viernes, 29 de enero de 2010

Futuro del comercio con Venezuela

Editorial

El Colombiano, Medellín

Enero 29 de 2010

El deterioro de las relaciones diplomáticas con Venezuela ha introducido un cambio de tal magnitud en los flujos del comercio bilateral, que conlleva un viraje en la política comercial colombiana. El nivel de exportaciones a la nación vecina de 6.000 millones de dólares en 2008 se redujo en 2009 a algo más de 4.000 millones. Se estima que en este año la cifra respectiva será del orden de 1.500 millones de dólares, lo cual implica una reducción de más del 60 por ciento con respecto a 2009.


Para poner esa situación en perspectiva, este año Venezuela tendría una importancia como mercado para nuestras exportaciones comparable al que se tiene con Ecuador o Centroamérica y el Caribe insular. La mayor parte de la reducción es atribuible a la decisión del presidente Chávez de desviar las compras a Colombia hacia otros países.


Que no se crea que la caída acelerada de las exportaciones a Venezuela es el resultado de una pérdida de competitividad o de un cambio en precios relativos. Está de por medio una desviación comercial deliberada por orden del gobierno con sede en Caracas. A ese hecho se agrega la contracción de la demanda en Venezuela, como resultado de una política económica errática y de la desorganización del aparato productivo que ha creado la imposición del Socialismo del Siglo XXI. La actividad empresarial privada está siendo hostilizada para promover la expansión de la propiedad estatal de la producción y distribución de bienes y servicios.


La reciente devaluación del bolívar también podría afectar las exportaciones colombianas a Venezuela. Sin embargo, conviene tener en cuenta que una parte considerable de ese comercio se estaba realizando a través del dólar permuta, en vez de la tasa oficial.


Por lo tanto, las nuevas cotizaciones establecidas para la tasa de cambio oficial resultan menos relevantes para el comercio bilateral.


Un factor que sí incide sobre la decisión de venderle a Venezuela es el tamaño de las cuentas por pagar a los exportadores colombianos, suma estimada en unos 1.000 millones de dólares. Deja de ser atractivo un mercado externo donde las autoridades dificultan el pago de las importaciones realizadas, por grande que parezca. En buena hora, el gobierno colombiano, a través de Bancoldex, anunció un cupo considerable de dinero para financiar a las empresas colombianas que están pendientes de pago por exportaciones al vecino país.


La forma como se llevó a cabo la reciente expropiación de los almacenes ÉXITO confirma el deterioro que ha tenido lugar en el clima para la inversión extranjera en Venezuela. Luego del respectivo anuncio por parte del presidente Chávez en su dominical programa, la fuerza pública procedió a ocupar los almacenes, sin orden judicial o medida administrativa previa.


La declaración de utilidad pública por parte de la Asamblea Nacional a la consiguiente orden de expropiar, se hizo después del allanamiento mencionado. Esta celeridad para apropiarse los activos de inversionistas privados contrasta con la lentitud con la cual se inician las negociaciones para llegar a un eventual acuerdo de compensación equitativa.


Un resultado de este proceso de estatización de la economía es el marchitamiento de la inversión privada extranjera en Venezuela. Otra consecuencia es la creciente exportación de capital y talento empresarial venezolano hacia Colombia. No obstante, la situación actual nos duele porque sufren las empresas colombianas que han tenido presencia en Venezuela, pero también porque sufre el pueblo del hermano país.

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