Elizabeth Mora-Mass
El Tiempo, Bogotá
Enero 30 de 2010
-Hasta hace 16 meses yo era una mujer privilegiada: tenía mi propia casa; mis hijos estudiaban en un colegio privado, yo tenía un empleo de 75.000 dólares anuales y mi esposo, su propio negocio. Hoy día, vivimos en un estudio, porque perdimos la casa -no había con qué pagarla-, los niños van a la escuela pública, mi esposo tuvo que cerrar el negocio, por falta de clientes, y ahora los dos salimos a "jornaliar" en lo que sea; de alguna manera nos tenemos que conseguir la papa -dijo María R., una colombiana de Queens- (publicar su apellido no le agrega nada a esta historia).
Y agregó: -Mi caso se repite en los miles de empleados financieros que perdieron sus puestos en Nueva York desde el 2008. El trabajo significa el confort y la dignidad de las familias y por eso es mi disgusto con las administraciones de George Bush y Barack Obama. Bush nunca hizo nada por controlar los bancos, que vendieron los bonos hipotecarios entre 20 y 30 veces, y Obama les prestó plata para que se hicieran más ricos. A los bancos no les interesa usar los 750.000 millones de dólares -que Obama les dio sin ninguna garantía- en arreglar la crisis de las hipotecas del país, porque las casas son de ellos (los bancos) y, si rebajan las sumas de las hipotecas, estarían bajando la cuantía de sus propios haberes. Con la plata se subieron sus sueldos y nos echaron a los empleados. Por eso, no creo que se arregle el problema hipotecario del país.
Hace años, María se enteró por medio de un sacerdote amigo de que en la Octava Avenida de Manhattan se paraban las mujeres inmigrantes en busca de un empleo. "Lo que nunca me imaginé es yo me tendría que parar aquí a buscar un trabajito diario. A veces, tengo suerte y como hablo buen inglés y tengo papeles me contratan por varios días, incluso semanas, como en Navidad, cuando me contrataron por un mes para cuidar unos niños de unos turistas europeos".
Mientras tanto, Carlos, el marido de María, se para en la Avenida Roosevelt, junto con docenas de hombres, tan desesperados como él por conseguir un trabajo. -"Me contratan para hacer de todo, desde limpiar casas hasta empacar muebles -mucha gente sigue perdiendo sus casas y necesitan empacar las cositas de urgencia, como nos tocó a nosotros- y para cuidar ancianos. Me ha tocado lavar ropa con mierda de los ancianos; pero esa es la comida de mis hijos y, por ellos, yo hago lo que sea".
Lo peor de todo es que en Nueva York, para las personas que, como María y su esposo perdieron sus empleos, sus propiedades y sus negocios, las noticias siguen siendo malas. En diciembre del 2009, el desempleo en la ciudad subió al 10.6 por ciento, frente al 7 por ciento reportado para diciembre del 2008.
De acuerdo con las estadísticas del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos, esta cifra es la más alta de desempleo en los últimos 17 años e iguala la de hace 26 años. La ciudad perdió otros 9.100 empleos en diciembre, incluyendo 5.800 puestos en el sector privado, localizados principalmente en contabilidad (1.400), restaurantes (1.300) y ventas al menudeo (1.100). Desde agosto del 2008, Nueva York perdió unos 136.000 empleos en el sector financiero, según las cadenas de televisión.
"Yo tengo unos tres o cuatro casos muy dramáticos cada semana. Y algunos no son de personas indocumentadas, sino gente que tiene todo en regla. Esto es una procesión", afirmó Orlando Tobón, quien por más de 25 años ha sido el paño de lágrimas de los colombianos con problemas.
"Estamos en una recesión muy seria y el crecimiento de los empleos va a ser muy lento", repite como una letanía James Parrott, economista jefe del Instituto de Política Fiscal, quien anunció que aunque ve un mejor panorama para Wall Street este año, Nueva York está lejos de la recuperación económica.
La crisis de la economía nacional no luce mejor. Según el Departamento del Trabajo, el desempleo es del 10 por ciento a nivel nacional, pero de más del 12 por ciento para los hispanos y, desde agosto del 2008, el país ha perdido más de ocho millones de empleos. Aunque hay quienes dicen que hay recuperación, el bajón en los precios de las casas continúa, dejando sin trabajo a cientos de miles de empleados bancarios, trabajadores de la construcción, carpinteros, plomeros, electricistas, agentes de bienes raíces y decoradores.
Y no sólo eso. Como el desempleo se ha acelerado, las ventas de todos los productos han disminuido, por lo que muchos de los empleadores han alargado la jornada de trabajo -e incluso han rebajado los salarios-. "Yo tuve que aceptar que me bajaran de 15 dólares a 12 dólares la hora. Si me negaba, quedaba sin trabajo", dijo Gilberto Saldarriaga, quien trabaja en un laboratorio dental.
"Vivimos una recesión lenta. En una recesión normal, hay un bajón, se estabiliza y vuelve a subir. No estamos hablando de dos o tres cuatrienios negativos. Estamos esperando salir de un bajón económico de más de dos años, sin generación de empleo. Creo que ya pasamos lo peor. Pero habrá que esperar por los puestos de trabajo", expresó Ethan Harris, economista jefe para Estados Unidos de Lehman Brothers.
No hay comentarios:
Publicar un comentario