Editorial
El Univesal, Cartagena
Diciembre 2 de 2009
Las predicciones para el incremento en el nivel medio del mar del Panel Intergubernamental del Cambio Climático, o IPCC por sus siglas en inglés, había pronosticado en 2007 que al final de este siglo, sería de 59 centímetros, y que este incremento se daría si la indiferencia de los gobiernos continuaba, permitiendo que la temperatura subiese en 4 grados.
Ahora estos pronósticos, según el periódico The Times (Londres) de ayer, que ya eran bastante graves para el mundo, especialmente para las ciudades costeras, han sido actualizados y la nueva realidad es bastante más alarmante.
Según el Comité Científico de Investigación Antártica, o SCAR por sus siglas en inglés, el estudio de IPCC subestimó de forma crasa el deshielo polar debido a temperaturas más altas causadas por las emisiones de gases de efecto invernadero, y la realidad que enfrentamos es mucho más alarmante. SCAR no es cualquier tontería, ya que reúne a las 35 instituciones más importantes que estudian el cambio climático en el mundo.
El nuevo estimativo para el incremento medio en el nivel del mar en 2100 hecho por SCAR, si la temperatura continua subiendo al mismo ritmo de hoy, es de 1,4 metros, más del doble de lo que había pronosticado el IPCC hace dos años para la misma fecha (fin de siglo).
Un incremento de esa magnitud arrasaría con naciones insulares, de las que hay muchas en el Pacífico, y también pondría en aprietos muy serios a las ciudades costeras del mundo, incluidas Nueva York, Londres, Miami, y miles más, incluyendo las de Colombia, principalmente Cartagena, Santa Marta, Barranquilla, Turbo, Buenaventura, Tumaco y demás.
Cualquier observador desprevenido pensará quizá que falta mucho para que pasen cien años, y que casi ninguna de las personas que están vivas hoy llegará a ver esa catástrofe. Esa, por supuesto, es una posición simplista, ya que los 1,4 metros no ascenderán todos el mismo día al final del año 2100, sino que será paulatino, pero a un ritmo que es el doble del que creíamos que se iba a imponer.
Cualquier plan que haya hecho un país o sus ciudades pensando que contar con cierta holgura queda ahora desfasado, y se impone una urgencia nueva y más seria para adelantársele al fenómeno y proteger las poblaciones del litoral que no sean trasladables a tierra más alta. En un escenario como el pronosticado por SCAR, la propiedad raíz loma arriba se convierte en mucho más atractiva que la del litoral por razones obvias, y hacia allá deberían mirar los planificadores urbanos.
La meta máxima de incremento promedio de temperatura de la que se venía hablando para acordar en la reunión de Copenhague de la semana entrante era de 2 grados centígrados, pero ahora los expertos de SCAR proponen que se ajuste a 1,5 grados centígrados, lo que equivale a acciones más drásticas para reducir la emisión de gases de efecto invernadero, especialmente de los países más grandes e industrializados, que son los más contaminadores.
Cartagena tendrá que moverse mucho más rápido de lo que lo viene haciendo para enfrentar esta amenaza global, de la que deberían estar hablando el Concejo y la Alcaldía.
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