las Farc en Madrid. Como éstas, él dice que las grandes mayorías que apoyan a Uribe (tema de ciencia política que excede su capacidad de comprensión), no son más que gentes “seducidas o simplemente favorecidas”, es decir, compradas, por Uribe. ¿Qué diferencia hay entre eso y lo que dijeron las Farc cuando Uribe fue elegido la primera vez, en el sentido de que el pueblo uribista era “paramilitar”?

Bastenier se complace en copiar los comunicados del Polo y del grupo de Piedad Córdoba cuando dice que la certificación estadounidense en la lucha contra la droga y la apertura de siete bases colombianas a Estados Unidos es una “bofetada” (no dice para quien).

Desde luego, la perspectiva de un tercer mandato de Álvaro Uribe, o el triunfo de un candidato uribista, es lo que dispara ese histérico ataque de nervios. Todo eso es un peligro, claro, para la izquierda sectaria, dogmática y minoritaria que Bastenier defiende, y sobre todo para las Farc, entidad que él reconoce como terrorista, pero que no debería ser, según Bastenier, “exterminada por el ángel vengador”.

Esas amabilidades es lo que los alumnos del insigne Bastenier deberían tener en cuenta la próxima vez que él venga a Colombia a desplegar su sabiduría.

1 comentario:

SaraGuerra dijo...

Senor McKenzie. Soy uribista. Y aunque estoy de acuerdo en la descripcion de la orientacion ideologica de Bastenier, cosa que me parece bastante enriquecedora, para saber exactamete a quien nos referimos, no habla usted de las bondades del regimen colombiano. Me refiero a que ser chavista (Bastenier) no descalifica su punto de vista, por algo El Pais lo publico. Quiero decir con esto que solo se hizo un descripcion del origen y coqueterias ideologicas de Bastenier sin escasamente plantear por que esta equivocado. Me encantaria que lo expresara porque me gusta su postura (la de Eduardo McKenzie) al respecto. Nota. Me excuso por la falta de tildes. Un saludo. Sara Guerra