Hernán González Rodríguez
La Republica, Bogota
Noviembre 30 de 2009
La influyente publicación inglesa The Economist acaba de publicar un gran editorial en el cual sostiene que la tasa de fertilidad de la mitad de la población mundial se encuentra ya o se aproxima al número mágico del 2,1 o inferior.
Esta tasa de fertilidad, cifra bien diferente de la tasa de natalidad, que es el número de niños nacidos en un año con relación a la población total, mide el número de niños que una mujer puede tener entre los 15 y los 49 años. Si no hubiera mortalidad infantil, la tasa de fertilidad requerida para que dos padres sean reemplazados por dos hijos sería de 2,0. En los países pobres puede dicha tasa elevarse a 3,0 por culpa de tal mortalidad. El promedio mundial de ésta aparece hoy en 2,3.
La revista aludida considera que el descenso de la tasa de fertilidad en países como Rusia, China, India, Brasil, Indonesia figura como uno de los cambios sociales recientes y más dramáticos en la historia de la humanidad, porque permiten esperar una reducción de las tendencias mundiales del crecimiento de la población.
Tomás Malthus afirmó en su "Ensayo sobre los principios de la población" que el crecimiento de ésta sobrepasaría la oferta de alimentos en 1798. Malthus no acertó porque la industrialización elevó la producción de alimentos en los países ricos y, de paso, redujo en ellos la tasa de fertilidad. Cuando la población se enriquece, las familias se reducen y cuando las familias se reducen la población se enriquece. La educación de las madres ayuda a explicar esta tendencia.
La transición de cinco hijos a dos tardó 130 años en Gran Bretaña, desde 1800 hasta 1930. Pero en Corea del Sur se ha tomado 20 años, entre 1965 y 1985. En unos 70 países en desarrollo, durante los mismos 20 años han pasado las madres de tener seis hijos a tan sólo tres. Curiosamente, los países en desarrollo todavía con elevadas tasas de natalidad, tales como Congo, Liberia y Sierra Leona, padecen hoy cruentas guerras internas.
La tasa de fertilidad promedia de Colombia es hoy de 2,5, en el 2030 llegaremos al 2,1. Europa figura en 1,40. Estados Unidos 2,11. Gran Bretaña 1,6. Francia 1,8. Alemania 1,3. Italia 1,2. España 1,1. Con menos de 1,9 hijos ya no reversa la declinación de la población y con menos de 1,3 resulta imposible recuperar la población en menos de 80 a 100 años. En Europa ya se fueron al otro extremo.
Los malthusianos modernos tienden a desconocer el significado del descenso de las tasas de fertilidad. Para ellos lo que cuenta son las cifras absolutas, los números totales. Para ellos la población seguirá creciendo aun cuando declinen las tasas de fertilidad, porque la inercia incide muchísimo en la explosión demográfica.
Sostienen éstos que la población mundial, estimada en la actualidad en 6.800 millones de personas, crecerá hasta llegar a los 9.200 millones en el 2050 y que a partir de tal año sí comenzará a estabilizarse la población.
En el artículo citado menciona algo que comparte quien escribe. En un estudio realizado en 2002 se estimó que la cuarta parte de los embarazos en los países en desarrollo, durante la década de los 90, no fueron deseados. Colombia, aún hoy día, participa de esta espantosa estadística en forma no deseada.
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