domingo, 31 de enero de 2010

Los caprichos de la Suprema

Rafael Nieto Loaiza

El País, Cali

Enero 31 de 2010

Por fin el jueves pasado la Corte Suprema entró a votar para escoger al nuevo Fiscal General de la Nación. De ese hecho se desprenden varias consecuencias.

La primera, que no tendremos Fiscal penalista. En contra de lo que sostuvieron los actuales Presidente y Vicepresidente de la Corte en diversas entrevistas, la mayoría del alto tribunal cree que la de ser experto en derecho penal no es una condición necesaria para desempeñar el cargo de Fiscal General. Era lo que habíamos dicho algunos, basados en que ese requisito no estaba en la Constitución o en las leyes, y en que en ocasión anterior, aun después de la entrada en vigencia del nuevo sistema penal acusatorio, la Corte había elegido fiscal lego en la materia. Mario Iguarán nunca fue abogado experto en derecho criminal.

La segunda, que se puede haber sido funcionario del gobierno que postula sin que ello signifique quedar vetado para ser elegido Fiscal. Camilo Ospina fue secretario jurídico de Palacio, ministro de Defensa y embajador en la OEA. La Corte parece haber reconocido que la independencia y autonomía del Fiscal, entonces, depende del carácter del nominado y no de que el candidato haya sido o no empleado del alto gobierno.


Tercera, que los llamados “estándares internacionales” que se alegaron para no elegir Fiscal no eran tales. Para empezar, porque lo que se arguyó como fundamento de tales “estándares” no eran tratados internacionales obligatorios para Colombia. De hecho, no eran siquiera normas de derecho internacional de otro tipo. Eran apenas algunas sugerencias de expertos de distintos países. Para peor, ni siquiera establecían que los fiscales tuviesen que ser penalistas o que no pudieran haber sido funcionarios de gobierno.


Cuarta, que la terna sí era “viable”, a pesar de las declaraciones en contrario de algunos magistrados. En distintos momentos, tras las renuncias de dos de los nominados, insistieron en que toda la terna debía retirarse. Pues bien, ahí sigue como candidato Ospina, el único de los tres postulados originales que sobrevivió la feroz embestida de los magistrados radicales y de sus acólitos en los medios de comunicación.


Como resultado, es posible sostener que exigir las condiciones de experto penalista y no haber sido funcionario de gobierno y declarar la “inviabilidad” de la terna fueron decisiones que no tenían fundamento internacional, constitucional o legal. No sobra recordar que el ámbito de libertad de los funcionarios públicos es reglado y limitado. Es decir, los funcionarios públicos, cuando actúan como tales, sólo pueden hacer lo que la Constitución y las leyes les ordenan. Ni más ni menos. De manera que pedir requisitos adicionales a los que establece la Constitución para los candidatos a Fiscal General y declarar la “inviabilidad” de una terna que reunía las características exigidas en la Carta Política fueron decisiones calificables de arbitrarias y caprichosas.

Eso, en mi opinión, es lo más desafortunado de este episodio, por cierto no resuelto del todo hasta que se elija Fiscal en propiedad. A mí tampoco, lo dije en su momento, me gustaban algunos de los candidatos originales. Y los nuevos me parecen mucho mejores. Pero los órganos públicos no pueden actuar de acuerdo con sus gustos sino con lo que el orden jurídico ordena. Más grave aún si quien actúa por capricho (esperemos que no por política) es la más alta instancia de la justicia civil.

Se nos embolata la salud

Alfredo Rangel

Revista Semana, Bogotá

Enero 30 de 2010

Se puede establecer cierto paralelo entre las reformas a la salud promovidas por Obama y Uribe. En efecto, ambas han buscado universalizar la cobertura de la salud y las dos han generado álgidos debates y mucho descontento entre sectores de la opinión pública. Para Obama el resultado político parece ser adverso. Para Uribe todavía es incierto.

Pero si el propósito general de ambas reformas es el mismo, las condiciones de entorno son muy diferentes y, por consiguiente, el proceso político es muy distinto. Así, en Estados Unidos el 85 por ciento de la población tiene un seguro médico privado, que mayoritariamente es costeado por las empresas a sus empleados, y sólo el 15 por ciento está desprotegido porque no puede pagar. Allá un plan orientado a proteger a la minoría ha alarmado a la mayoría de la población, aun cuando el gobierno ha propuesto que el billón de dólares necesario para pagar a las aseguradoras por los nuevos afiliados se obtendría con nuevos impuestos y desviando recursos de Medicare, un programa asistencial estatal para ancianos. La mayoría teme que la calidad de los servicios de salud se deteriore por esta reforma.

En contraste, aquí la inmensa mayoría de la población -las dos terceras partes- no paga los servicios de salud y su acceso es subsidiado por la tercera parte que sí paga y por los recursos generales del Estado. Aquí un plan orientado a favorecer a la mayoría ha alarmado -con justa razón, como veremos- a la minoría. Aun cuando aquí también el gobierno ha dicho que los recursos financieros necesarios para lograr la cobertura universal en salud se obtendrán de nuevos impuestos, de un mayor control a la corrupción, de la restricción a la tutelas para procurarse ciertos servicios de salud, y de una redefinición de los servicios de salud que prestará el sistema. En lenguaje técnico, la unificación del POS.

Pues precisamente este último punto es el que ha provocado justificada alarma entre la población que hoy paga su servicio de salud al sistema porque, razonan, está bien que la gente más pobre tenga un mejor servicio de salud, pero esto no debería lograrse a costa de un deterioro del acceso a los servicios de quienes hoy lo pagan. En este tema la incertidumbre es total y sólo tendremos claridad hasta el próximo mes de julio -después de las elecciones-, cuando el gobierno anuncie cuál va a ser el nuevo paquete unificado de servicios de salud que se prestará a todos los afiliados al sistema, independientemente de que paguen o no. Muy seguramente no se tratará del paquete contenido en el actual POS, porque de ser así pues ya lo habrían anunciado, y, adicionalmente, esto costaría cerca de cinco billones de pesos que sólo se podrían costear con nuevos aumentos de impuestos, según Fedesarrollo. Así que lo que se sospecha es que va a ser algo de menor alcance que el POS contributivo y de mayor alcance que el actual POS subsidiado. En dos palabras, a los que pagan se les dará menos para darles más a los que no pagan. Una medida de equidad que entre la clase media puede traer mucha insatisfacción y ocasionarle significativos costos políticos al gobierno, pues a nadie le gusta que le quiten lo que tiene.

