sábado, 23 de enero de 2010

Vivienda

Andrés Felipe Arias*

El Tiempo, Bogotá

Enero 23 de 2010

La línea de pensamiento que defendemos es la de un país en paz, con libertad y prosperidad para nuestros hijos. Ello exige preservar, por encima de todo, el propósito de una derrota total del narcoterrorismo; con mano dura, sin vacilaciones, sin despejes y sin la dialoguitis estulta de antaño.


Pero ello también exige capitalizar las nuevas condiciones de seguridad y confianza para avanzar sobre un sendero de progreso económico, creación de empleo y generación de riqueza para todos los colombianos. Una herramienta muy importante (y probada) para ello es el impulso a la vivienda, pues es la más importante fuente de patrimonio de un hogar, pero, además, uno de los más poderosos motores de generación de empleo. Sin embargo, el atraso de Colombia en vivienda es grande. En nuestro país existe una vivienda por cada cinco personas; en el mundo desarrollado se tiene una vivienda por cada dos ciudadanos. En Colombia se desembolsan dos créditos hipotecarios y se construyen tres viviendas al año por cada mil habitantes; en los países desarrollados son 15 créditos hipotecarios desembolsados y siete viviendas nuevas al año, por cada 1.000 habitantes.


Esto quiere decir que tenemos una oportunidad para avanzar. La meta será construir 250.000 viviendas nuevas por año, el mismo número de hogares que se crean anualmente en nuestro país. Cumplir esta meta también permite generar 450.000 puestos de trabajo. Es decir, no sólo estaríamos deteniendo el incremento en el déficit habitacional sino bajando en más de 2 puntos el desempleo. ¿Cómo lograrlo?


Primero, se requiere una reingeniería del sistema de subsidios que permita la coexistencia del subsidio directo (para cuota inicial) con el subsidio a tasa de interés. Ahora bien, la adjudicación de los subsidios debe ser simultánea a la aprobación del crédito. Por ello, bancos y cajas de compensación deben tener facultades para otorgar crédito y adjudicar subsidios, ajustándole a cada hogar pobre la combinación óptima de crédito, subsidio directo, subsidio a tasa y plazo que permita acceso a la vivienda sin cuotas asfixiantes.
Segundo, debe crearse un incentivo al otorgamiento de crédito inmobiliario a población con empleo informal y con ingresos inferiores a dos salarios mínimos, de tal forma que se compense el sobrecosto de estudio y administración de cartera originada en dicha población. Así podremos vincular hogares de muy bajos ingresos al nuevo sistema de financiación de vivienda.


Tercero, es urgente complementar el crédito hipotecario con un seguro de desempleo. Esto no sólo protege la cartera ante eventuales contracciones del mercado laboral, sino que estimularía la demanda por crédito hipotecario al reducir el temor de la población colombiana a perder su vivienda a manos de un banco.


Cuarto, se necesitan concesiones de vivienda de interés social. El privado construye y entrega la vivienda a las familias en leasing habitacional. Estas pagan una cuota mensual que no excede el 0,5 por ciento del valor de la vivienda durante un plazo, al cabo del cual la propiedad se traslada a la familia. El Gobierno cierra aportando el recurso que permite completar el flujo compensatorio al esfuerzo del privado.


Quinto, es necesario crear una entidad gestora de vivienda, con la función de formular, estructurar y buscar el cierre financiero de los macro-proyectos de vivienda de interés social y de las grandes operaciones de redensificación y renovación urbanas. Esta entidad mitigará la falta de suelo urbanizable, trabajando conjuntamente con municipios, concejos, autoridades locales y sector privado. La idea no es regresar al "Estado constructor", sino avanzar en el "Estado promotor".


La meta es que el Gobierno invierta el 1 por ciento del PIB en estas herramientas, cifra cercana al promedio de gasto en vivienda del mundo desarrollado y de países como Chile. Así capitalizaremos las nuevas condiciones de confianza y seguridad del país con más empleo, mayor prosperidad económica y mejor calidad de vida para todos los colombianos.


* Precandidato presidencial por el Partido Conservador

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