Editorial
El Colombiano, Medellín
Diciembre 16 de 2009
Las turbulencias que se mantuvieron durante 2009 como consecuencia de la crisis económica mundial arrastraron algunos buenos vientos para la economía colombiana antes de finalizar el año. Hubo dos hechos fundamentales: la prórroga por un año más de las Preferencias Arancelarias, Atpdea, y el acuerdo para bajar gradualmente el arancel al banano que la Unión Europea les cobra a los países de este hemisferio, entre ellos Colombia.
En ambos escenarios, Colombia ha jugado un papel protagónico en los últimos años y ha ejercido un liderazgo sin el cual las condiciones para nuestra economía serían mucho más difíciles. La diplomacia paralela que distintos sectores opositores al Gobierno han adelantado en el ámbito internacional, en busca de entorpecer o malograr tratados de libre comercio vitales y necesarios en una economía globalizada, ha hecho daño.
La decisión adoptada por la Unión Europea en relación con el arancel al banano, al bajarlo de 176 a 148 euros por tonelada a partir de 2010, y de forma gradual llevarlo a 114 euros en los próximos 10 años, hace justicia con los países exportadores y les devuelve, en parte, las posibilidades de crecer y consolidar un sector estratégico para nuestras economías agrícolas, debido a la cadena productiva y de empleo que hay alrededor de la fruta. Urabá y el departamento de Magdalena deben celebrar esta importante noticia y seguir desarrollándose para competir en igualdad de condiciones con Canarias, Filipinas y África.
Esta decisión elimina parte de las discriminaciones arancelarias que durante años Europa ha mantenido con América y confirma la importancia de tener organismos como la Organización Mundial del Comercio, OMC, para lograr las simetrías que necesita el libre mercado. Todo el esfuerzo hecho por Colombia hubiera dado al traste sin la participación decisiva y firme de la OMC, cuyo papel en esta disputa no termina. Muchos países europeos dan un trato preferencial a sus antiguas colonias que se independizaron en el Siglo XX, pero son discriminatorios con los productores de América.
La otra noticia, la prórroga del Atpdea por 12 meses más (sólo falta la ratificación en el Senado de Estados Unidos), mitiga las angustias de los sectores exportadores colombianos, golpeados duramente este año por la caída del dólar y las restricciones comerciales impuestas por vecinos hostiles, como Venezuela y Ecuador.
Las preferencias arancelarias, además del alivio que representa no pagar impuesto por el 92 por ciento de las exportaciones a Estados Unidos, son un reconocimiento tácito a nuestro país por la lucha contra las drogas y el terrorismo. Es un mínimo de justicia que se hace con Colombia y lo ideal sería que el Congreso estadounidense aprobara, de una vez por todas, el Tratado de Libre Comercio (TLC) , tal como ya lo hizo con Perú, que comenzó a negociarse al mismo tiempo.
Hace dos años lo dijimos y ahora lo ratificamos: El Atpdea es un alivio temporal para los exportadores, y el Gobierno y los empresarios no pueden perder más tiempo en la tarea de adelantar una presión en las instancias que sean necesarias para lograr la firma definitiva del TLC con Estados Unidos, máxime cuando desde el vecindario llueven agresiones y bloqueos comerciales.
La meta es el TLC, pero la prórroga del Atpdea y el arancel bananero reducido son una buena y oportuna vía para seguir preparando el día, ojalá pronto, en que la noticia sea que tenemos libre comercio con el mundo.
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