Sin embargo, la restricción al acceso a ciertos servicios del actual POS no será absoluta. Pero ni pobres ni ricos lo harán vía tutela como antes, pues la prestación de esos servicios, ahora llamados "excepcionales", tendría que ser aprobada por un comité técnico científico. Adicionalmente, estos tratamientos "excepcionales" tendrán que ser costeados parcialmente por el paciente, según su capacidad de pago, lo que también está por determinarse. De esta manera el gobierno busca acabar con lo que, según su criterio, era un consumo excesivo no requerido por parte de algunos pacientes, y con una inducción exagerada a la demanda por parte de algunas EPS y médicos especialistas. Pero, insistimos, la clave estará en lo que el gobierno decida que antes era normal y en adelante será "excepcional", calificación que a los médicos no les acaba de sonar bien.

En Estados Unidos la discusión de la reforma a la salud ha tomado largos años, y todavía no ha sido posible aprobarla. Es de esperar que aquí semejante cambio no se vaya a realizar a través de decretos de emergencia, pues muy seguramente requerirá de una ley estatutaria que debe estudiar el Congreso. Es necesario tomar medidas para superar la crisis financiera en que entró nuestro sistema de salud, pero las reformas estructurales requieren de amplios consensos que es necesario alcanzar con un debate amplio y participativo de todos los involucrados. Incluidos los usuarios, claro.

P.S. No veo relación entre la crisis de seguridad en Medellín y la medida de volver a los estudiantes informantes pagados. Los costos colaterales podrían ser mayores que las ganancias en seguridad. Es mejor corregir la medida.

El Brasil de Lula da Silva

Mario Calderón Rivera

La Patria, Manizales

Enero 31 de 2010

En “La Historia de las Independencias” deliciosamente contada por Diana Uribe están muchas de las mejores claves para entender el Brasil de hoy, de ayer y de siempre. Porque en el origen y en el desarrollo de la nación carioca no han dejado de estar presentes las esencias distintivas del papel pionero de Portugal en la expansión ultramarina europea y primordialmente en la conquista de América. Algo en que la gran figura de Enrique El Navegante, Rey de Portugal y genio comparable al gran Leonardo, sembró los hitos que después permitirían a Cristóbal Colón llegar a las costas de un nuevo mundo y a Vasco de Gama encaminarse a la India por el Cabo de Buena Esperanza. Sin embargo, su genio visionario estuvo marcado esencialmente por la fundación de la Escuela de Sagres, un foro de navegantes y científicos llamado a convertirse en la primera gran punta de lanza que convertiría a Portugal en el factor determinante de la nueva diplomacia mundial surgida de los descubrimientos. El resultado de ese impulso fue el Tratado de Tordesillas suscrito el 7 de junio de 1494 entre los reyes de Castilla y Aragón Fernando e Isabel y Juan II de Portugal, con la venia del Papa Borgia, Alejandro VI, para trazar una línea divisoria que marcaría el reparto de los territorios de conquista en el océano Atlántico. En ese histórico tratado Brasil pasó a formar parte del imperio portugués. Pero también se sembraron las primeras bases para lo que sería una diplomacia regional con características muy diferentes a las que distinguirían a los nuevos Estados surgidos de la guerra independientista contra España. Desde que a mediados del siglo XIX se construyó el palacio de Itamaratí como sede del gobierno republicano, la diplomacia brasilera comenzaría a marcar una gran diferencia dentro la diplomacia continental.

Diana Uribe describe magistralmente ese contraste. Que empieza cuando las guerras napoleónicas destronan a Fernando VII y el imperio español comienza a colapsar. Napoleón quiere expandir el dominio de Francia y en sus planes está también tomar posesión de Portugal y de sus signos imperiales. Y mientras España se acaba de desgastar defendiendo su propia casa, el genio geopolítico heredado de Enrique El Navegante hace que los portugueses “empaquen su imperio para Brasil”, trasladen la sede imperial de Lisboa a Río, “haciendo que sus territorios de ultramar se conviertan en el imperio mismo, pero manteniendo su identidad histórica aún después de lograda la independencia. Y como la guerra de Napoleón es esencialmente una guerra de alcance europeo, -inspirada en la Ilustración y en la razón, pero apoyada en la fuerza- el imperio portugués asentado en Brasil comienza a forjar lo que sería -años después de la derrota de España en América- una transición pacífica promovida directamente en 1822 por el Rey de Portugal hacia una monarquía constitucional basada en un modelo esclavista. Sin embargo, la propia dinámica geopolítica en que estaba enmarcado el imperio, llevaba implícito el impulso hacia la abolición de la esclavitud en 1888. Brasil vivió desde entonces un proceso turbulento en el que el enfrentamiento entre democracia y el caudillismo militarista terminaron por llevar al Brasil a una madurez tan alta que sirvió para abrir las puertas a la elección de Ignacio Lula da Silva. Después de que Fernando Henrique Cardoso había realizado una gestión ejemplar que dio comienzo a la emergencia de Brasil en el siglo XXI.

Ignacio Lula da Silva viene de ese Brasil profundo, donde su fundieron todas las razas y se produjo en un gigantesco territorio y a partir de una megabiodiversidad incomparable, la mejor de las síntesis humanas suramericanas. Nacido en una humilde familia campesina en el Estado de Pernambuco, viajó a Sao Paulo en busca de mejores oportunidades. Sus primeros oficios informales fueron de lustrabotas y de ayudante de tintorería, para pasar luego a mecánico y auxiliar de oficina. Formado como tornero mecánico en el Senal (el equivalente brasilero del Sena), llegó a escalar las más altas posiciones en el sindicalismo metalúrgico del Brasil. Y como líder del Partido de los Trabajadores llegó finalmente a la primera dignidad de su país. Era el final de una marcha inverosímil. Y conmovió al mundo cuando en su discurso de posesión dijo con la mayor simpleza: “Y yo, que durante tantas veces fui acusado de no tener un título universitario, consigo mi primer diploma, el título de presidente de la República de mi país”.

Pero también desde ese momento mostró la visión que lo guiaría para condicionar uno de los más fascinantes fenómenos de la geopolítica mundial expresado en el cuadrilátero BRIC (Brasil-Rusia,Iindia y China). Su pragmatismo no se diferenció en nada del de los líderes chinos, indúes o rusos. Porque en su primer gabinete incluyó al Presidente del Banco de Boston de Brasil como presidente del Banco Central y a un reconocido extroskista como Ministro de Hacienda.

