José Manuel Restrepo A.
El Nuevo Siglo, Bogotá
Enero 28 de 2010
A pesar de anticiparme al desdichado día sin carro, en el que por hacer “folklore criollo” tomamos la decisión irracional de no permitir la movilidad vehicular en la ciudad y afectar la productividad laboral, y que dicho esfuerzo tiene un efecto minúsculo en materia ambiental (limitado a un día, en el que remplazamos el gas carbónico de los carros particulares por el del servicio público), el tema de la semana es y seguirá siendo la emergencia social y los decretos derivados de dicha declaración.
Tal como lo señalaban algunos medios sorprende que un tema que a todas luces era urgente y reclamado por médicos, IPS, EPS, pacientes y academias termine siendo debatido y fuertemente criticado por casi la totalidad de los actores interesados. Sin duda, y tal como lo reconoce el propio Ministro de la Protección Social, faltó mucho de didáctica en presentar los nuevos decretos y sus efectos reales. Esta puede ser quizá la primera causa de algunas de las críticas a la propuesta, pero invita a comunicarla mejor. ¡Aún hay tiempo!
Dicho lo anterior creo que algunos sustantivos y adjetivos describen los decretos, y aunque parezcan contradictorios, hablan de los aciertos, los errores y las dificultades en su diseño y aplicación:
• Complejidad. Regular un tema como estos es difícil por la cantidad de interesados y afectados, y mucho más hacerlo por la vía de decretos. Con seguridad va a ser muy complejo que el Congreso y la Corte Constitucional acepten el camino adoptado.
• Valentía. Se necesita mucho valor para atreverse a cambiar el sistema de salud, definiendo de nuevo el POS y el No POS, modificando tributos a grandes “cacaos”, y atreviéndose a trabajar contra la elusión y evasión en materia de salud.
• Preocupación. La de muchas familias que perciben que tendrán que pagar por servicios que tradicionalmente recibían sin pago, con posibilidad de quiebra y la de los médicos que pueden ser enjuiciados por autorizar servicios o medicamentos que no se necesitaban.
• Incompleto. A pesar de los avances se hace indispensable anticipar ya cómo va a quedar el POS definido. No hacerlo siembra un manto de duda sobre el No POS y queda la enorme preocupación sobre enfermedades que no quedarán cubiertas.
• Responsabilidad. Y especialmente responsabilidad fiscal la que buscan los decretos, para evitar tener un sistema garantista en salud tipo Dinamarca y reconocer que estamos en Cundinamarca.
• Intereses. Muchos intereses han demostrado los empresarios de suerte y azar y de las bebidas alcohólicas, pero especialmente sorprende los de la cerveza que muy tranquilamente pretenden trasladarle el mayor impuesto a los consumidores. Algo tendrá que hacer el Gobierno para que no terminemos los consumidores asumiendo todo el costo de la emergencia.
• Equidad. Me gusta y creo que a los beneficiados también, que se unifiquen los beneficios del sistema de salud para los del régimen no contributivo o solidario. Lástima que ellos no tienen voz para defender sus derechos.
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