lunes, 25 de enero de 2010

Pónganle bolas a "Rasguño"

Mauricio Vargas

El Tiempo, Bogotá

Enero 25 de 2010

Tiene razón María Isabel Rueda cuando afirma en su columna de ayer, en estas mismas páginas, que el testimonio del extraditado a Estados Unidos Luis Hernando Gómez, alias 'Rasguño', a un fiscal colombiano y a un delegado de la Procuraduría sobre el caso de Álvaro Gómez descongela un proceso que las autoridades judiciales dejaron desviar y refrigerar casi desde su ocurrencia, en noviembre de 1995.

'Rasguño' no sólo expone la primera explicación completa y consistente del asesinato, tras más de 14 años de falsas teorías, manipulaciones y siniestras desviaciones en las que la Fiscalía cayó de manera ingenua o quizás interesada. También arroja luces sobre el alto grado de penetración de los carteles de Cali y del norte del Valle en la Policía, el DAS y la Casa de Nariño, a lo largo de diferentes gobiernos.

Según esta declaración, que se aproxima al centenar de folios, el cartel del norte del Valle, al que 'Rasguño' perteneció, asesinó a Álvaro Gómez, después de recibir un mensaje que, según él, procedía del presidente Ernesto Samper y de su ministro de Interior, Horacio Serpa, en el sentido de que Gómez patrocinaba un golpe de Estado, tras el cual todos los capos serían extraditados. El mensaje, según 'Rasguño', les pedía a los capos del norte del Valle que frenaran a Gómez. Orlando Henao, jefe de ese cartel, le contó entonces a 'Rasguño' que "tuvimos que matarlo" porque el dirigente conservador no se dejaba abordar ni contactar para convencerlo de cambiar de opinión.

Cuatro días antes del asesinato, Gómez había escrito en el editorial de El Nuevo Siglo, al referirse al ingreso de millonarias contribuciones de los narcotraficantes a la campaña del presidente Samper: "Este hecho, ya comprobado, es lo que ilegitima el régimen que padecemos. Por eso nosotros hemos sostenido que el único propósito político válido es tumbarlo". Estas palabras, releídas hoy tras lo dicho por 'Rasguño, erizan la piel. Yo no sé si Gómez andaba en plan de golpe de Estado. Pero tengo la absoluta certeza -y la tuve en aquel entonces- de que el gobierno de Samper así lo creía.

¿No es acaso lo anterior suficiente como para que la Fiscalía -y, en lo que le corresponda, la Corte Suprema- le ponga bolas al testimonio de 'Rasguño' y le meta la ficha a esta investigación? Con menos que eso, la sala penal ha condenado a varios 'parapolíticos'. No digo que haya que creerle a 'Rasguño' a pie juntillas. Desconfío, de entrada, de los testimonios de mafiosos y asesinos. Pero este no es un dicho aislado. 'Rasguño' cita a otros personajes que pueden dar fe de la veracidad de lo que afirma: un político de Cartago que habría actuado como correo entre la Casa de Nariño y el cartel; un coronel de la Policía, entonces jefe de seguridad de Samper, y dos extraditados más, Santa Lopesierra y 'H.H.'.

Además, hay otros medios de prueba para confirmar o descartar el señalamiento. Queda mucho trabajo por hacer en la recuperación de las pruebas de balística, algunas de las cuales andan refundidas. Por otra parte, la afirmación de 'Rasguño' de que entraron varios miles de millones de pesos del cartel del norte del Valle a la campaña no es una novedad: desde aquel entonces, varios testimonios apuntaron a ello y eso le da peso adicional a la declaración de 'Rasguño'.

Menuda tarea la del nuevo -o nueva- Fiscal General que elija la Corte. Confirmar o descartar de modo consistente y serio el testimonio de 'Rasguño' es una tarea urgente y trascendental en la lucha por la verdad y contra la impunidad. El nuevo -o nueva- Fiscal General debe saber además que, si no lo hace, corre el riesgo de que se le adelante la justicia de los Estados Unidos, pues es bueno recordar que un fiscal de ese país estuvo presente y registró legalmente toda la declaración de 'Rasguño'.

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