Con ese equipo y bajo su liderazgo personal, no solamente ha mostrado, en medio de la crisis mundial, una fortaleza económica excepcional con un crecimiento por encima del 5%, sino que ha reducido el nivel de pobreza absoluta de un 35% en 2003 hasta un punto en que se espera que para el año 2016 quedará completamente eliminada. Algo de lo cual está todavía lejos el resto de países latinoamericanos.

Solo dos son los sinvergüenzas...

Mauricio Botero Caicedo

El Espectador, Bogotá

Enero 31 de 2010

En esta época electoral, varios tipos de argumentos esgrimen los apologistas a favor de los narcoterroristas: afirman que la guerrilla sigue teniendo capacidad de doblegar a los 44 millones de colombianos.

Para muestra de la ofensiva mediática, basta leer la reciente columna del “periodista” Jorge Enrique Botero en El Tiempo (enero 23/10), en la que reafirma que las Farc son una “fuerza político militar” que es “científicamente invencible”. (Entre otras, pretender que Jorge Enrique Botero es un periodista independiente es tan ridículo y apartado de la verdad como pretender que la agencia de noticias Anncol es una entidad objetiva. El primero hace público alarde de sus simpatías por los narcoterroristas y la segunda es la vocera oficial de la guerrilla).

Para poder dimensionar el problema de orden público entre un puñado de narcoterroristas y los 44 millones de colombianos, y contextualizar la increíble y poco realista pretensión de las Farc de ser una fuerza político militar, puede ser oportuno repasar algunos números absolutos y relativos. En Colombia hay en el mejor de los casos 11.500 narcoterroristas que, con la hipócrita coartada de buscar justicia social (i.e imponer el marxismo leninismo) en el país, lo que hacen es traficar, secuestrar y extorsionar. Es decir, por cada guerrillero hay 3.826 ciudadanos indefensos. En términos relativos lo anterior significa que en un barrio promedio de 8.000 personas, donde conviven 2.000 familias, sólo dos son los sinvergüenzas que —envalentonados con el sucio dinero del narcotráfico— pretenden imponerles a 2.000 familias un sistema político y económico totalitario que obligatoriamente tendrían que acatar. Que 7.652 ciudadanos están dispuestos a reconocer y aceptar que el par de sinvergüenzas del barrio son una fuerza político militar, es un hipótesis tan insólita como peregrina.

Otro argumento de Botero Lince y los demás apologistas de los narcoterroristas es que “las Farc son invencibles… es un hecho científicamente comprobado”. Para respaldar tan peregrina tesis, el mentado “periodista” saca a relucir el siguiente raciocinio: “¿O es que 50 años de infructuosos (y costosísimos) esfuerzos por aniquilarlas no son suficiente evidencia?”. Hoy, el narcoterrorismo representado por las Farc y un insignificante reducto de “elenos” logra subsistir exclusivamente con base en los ingresos del narcotráfico, el secuestro, la extorsión y el mal disimulado apoyo de Chávez y sus secuaces. Afirmar que son “científicamente invencibles” es un disparate mayor. Sin embargo, mientras que la droga sea ilegal va a ser muy difícil erradicar el narcotráfico: cuando mucho se les puede arrinconar, forzando simultáneamente su repliegue al vecino país. Lo que es una inescrutable e incomprensible realidad es que a las dos partes involucradas en la guerra contra el narcotráfico la financian son los mismos norteamericanos y europeos. Los gobiernos de estas naciones con una mano ayudan a financiar el esfuerzo para acabar con los narcoterroristas, pero con otra mano los consumidores de droga norteamericanos y europeos son los que financieramente le dan oxígeno a la guerrilla.

Mientras existan consumidores de droga ilegal en Europa y Estados Unidos, los dos sinvergüenzas del barrio van a seguir operando. Confundir una recua de narcotraficantes (arropados en una discutible ideología marxista leninista) con una fuerza político militar “científicamente invencible” es una imbecilidad. Cuando se legalice la droga, en menos de lo que canta un gallo el narcoterrorismo desaparece. Las Farc, o son droga, o no son.

Crisis en Honduras, principio del fin

Andrés Oppenheimer

El Colombiano, Medellín

Enero 31 de 2010

El presidente hondureño Porfirio Lobo estuvo bastante solo en su posesión, ya que la mayoría de los presidentes latinoamericanos no asistió a su toma de posesión en protesta contra el golpe de Estado de 2009 en su país. Pero, a juzgar por lo que me dicen altos funcionarios de toda la región, el aislamiento internacional de Lobo no durará mucho.


En una entrevista telefónica, el secretario José Miguel Insulza me dijo que hay un buen clima para levantar la suspensión de la OEA a Honduras. Agregó que "todos piensan que se va a llegar a un retorno relativamente pronto de Honduras a la OEA". Solo dos jefes de Estado latinoamericanos, Ricardo Martinelli, de Panamá, y Leonel Fernández, de República Dominicana, quien se llevó consigo al derrocado presidente Manuel Zelaya, asistieron a la ceremonia de asunción de Lobo. Estados Unidos envió al jefe de asuntos hemisféricos del Departamento de Estado, Arturo Valenzuela.


Pero España envió al segundo funcionario de su embajada en Honduras, y la mayoría de los países latinoamericanos enviaron delegaciones de bajo nivel. Venezuela y sus aliados estuvieron ausentes, después de que el Congreso hondureño decidiera, horas antes, retirar a su país del bloque de países "Bolivarianos" financiado por Chávez, el Alba.


El clima internacional ha cambiado con respecto a Honduras en los últimos meses, desde que el régimen de facto realizó elecciones libres que estaban planificadas desde antes del golpe. Estados Unidos y varios gobiernos están ahora más dispuestos a normalizar las relaciones con Lobo, citando el hecho de que Lobo no tuvo nada que ver con el golpe, y que casi todas las democracias latinoamericanas nacieron de elecciones convocadas por regímenes de facto.


En otra entrevista telefónica, el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, que fue el primer mediador de la crisis hondureña, me dijo que "En los próximos meses, poco a poco, los países que nos comprometimos a restablecer las relaciones diplomáticas con Honduras las van a restablecer".


Craig Kelly, un alto funcionario de asuntos latinoamericanos del Departamento de Estado, me dijo que el levantamiento de las sanciones económicas del gobierno del presidente Obama a Honduras depende de que Lobo cumpla sus promesas de convocar un gobierno de reconciliación nacional y crear una "comisión de la verdad" para investigar el golpe de Estado. Pero agregó que "nos alimenta el compromiso de Lobo de adoptar estas medidas, y esperamos tener una relación muy positiva con Honduras durante su gobierno".


