viernes, 19 de febrero de 2010

La izquierda populista en Bogotá

Víctor Hugo Malagón

El Nuevo Siglo, Bogotá

Febrero 19 de 2010

Con algo de sensacionalismo hace unos días el periódico El Tiempo publicó una nota que tituló “Nicolás Uribe puso a circular juego en el que se burla del Alcalde de Bogotá”, en el que explica cómo el joven candidato al Senado está aplicando una estrategia electoral sin precedentes en nuestro país, distribuyendo en distintas redes sociales en internet un juego electrónico llamado “Ponga a trabajar a Samuel” a través de su página web. Más allá de considerar innovadora y visionaria esta estrategia de campaña que empieza a hacer realidad en la política de Colombia el concepto de web 2.0, debo decir que ésta es una muestra más, del generalizado descontento de los ciudadanos de Bogotá, por la muy deslucida y cuestionada gestión del gobierno del Polo Democrático en la capital en cabeza del Alcalde Mayor, Samuel Moreno Rojas.

La semana pasada terminaba mi columna anunciando precisamente que abordaría el tema de la izquierda populista en Bogotá a raíz de la respuesta olímpica del Alcalde a la solicitud de Gustavo Petro, candidato presidencial de su propio partido político, en la que expresa su preocupación, también generalizada, por la corrupción que se está carcomiendo la eficiencia en el desarrollo del distrito. El alcalde negaba contundentemente la existencia de focos de corrupción en el gobierno distrital y ridiculizaba un poco la petición de Petro.

Y es que hace muchos años los bogotanos no experimentábamos tales niveles de ineficiencia en la gestión pública de la ciudad, ya nos habíamos acostumbrado a que, aún con problemas, la gestión pública era eficaz y reportaba ciertos estándares de eficiencia pero hoy tenemos que ver a una Bogotá caótica y atrasada: las obras públicas retrasadas e ineficientes, la seguridad deteriorada, el tránsito y la movilidad colapsadas, la educación con alta cobertura pero calidad precaria, serios cuestionamientos a la transparencia del sector público, ni que decir de la gobernabilidad, y en definitiva una pérdida acumulada de confianza y capital social, cuya recuperación nos tomará muchísimos años de esfuerzo, se nos está perdiendo entre las manos la gran oportunidad del desarrollo. Y este es, a mi modo de ver, el principal daño que le está causando a nuestras sociedades el ímpetu irresponsable de la izquierda populista, que ha accedido al poder exacerbando las necesidades e inconformidades más urgentes de la población, pero sin ofrecerles capacidad seria y consistente de dirección, gobierno y ejecución. No sólo en Bogotá sino también en América Latina en general, la izquierda sigue teniendo una enorme deuda con la sociedad porque aún no demuestra tener capacidad para ejercer el poder con seriedad, efectividad y eficiencia, y el costo de recuperar el capital social destruido será muy alto.

* Víctor Hugo Malagón es economista, especialista en política y relaciones internacionales y profesor universitario.

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