sábado, 12 de diciembre de 2009

La arremetida de los terroristas

Jaime Alzate Palacio

La Patria, Manizales

Diciembre 12 de 2009


Cuando pensamos que el demente de Chávez no nos podía dar más dolores de cabeza, se nos vino como promotor e instigador de un tal movimiento Bolivariano, que reúne los más encarnecidos asesinos de América Latina y quienes bajo el amparo de su gobierno, se han reunido en Venezuela, uno de los poquitos países que los aceptan como los malhechores que son.

Claro está que la principal finalidad en esta reunión fue, como lo tenía planeado su gran jefe, nada menos que nombrar a los dos más peligrosos facinerosos de esta época, al uno gracias a Dios ya gozando de los infiernos y el otro como su digno heredero, en la cúpula de mando de los conocidos narcoterroristas. Inaudito lo que nos está pasando con Chávez, el cabecilla de un seudosocialismo que a boca llena pregona la igualdad del los pueblos, y lo único que ha logrado es ponerle a sus pobres connacionales una rasante de pobreza y una amenaza de las armas y la guerra, que después de once años los tiene aguantando hambre y en una situación de falta de libertad tan desastrosa, como la que ha tenido que sufrir durante más de cincuenta años el pobre pueblo de Cuba bajo la tiranía de su amo.


Uno no alcanza a imaginarse cómo es posible que en pleno siglo XXI, después de que el mundo con base en las duras experiencias sufridas en manos de los tiranuelos que nos han martirizado, decidió librarse de una vez por todas de las cadenas, de pronto vuelva a aparecer, como la peor de las plagas, un individuo con ínfulas de Bolívar quien en medio de su demencia, y haciendo todo el daño posible, vuelve a retroceder cien años la historia sostenido por la corrupción más repudiable, compra un séquito de aprovechados aduladores sin hígados que le acolitan todas las maldades que con horror seguimos presenciando dentro de la peor apología del delito.


Pero si estos hechos son aberrantes, francamente no me alcanza la mente para calificar a una señora senadora que cubierta con un turbante hace alarde de su poco o ningún amor por su tierra, saliendo a denigrar de ella y exaltando en la forma más vergonzosa a los asesinos que durante tantos años no han hecho otra cosa que derramar la sangre inocente de los colombianos, tratando de hacer creer que su comportamiento tiene como fin defender a un pueblo al cual le causan los más crueles daños que pueda reflejar la historia de la infamia.


Pero, lo peor de todo, es que dicha senadora forma parte de los cuadros dirigentes del otrora glorioso partido Liberal, que con su tradición democrática y en tiempos lejanos bajo el mando de verdaderos patriotas, puso los cimientos de una sólida nacionalidad que es alabada por el mundo entero. Pensar que, por lo menos hasta hoy, no se ha oído una palabra de repudio de los actuales jefes de esta colectividad, ni se vislumbra que vaya a ser expulsada de las filas a las que tanto mal está haciendo, para que regrese a la selva, donde al menos podrá vivir con sus congéneres, sin que ustedes ni yo, tengamos que pagarle un jugoso sueldo de parlamentaria que sale dolorosamente de nuestros bolsillos. Estos recursos podrían ser mucho mejor utilizados dándole educación a tantos niños campesinos que hoy se acuestan con la muerte en los campos, asediados por las armas que con tanto libertinaje les entrega a los asesinos el demente teniente coronel y su movimiento bolivariano, que ahora ha sido honrado con la dirección del sanguinario Cano y sus secuaces.


P.D.: Me parece que la televisión es algo muy educativo, cada vez que alguien la prende me voy a otro cuarto a leer un libro.

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