Mi opinión: No estoy de acuerdo con quienes están pintando al ex presidente de facto Micheletti como un héroe por haber impedido que el país cayera en manos de Chávez.


Micheletti violó las leyes cuando ordenó que Zelaya fuera sacado del país en avión en vez de permitirle tener un juicio justo en su país, tal como lo requiere la ley hondureña. Y antepuso su ego a las necesidades del país al aferrarse al poder hasta el último momento, en vez de renunciar para permitir que un presidente neutral le pasara el poder a Lobo.


Pero el nuevo presidente es otra historia. Lo que me dijeron Insulza, Arias y Kelly, incluso que el presidente izquierdista de El Salvador, Mauricio Funes, esté diciendo que reconocerá al gobierno de Lobo, sugiere que Honduras pronto volverá a ser aceptada en el redil democrático.

Ahora sólo queda esperar que el alto costo económico que pagó Honduras por su golpe de Estado sirva de lección para que tanto los demagogos hambrientos de poder como los potenciales golpistas en toda la región piensen dos veces antes de violar el Estado de derecho.

Propaganda negra, mala política

Editorial

El Colombiano, Medellín

Enero 31 de 2010

El martes se cierran las inscripciones de candidatos que aspiran a ser elegidos al Congreso de la República por cuatro años y parece que estuviéramos repitiendo, una a una, las viejas prácticas clientelistas, de denuncias sin pruebas, de polarización y cero debate sobre los graves problemas que padece el país.


La llamada propaganda negra, esa que se usa para atacar al adversario con rumores, pero en muchas ocasiones sin pruebas, para vender la idea de que todos son malos, salvo el que la practica, vuelve a estar al orden del día.


Las últimas semanas han sido copiosas en materia de denuncias sobre compra de votos, financiación de campañas con dineros de dudosa procedencia y presuntas alianzas con personas sub júdice, en una feria de ataques y contraataques que permiten pensar que estamos lejos de tener un Congreso Admirable y unas elecciones limpias.


¿Dónde está el debate sobre las propuestas que necesita el país para superar la encrucijada en que nos tienen los narcotraficantes, la guerrilla y las bandas emergentes, y así poder elegir a los más idóneos y capacitados, con valores éticos y morales, que enaltezcan el concepto de democracia y vigoricen el ejercicio de la política en su significado más profundo? ¿Acaso no es suficiente el costo que ha tenido que asumir el país, en el ámbito interno y ante la comunidad internacional, con las nefastas influencias del narcotráfico, la guerrilla, el paramilitarismo y la corrupción en la vida política?


Estas elecciones del 14 de marzo, como deben ser todas las elecciones democráticas, son una oportunidad de oro para cambiar el rumbo de la nación y asumir la responsabilidad de elegir a los mejores, sin prebendas de por medio y en sana conciencia. La abstención no puede ser una opción política, porque no podemos dejar en manos de otros el derecho constitucional de elegir y ser elegido.


¿Cómo podremos exigirles a los escogidos que cumplan con sus obligaciones si no hemos participado de su elección?


La responsabilidad de los partidos políticos para evitar que se filtren en sus listas personas que no ofrecen garantías de transparencia e idoneidad es comparable con la que tienen los electores a la hora de escoger y castigar las posibles filtraciones.


Sin embargo, es fundamental la tarea de los organismos de control que tienen como funciones vigilar que se cumplan los topes en la financiación de campañas, hacer visibles a los que se encuentran inhabilitados para ser elegidos, investigar las denuncias sobre vínculos con grupos al margen de la ley y, en especial, que todos tengan las mismas garantías para adelantar sus campañas.


Colombia necesita y demanda un ejercicio de la política con seriedad y responsabilidad. La propaganda negra es una mala maña para tratar de llegar al poder.
Es hora de la sensatez.

Una mala señal sería funesta

José Félix Lafaurie

Vanguardia Liberal, Bucaramanga

Enero 31 de 2010

No es de poca monta lo que está en juego en la ganadería de leche. Su futuro depende, en el corto plazo, de una decisión del Gobierno –la determinación del precio del litro de leche cruda que debe recibir el productor–, y de las señales que envíe para su permanencia en el largo plazo. ¿Por qué el Gobierno tendría que intervenir y fijar un precio en un mercado? ¿No son la oferta y la demanda las que lo determinan? Infortunadamente lejos estamos de ese “deber ser”. Daño grave se le haría al país el aceptar esa tesis cuando existen condiciones de mercado adversas que habilitan intereses muy particulares. Es una situación en la que la industria procesadora de leche puede hacer lo que quiera con los productores. Algo debe decirles al Gobierno –y a todos los colombianos– los continuos períodos de crisis por la que atraviesan los productores de leche.


Hay que señalar que un poco menos de la mitad de la producción total de leche cruda es adquirida por la industria (2.700 millones de litros al año). Una pequeña parte se queda en finca (700 millones), y el resto (2.900 millones) lo absorbe el mercado informal. En la práctica lo que existe es una abundante oferta de leche cruda a disposición de la industria, lo cual significa que el argumento de exceso de oferta siempre va a ser válido para bajar precios, ya sea en época de invierno o de verano. Argumento que siempre utiliza la industria. El año pasado lo aceptaron los productores más con la responsabilidad social que los caracteriza que con ingenuidad, para que los colombianos menos favorecidos pudieran beneficiarse de la excelente oferta de leche cruda al estar dispuestos a poner $25 por litro para comprar los excedentes a la industria y llevarlos al mercado asistencial.


La pregunta entonces es, ¿por qué la industria no lleva esa abundante oferta a las poblaciones de bajos ingresos? Estudios de mercado indican que el canal de distribución por excelencia de los procesadores son los grandes supermercados, en donde colocan alrededor del 70% de sus productos. No van a las poblaciones pobres. Pero tampoco aprovechan los buenos precios de los mercados internacionales. Cuando el precio por tonelada estuvo a US$5.700, nuestros industriales no lograron exportar una tonelada de leche en polvo a nuevos mercados.


Cada uno maneja su negocio como mejor le parezca. Puede regalarla y exprimir a sus proveedores, pero lo que sí es claro es que el Gobierno no puede evadir su responsabilidad. La fórmula vigente para determinar el precio no corrige las distorsiones descritas. Lo que el ganadero pide es que el precio del litro aumente levemente por encima de la inflación, 2.7% (20 pesos) y el reconocimiento de una prima de verano tasada en 50 pesos durante 6 meses.


