jueves, 28 de enero de 2010

Chávez y hasta pronto

Víctor Diusabá R.

El Colombiano, Medellín

Enero 28 de 2010

Me encantó la respuesta de Teodoro Petkoff cuando le preguntaron en Caracol Radio sobre quién, o qué, era lo que sostenía a Hugo Chávez en el poder. Palabras más, palabras menos, Petkoff respondió que un solo hecho: Hugo Chávez fue elegido para gobernar hasta 2012 (otra cosa es que quiera buscar algún recurso de esos que terminan siendo 'legítimos' para quedarse en el poder). Y agregó el veterano periodista que nadie está interesado, o al menos nadie debería estarlo, en anticipar su salida de la Presidencia.


Como debe ser, ¿no es cierto? Imagínense las terribles consecuencias de tomar ese peligroso atajo para poner fin a un gobierno que, más allá de la impopularidad (no es tampoco la popularidad el indicador más fiable de la democracia), no puede negar su responsabilidad en el ambiente erizado que vive Venezuela.


Y que, incluso, ahora, no contento con el cierre o la presión a medios que no le son afectos (y, en ese mismo sentido, con el respaldo contento y sonante a los que lo respaldan, caso Cisneros), decide reprimir las manifestaciones. Además, con la violencia oficial que le permite cumplir con una más de las asignaturas que terminan por graduar como sátrapas a quienes originalmente son representantes de la voluntad popular. Como testimonio, ahí están los cuerpos de dos estudiantes asesinados a bala en Mérida.


Así que quienes anhelan un 'extra' desde Caracas, con ruido de sables y tanques en las calles, aguántense las ganas. Más bien, fíjense que el mismo Chávez se ha encargado, como no lo hubiera hecho de mejor manera el más enconado de sus adversarios, de desvalorizarse a sí mismo.


Aparte de racionamientos y apagones, necesidades insatisfechas, renuncias en la cúpula del gobierno e inseguridad callejera sin antecedentes, hay la sensación de que es evidente el retroceso de la influencia de Chávez en la región como inspirador y líder del movimiento bolivariano y de su propuesta del socialismo del Siglo XXI.


Igual, nadie puede afirmar que le viene encima una hecatombe. Las elecciones legislativas de septiembre próximo dirán, antes que nada, cómo ha sido la tarea de la oposición de convertir las encuestas en hechos políticos. Las probables respuestas de Chávez frente a un hipotético revés en las urnas, marcarían además la línea de comportamiento del vecindario.


Una versión de Andrés Oppenheimer puso a rodar la posibilidad de que el nuevo presidente chileno, Sebastián Piñera, está dispuesto a encabezar un bloque anti-Chávez, del que formarían parte Colombia, Perú, México, Panamá, Costa Rica y Honduras. Pero los asesores de Piñera lo niegan, entre otras cosas porque, dicen, eso le traería un problema interno de magnitudes.


¿Pero, qué pasaría si, por ejemplo, las elecciones de septiembre tienen vicios de transparencia? ¿O si la represión, como parece ser y él mismo lo amenaza, tiende a aumentar? ¿O si, como dice el mismo analista, la derecha triunfa en las elecciones de Brasil? S ea como sea, deben ser los venezolanos, y nadie más, quienes decidan su futuro, ojalá en las urnas. En donde nadie tiene nada ganado.


Sobrero: O corte de coleta, ojalá, temporal a esta columna. Me llevo mi Pizarrón a un receso. Otras obligaciones laborales, por fortuna en este mundo del periodismo, acapararán el tiempo destinado a este ejercicio de opinión. Gracias a esta casa periodística, y a Colprensa, por haberme facilitado en estos años un espacio en sus páginas. Y gracias a los lectores por su benevolencia. Hasta una nueva oportunidad.

No hay comentarios: