Juan Mayr Maldonado*
El Colombiano, Medellín
Febrero 11 de 2010
Durante la cumbre mundial sobre Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas realizada en Johannesburgo hace diez años, los dirigentes mundiales decidieron declarar el 2010 como el Año Internacional de la Biodiversidad. Esta declaratoria buscó llamar la atención sobre las consecuencias y riesgos que tendría la acelerada pérdida de biodiversidad sobre el desarrollo humano. Se proyectaba que, a lo largo de una década, los gobiernos tomaran las medidas y acciones adecuadas para frenar su pérdida y con ella la desaparición de cientos de especies de flora y fauna.
La declaratoria fue inspirada por los resultados que arrojó la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, una iniciativa convocada por el Secretario General de la ONU y auspiciada por las principales instituciones científicas y de desarrollo a nivel mundial, la cual reunió a más de 1.300 expertos, quienes evaluaron las consecuencias de los cambios en los ecosistemas sobre el bienestar humano y los servicios ambientales que estos proveen a la humanidad.
Los resultados, en su momento, fueron un primer campanazo de alerta: "Durante los últimos cincuenta años, los seres humanos han transformado los ecosistemas más rápida y extensamente que en ningún otro periodo de tiempo en la historia humana, en gran parte para resolver las demandas crecientes de alimento, agua dulce, madera, fibras y combustibles". En la actualidad existe un gran consenso sobre esta afirmación. El rápido crecimiento económico se ha logrado a costa de la degradación de los ecosistemas, cuestión que ha acentuado la pobreza y en muchos casos el conflicto. Y Colombia no es la excepción.
Pero lo más preocupante es que a manera de conclusión la evaluación afirma que "hoy en día ya no puede darse por seguro que los ecosistemas del planeta vayan a mantener la capacidad de sustentar a las generaciones futuras". Un mensaje que plantea la urgente necesidad de contar con dirigentes que estén dispuestos a transformar las políticas y las instituciones para enfrentar semejante amenaza. Además porque hoy, diez años más tarde, la situación, lejos de mejorar ha empeorado.
Es por todo lo anterior que quiero destacar la firma, en esta semana, del proyecto "Incorporación de la Biodiversidad en el Sector Cafetero de Colombia", entre el gerente de la Federación Nacional de Cafeteros y el director del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo -Pnud-. Un proyecto que busca revertir la degradación de los ecosistemas en zonas cafeteras y contribuir al sustento de las poblaciones locales y a su acceso a los beneficios ambientales globales.
El proyecto, con una inversión total de 7.8 millones de dólares, es financiado por el Fondo Mundial Ambiental (GEF) y por contrapartidas nacionales y locales. Su objetivo es ayudar a crear un entorno propició para la conservación de la biodiversidad y el uso sostenible del paisaje en 13 municipios cafeteros de Nariño, Valle del Cauca y Quindío. El proyecto busca atraer y mantener agricultores comprometidos con los cultivos de café que protegen la biodiversidad y generará incentivos económicos mediante el fomento de pagos por servicios ambientales de importancia global. A su vez, propiciará ingresos económicos estables a partir de productos certificados y no certificados cultivados en fincas de café que protejan la biodiversidad. Una linda oportunidad para los pequeños productores y para el biocomercio, tomando en cuenta que en la zona andina se encuentra el 25% de la flora total del país, cerca del 30% de los mamíferos y más del 60% de las aves de Colombia.
Al final de los 5 años de ejecución proyectada, Fedecafé, el Pnud y el GEF aspiran a tener por lo menos 11.500 agricultores capacitados en un territorio de 192.000 hectáreas. Además en la alianza para este propósito también participan los Comités Departamentales, las CAR, las alcaldías, el Sena, las cámaras de comercio, universidades, las asociaciones de productores, ONG locales, centros provinciales y entes territoriales.
Una gran noticia para un país catalogado como el segundo más rico en biodiversidad en el mundo.
* Ex ministro
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