En la decisión del Gobierno debe prevalecer la urgencia de solucionar el problema inmediato para que el ganadero subsista en el largo plazo.

Inestable alianza para delinquir

Álvaro Valencia Tovar

Vanguardia Liberal, Bucaramanga

Enero 31 de 2010

Inesperada alianza acaba de pactarse entre las Farc y el Eln que, pese a los descalabros sufridos, persisten en una lucha perdida. No sólo en la confrontación armada sino en el descenso a las profundidades del narcotráfico disolvente y el terrorismo como única forma de proclamar su precaria presencia. Según parece la iniciativa partió del mando militar y político del Eln, personificado por Gabino y Antonio Beltán. Tardía pretensión de revivir la etérea Coordinadora Guerrillera, que sólo simulaba existir para impresionar a negociadores incautos. Aunque aparecidos en 1964, Eln y Farc tuvieron desde sus orígenes profundas diferencias.


La proclamación de las Farc antecedió a la del Eln en diez años, a la sombra del feroz enfrentamiento sectario de los partidos históricos, con el nombre de Autodefensas Campesinas, en realidad brazo armado del Partido Comunista apoyado por la Unión Soviética.


El Eln fue la proyección en el Caribe de la Revolución Cubana. La línea Moscú preconizaba el mismo desarrollo de la Revolución Rusa de 1917, con el alzamiento masivo del proletariado urbano, aprovechando una coyuntura propicia para asaltar el poder político. La línea fidelista quería repetir en América Latina su propio modelo: instalación de focos insurgentes en sectores rurales marginados y sin esperanza, donde las “condiciones objetivas” permitieran propagar el fuego revolucionario y derrotar el poder del Estado preparado para la guerra convencional, fácilmente contrarrestado por las formas guerrilleras.


Eso no era todo, la novel dirigencia urbana del Eln menospreciaba a los palurdos jefes de las Farc y éstos se burlaban de los burgueses improvisados como jefes guerrilleros. El Eln, fingiendo buscar una acción conjunta de las dos fuerzas, obtuvo de las Farc un cuantioso préstamo que jamás devolvió. La Inteligencia de la Quinta Brigada pudo comprobar el enfriamiento de la relación hasta llegar a la ruptura total, que en épocas recientes se tradujo en batallas campales dominadas por las Farc, más veteranas y mejor armadas. Que el Eln “pida cacao” en esta alianza inestable, indica varias cosas: Reveses contra el Ejército y las Farc, desmoralización, impotencia para proseguir una lucha sin otro objetivo que el crimen, estrangulamiento financiero. El recurso desesperado de convertirse en apéndice de las Farc en derrota, en nada fortalece a las dos agrupaciones terroristas.

Un adalid chino de la paz y la libertad

Vaclav Havel y otros*

El Tiempo, Bogotá

Enero 31 de 2010

El día de Navidad del año pasado, uno de los más conocidos activistas en pro de los derechos humanos de China, el escritor y profesor universitario Liu Xiaobo, fue condenado a 11 años de cárcel. Liu es uno de los principales redactores de la Carta 08 -petición inspirada por la Carta 77 de Checoslovaquia-, en la que se pedía al gobierno de China que cumpliera sus propias leyes y constitución, elecciones transparentes de los funcionarios públicos, libertad de religión y expresión y la abolición de la legislación contra la "subversión".

Por su valentía y claridad de pensamiento sobre el futuro de China, Liu merece el premio Nobel de la Paz de 2010. Dos son las razones por las que creemos que Liu sería digno de recibir ese prestigioso premio.

Por encima de todo, forma parte de la tradición de quienes han recibido el premio Nobel de la Paz como reconocimiento de su contribución a la lucha por los derechos humanos: por ejemplo, Martin Luther King, Lech Walesa y Aung San Suu Kyi, entre los muchos que el Comité del Nobel ha reconocido en años anteriores.

Estamos convencidos de que las ideas que Liu y sus colegas pusieron por escrito en diciembre de 2008 son a un tiempo universales e intemporales. Dichos ideales -respeto de los derechos y la dignidad humanos por parte de sus gobiernos y responsabilidad de los ciudadanos para velar por que así sea- representan las más elevadas aspiraciones de la Humanidad.

Si el Comité del Nobel optara por reconocer el valor y el sacrificio de Liu al articular dichos ideales, no sólo señalaría a la atención mundial la injusticia de la condena de Liu a once años de cárcel. También haría resonar amplificada dentro de China la defensa de los valores humanistas y universales por los que Liu ha pasado tan gran parte de su vida luchando.

La segunda razón por la que Liu merece el premio Nobel de la Paz está emparentada con la intención original de Alfred Nobel para el premio. Al esforzarse por promover los derechos humanos, la reforma política y la democratización en China, Liu ha hecho una contribución importante a los valores de paz y fraternidad entre las naciones invocados por Nobel cuando creó el premio hace más de un siglo.

Desde luego, la democratización no garantiza automáticamente un mejor comportamiento en el escenario mundial, pero sí que facilitaría un debate público exhaustivo y riguroso sobre las cuestiones fundamentales de las políticas interior y exterior de un Estado. Esa conversación activa e indagadora, distintivo de una organización política democrática, es la mayor esperanza en pro de decisiones más acertadas de los gobiernos, en su país y en el extranjero.

El compromiso de Liu con la defensa de la democracia en China va encaminada, por encima de todo, a beneficiar al pueblo chino, pero su valor y ejemplo puede contribuir a acelerar el amanecer del día en que la participación de China en los asuntos internacionales resulte facilitada por la pericia y la vigilancia de los grupos de la sociedad civil, unos medios de comunicación independientes y una ciudadanía comprometida y capaz de expresar sus opiniones mediante la papeleta de voto.

Por esas dos razones primordiales creemos que Liu sería merecedor del premio Nobel de la Paz de 2010. Al otorgar a Liu uno de los mayores honores del mundo, el Comité señalaría una vez más la importancia de los derechos humanos y la democracia, por una parte, y la paz mundial y la solidaridad internacional, por otra.

La intención de la dura sentencia de cárcel recibida por Liu es que sea ejemplarizante, una advertencia severa a todos los demás chinos que quieran seguir por la misma senda que él. Estamos convencidos de que hay momentos en que el compromiso cívico ejemplar, como el de Liu, requiere una respuesta ejemplar. Concederle el premio Nobel de la Paz es precisamente la respuesta que su valentía merece.

PRAGA.

* Václav Havel es ex presidente de la República Checa; Su Santidad el Dalai Lama es ex dirigente espiritual del budismo tibetano; André Glucksmann es filósofo; Vartan Gregorian es presidente de la Carnegie Corporation de Nueva York; Mike Moore es ex director de la Organización Mundial del Comercio; Karel Schwarzenberg es ex ministro de Asuntos Exteriores de la República Checa; Desmond Tutu es premio Nobel de la Paz; Grigory Yavlinsky es ex-presidente del Partido Unido Democrático Ruso, Yabloko. Copyright: Project Syndicate, 2010. Traducido del inglés por Carlos Manzano.

La insoportable delicadeza del cambio

Shlomo Ben Ami*

El Tiempo, Bogotá

Enero 31 de 2010

El primer año de Barack Obama en el poder ha sido un ejercicio aleccionador en los límites del poder presidencial. También conlleva lecciones sobre cómo las fuerzas resilientes e impersonales de la historia pueden coaccionar el impulso de cambio de cualquier líder. El actual "invierno de descontento" de Obama refleja de manera genuina el historial contradictorio de su primer año. La debacle electoral de Massachusetts no hizo más que resaltar la creciente fisura entre la agenda del presidente y las sensibilidades populares.

Hay que reconocer, Obama heredó un sistema financiero en bancarrota, un orden mundial decadente y la amenaza omnipresente del terrorismo global. En sus esfuerzos titánicos para frenar la caída y reformar a Estados Unidos, Obama ha mostrado visión y talento, pero también aprendió del modo más difícil que, como dijo Henry Kissinger en sus memorias, las promesas de los nuevos gobiernos casi invariablemente son como "hojas en un mar turbulento". Los plazos imposibles, la información siempre ambigua que se le suministra al presidente y las complejas elecciones que debe hacer, con demasiada frecuencia, tienden a chocar con restricciones políticas y la resistencia al cambio tanto de aliados como de enemigos.

La agenda doméstica del presidente es audaz y revolucionaria, pero se topa frontalmente con los principios más fundamentales de la cultura liberal e individualista de Estados Unidos. Su plan de reforma del sistema de salud, como demostró el voto de Massachusetts, se percibe como una obsesión personal y una distracción absolutamente innecesaria de cuestiones mucho más urgentes y vitales, como la crisis financiera y el desempleo.

Las prioridades de Obama en política exterior son definitivamente sólidas. Pero crear una estructura de relaciones internacionales que den lugar a un orden mundial más estable y duradero no es una tarea que se completa en el lapso de un año. Tampoco es una certeza, en absoluto, que los sacrificios que se le exigen a un país que ya se encuentra más allá de los límites de sus capacidades financieras, sumado a la resistencia de las potencias mundiales, vayan a permitir que esto se logre incluso en un solo mandato presidencial.

Irak está dando algunas señales positivas de recuperación política e institucional, pero los presagios para el futuro siguen siendo, según las propias palabras de Obama, "turbios". La desintegración de un país ya fragmentado, el regreso de la guerra civil y la sombra del poder de Irán irradiada sobre el estado iraquí son, todos, escenarios posibles.

Obama, un hombre de paz, se ha convertido en un presidente no menos belicoso que su antecesor. Tras haber visto las duras realidades del mundo 'tal cual es', se ha convertido en el defensor de la "guerra justa". En Afganistán, optó por un incremento militar sustancial, pero la idea de victoria que permitiría un retiro de tropas sigue siendo tan confusa e incierta como lo era en el caso de Irak. La solución es, en última instancia, política, no militar. El secretario de Defensa, Robert Gates, estaba en lo cierto al reconocer que los talibán son "parte del tejido político" de Afganistán y, por ende, "necesitan participar en el gobierno del país".

Pero esto tal vez no se logre sin involucrar a los principales actores regionales, entre ellos Pakistán, China y posiblemente Irán. La imposibilidad de la administración Obama de relanzar las conversaciones de paz entre India y Pakistán sobre Cachemira es una de las peores debilidades de su estrategia "AfPak" (Afganistán-Pakistán). Si no se logra controlar la hostilidad mutua de estos dos países, y un Afganistán fundamentalista sigue representando un centro estratégico a través del cual Pakistán amenaza a sus enemigos indios declarados, el desastre actual todavía podría alimentar la derrota.

Obama tiene razón cuando hace alarde de su éxito a la hora de lograr que China acepte que se apliquen serias sanciones a Corea del Norte, pero podría equivocarse si de esto saca conclusiones sobre Irán, un socio estratégico vital para los chinos. De la misma manera, la política de "tecla de reinicio" de Estados Unidos con Rusia en efecto ha mejorado las relaciones con el Kremlin, pero sigue siendo altamente improbable que los rusos pongan en peligro sus relaciones de privilegio con Irán sumándose a un sitio económico.

El miedo de Israel de que el fracaso de las sanciones pueda llevar a Estados Unidos a aceptar la convivencia con un Irán armado nuclearmente como sucedió con la Unión Soviética durante le Guerra Fría no es del todo infundado. La administración Obama no iniciará una guerra con un tercer país musulmán mientras los otros dos sigan ardiendo. Irán, llegado el caso, podría convertirse en el cementerio del sueño de Obama de un mundo sin armas nucleares.

George Bernard Shaw alguna vez observó que "en el arte de la paz el Hombre es un chapucero". Obama acaba de admitir que, en el proceso de paz palestino-israelí, un presidente también puede ser un chapucero. "Es un problema que no puede ser más difícil de resolver", admitió después de un año perdido de más error que prueba. Ingenuamente ignoró las duras lecciones de 20 años de proceso de paz abortivo, e insistió en apegarse al paradigma agotado de negociaciones directas entre las partes que, libradas a sus propios designios, tienden a estancarse. Fue encomiablemente humilde cuando admitió que se equivocó "al haber generado expectativas tan altas".

Sin un avance en el conflicto árabe-israelí, Obama se queda con el epicentro de los males de Oriente Medio minando seriamente toda su estrategia en la región. Aun así, sigue siendo la mayor promesa para un mundo mejor que esta generación política puede ofrecer. Y todavía tiene tiempo para reivindicar la creencia de Woodrow Wilson de que un "presidente puede ser un hombre tan grande como elija ser".

MADRID.

* Shlomo Ben Ami fue ministro de Relaciones Exteriores israelí y hoy se desempeña como vicepresidente del Centro Internacional Toledo para la Paz. Es autor de Scars of War, Wounds of Peace: The Israeli-Arab Tragedy. Copyright: Project Syndicate, 2010. Traducción de Claudia Martínez

Chile, Ucrania y Massachusetts

Moisés Naím*

El Tiempo, Bogotá

Enero 31 de 2010

Es difícil imaginar tres lugares más diferentes. O tres personas más distintas que Sebastián Piñera, Víctor Yanukóvich y Scott Brown. Los tres acaban de tener victorias electorales que no sólo tendrán importantes consecuencias para su país, sino que repercutirán en el resto del mundo.

Piñera ganó la presidencia de Chile el mismo día que Yanukóvich sacó una enorme ventaja en las presidenciales de Ucrania, pasando así a competir, el 7 de febrero, en una reñida segunda vuelta contra Yulia Timoshenko, la actual primera ministra. En Massachusetts, un Estado donde los miembros del partido demócrata son tres veces más numerosos que los republicanos, Scott Brown, un desconocido político republicano, fue elegido senador para ocupar el escaño que desde 1962 fuera del recién fallecido Ted Kennedy.

La política es siempre local y las preferencias de los votantes reflejan circunstancias muy específicas. En Chile, la popularidad de la presidenta Michelle Bachelet no bastó para compensar la fatiga de los votantes después de 20 años de gobierno de una misma coalición. Con Sebastián Piñera, la derecha chilena gana las elecciones presidenciales por primera vez en medio siglo.

En Ucrania, la sorpresa es que el actual presidente, Víctor Yúshenko, famoso por su protagónico rol en la revolución naranja, por su frontal confrontación contra Vladímir Putin y por su cara desfigurada por un misterioso envenenamiento con dioxina, sólo sacó 5,45 por ciento de los votos. El colapso económico del país, y el hecho de que el 81 por ciento de los ucranianos opinan que su país va mal encaminado, explican el repudio a Yúshenko, hasta hace pocos años el político más popular del país. "¡Hoy marcamos el fin del poder naranja!", declaró Yanukóvich al conocer su victoria.

Dos días después, en el otro lado del mundo, Scott Brown también celebraba una victoria histórica: por primera vez desde 1972 un republicano era electo senador por Massachusetts. De acuerdo con una encuesta de The Washington Post, los votantes de Massachusetts también están insatisfechos con la dirección en la que marcha su país, rechazan el activismo del Gobierno central y no apoyan las reformas del sistema sanitario que propone el partido demócrata. Un 65 por ciento de quienes votaron por Brown dicen haberlo hecho para expresar su oposición a la agenda de los demócratas que ahora mandan en Washington. Tanto Barack Obama como los líderes de su partido oyeron esta protesta y están reaccionando. Y aquí comienzan las repercusiones internacionales de estas elecciones locales.

La crisis económica hizo indispensable la adopción de nuevas reglamentaciones para el sistema financiero. Pero la torpe conducta de Wall Street, en particular la avidez por enormes e injustificables remuneraciones para los ejecutivos, ha creado un ambiente muy favorable a reformas financieras que tienen más que ver con la necesidad de aplacar la justificada furia de una población castigada por la crisis que con la racionalidad económica.

Antes de la derrota, la reelección de Ben Bernanke para un segundo periodo como jefe de la Reserva Federal de los Estados Unidos era segura. Ahora, los senadores demócratas ya no están tan convencidos; sacar a Bernanke es una oportunidad para decirles a los votantes que sus protestas han sido oídas. Nada de esto ha sido tomado con beneplácito por los mercados financieros.

La bolsa de valores de Nueva York tuvo su peor semana desde octubre, en Europa las acciones de los bancos cayeron precipitadamente al anticipar los inversores políticas más hostiles hacia ese sector, mientras que en Asia la incertidumbre sobre el impacto de las reformas también ha desestabilizado los mercados.

Scott Brown nunca imaginó que su improbable elección tendría tantas consecuencias en la política de su país y sobre los mercados financieros mundiales.

Los resultados de la elección en Ucrania también repercuten mas allá de sus fronteras, en particular sobre su relación con Rusia. Cuando en el 2008 se planteó la posibilidad de que Ucrania se uniese a la OTAN, Vladímir Putin reaccionó amenazando con anexarla de nuevo a Rusia.

En dos oportunidades Rusia bloqueó el suministro de gas a Ucrania y, por lo tanto, a Europa. Ucrania apoyó con tropas y armas a Georgia durante la guerra del 2008. Y las fricciones por Crimea son enormes. Es evidente, por tanto, que para el Kremlin la desaparición política de Yúshenko es una buena noticia. Su candidato es Yanukóvich, pero, en vista de que Yulia Timoshenko también puede ganar, Putin ya ha explicado que "con ella se puede trabajar".

Finalmente, las implicaciones internacionales de la elección de Sebastián Piñera en Chile son tan importantes como obvias. Hugo Chávez, Evo Morales y la familia Kirchner las entienden bien. Ellos saben mejor que nadie que en estos tiempos todo se conecta de maneras sorprendentes. Por todos lados.

* Editor de 'Foreign Policy'

¿Habrá Bogotá después de Samuel?

Maria Isabel Rueda

El Tiempo, Bogotá

Enero 31 de 2010

A Samuel Moreno hay que reconocerle, a mitad de camino de su administración, cinco logros. La actualización del catastro, el TransMilenio a Soacha, la conexión del sistema en el eje Décima, Caracas y NQS, el rescate de Metrovivienda y si es que logra hacerlo (porque con Samuel hay que hacer esa advertencia), su iniciativa del sistema integrado de transporte. Lo demás, comparado con el legado de sus antecesores, es casi un desastre.

Pero él quiere que en los medios digamos que se inventó la educación pública. Cuando llegó a la alcaldía, ya se atendía gratuitamente a más de 700.000 alumnos. Hoy son 300.000 más, pero eso no significa que se la inventó.

Quiere que digamos que se inventó los comedores comunales. Peñalosa inició el programa con 200.000 desayunos, refrigerios o almuerzos, y al final del gobierno de Lucho ya se entregaban 600.000. Él ha elevado la cifra a 673.000. Muy bien. Pero no se los inventó.

Quiere que digamos que él se inventó la atención nutricional en los jardines infantiles. Cuando llegó, ya se atendía a 41.000 menores de 5 años. Hoy se atiende a 45.000. No se la inventó.

Quiere que digamos que, gracias a él, Bogotá atraviesa en estos momentos un gran prestigio internacional. Imposible que se le deba a él, que está destruyendo las cosas importantes que había. No ha hecho un solo metro cuadrado de espacio público, ni un metro de acera, ni uno de ciclorruta. Por el contrario, les acaba de quitar a los bogotanos un posible parque, que le regaló a la Federación de Fútbol para que entrene la Selección.

¿Habría alguna posibilidad de que el alcalde Bloomberg, de Nueva York, les regalara a los Yankees un pedazo del Central Park? Ha dejado que la ciudad se llene de decenas de miles de vendedores, que se habían retirado con enorme esfuerzo. Y para complacer a Fecode, a Dussán y compañía, se han hecho todos los esfuerzos para sabotear los colegios por concesión, lo único efectivo para mejorar la vida de los más pobres.

Y aunque se le notan las ganas, no se ha atrevido a decir que Bogotá es la ciudad más segura del mundo. De la poca inseguridad que según él queda en la ciudad, no sabe si echarles la culpa a los desplazados o a los reinsertados, porque los revuelve, seguramente porque no los distingue.

Y digamos la verdad. Su plan insignia del metro va rumbo de ser lo que siempre fue: un eslogan de campaña. Esos 24 kilometruchos que planea construir no van a resolver en la ciudad ningún problema que no resuelva TransMilenio. Pero, en cambio, van a dejar a la ciudad absolutamente endeudada y sin posibilidades de hacer una sola troncal más o una vía nueva por 30 años, cuando para que Bogotá siga su rumbo en materia de transporte deberán construirse, según un estudio de los Andes, más de 200 kilómetros adicionales de TransMilenio antes del 2040.

En la 7a. se va a hacer una chambonada, que de TransMilenio no tiene sino el nombre. Solo llegará hasta la 100, lo mismo que el metro (si se hace), sin puentes sobre la 7a. en la 85, la 92 y la 127. Y toda la ciudad, de la 100 al norte y al oriente de la carrera 15, quedará totalmente bloqueada, sin transporte masivo, con trancones cada vez peores... Es un desastre lo que va a ocurrir.

Lo que pasó en la troncal de la Avenida El Dorado fue porque arrancaron la obra con los diseños incompletos. Ahora se muestran sorprendidos de que, en el camino, los Nule se quedaron ilíquidos. Eso lo hubieran descubierto antes, si los controles de la obra no los hubieran limitado a ir a mirar qué estaba pasando cada 3 o 4 meses.

Samuel está empeñado en que en los medios digamos que él se inventó la creación. Si quiere, lo hacemos, para que no haga pucheros y diga que lo queremos tumbar. Pero cuando se vaya, ¡déjenos alguito de Bogotá, Samuel!

¡SE ME OLVIDA! La presidenta Cristina Kirchner es científica. ¡Acaba de descubrir que la carne de cerdo cura la impotencia!

Venezuela: ¿desplome o no retorno?

Enrique Santos Calderón

El Tiempo, Bogotá

Enero 31 de 2010

Renuncia de ministros y altos funcionarios, inflación galopante, delincuencia desbordada, racionamientos eléctricos, popularidad en declive, protestas por el cierre de RCTV... Con razón muchos hablan del irremediable desplome de Hugo Chávez. Pero ojo: no hay que pensar con el deseo cuando del caudillo bolivariano se trata. Todas las cuentas alegres en este terreno han salido costosas.

Síntomas de deterioro no faltan, pero el hombre sigue atornillado. Y entre más emproblemado, más radicalizado. Al punto de que cada semana produce algún hecho que acerca más a Venezuela a un punto de no retorno. La expropiación de Éxito y la clausura del canal RCTV, para hablar de los más recientes, reflejan bien el muy acelerado ritmo que le está imprimiendo a su obsesión por imponer en Venezuela un socialismo autoritario inspirado en el "modelo" cubano.

Dos medidas que de alguna manera se complementan, pues fortalecen el control oficial sobre dos áreas estratégicas para la consolidación de su proyecto: la economía y la información. En la primera, la devaluación del bolívar "fuerte" hace tres semanas fue pretexto perfecto para iniciar el "asalto final" contra los medios de producción privados y acelerar la transición total al socialismo. En lo informativo, la salida del canal RCTV es otro paso de fondo en la política de silenciar progresivamente a los medios informativos independientes y cimentar las bases de un pensamiento único.

A Chávez hay que abonarle que no disimula sus intenciones. Cada medida que toma es consecuente con su objetivo final. No importa que pisotee las leyes y la propia Constitución por él promovidas. Problema menor, cuando se ha copado de tal manera el poder judicial y legislativo. Y cuando desde el Ejecutivo se puede reprimir tan descaradamente la disidencia política. Triste, pero cierto: a la vista de todo el Hemisferio están desapareciendo en Venezuela elementales garantías ciudadanas, como el derecho a la defensa o al debido proceso.

Una de las expresiones más tenebrosas del clima reinante es el matonismo oficial. La forma como esbirros del Gobierno agreden, en la calle o en los estadios, a quienes se atreven a protestar. Sucedió en estos días con los jóvenes golpeados por desplegar la pancarta que decía: "Luz, Agua y Seguridad: 3 strikes. ¡Estás ponchado, Presidente!". O con la joven que se atrevió a mostrar un aviso alusivo a RCTV. Si esto sucede con expresiones tan inofensivas de inconformidad, ¿cuál puede ser el futuro de la libertad de expresión en Venezuela?

¿Y hasta cuándo le durará la cuerda a Chávez? ¿Dónde está el punto de quiebre? Caracas es la ciudad más insegura de América y Venezuela el país más caro del mundo. Con corrupción rampante, inflación que puede llegar al 45 por ciento este año y racionamientos de luz y agua que han erosionado la imagen presidencial. Pero, al mismo tiempo, con una liquidez petrolera que todo lo tapa, una capa popular adicta al paternalismo estatal, una oposición aún desvertebrada y un caudillo carismático con plenos poderes.

Así las las cosas, el colapso del chavismo no se anuncia tan inminente como imaginan algunos. Consuela pensar que "no hay mal que dure cien años ni pueblo que lo resista". Pero el desenlace del drama venezolano no está a la vuelta de la esquina.

* * * *

Equivocada y peligrosa la propuesta del presidente Uribe de convertir a mil estudiantes subvencionados de Medellín en informantes de la Fuerza Pública. Después de lo sucedido con los 'falsos positivos' y su perverso esquema de incentivos, asusta pensar en los posibles efectos de semejante iniciativa.

Algo hay que hacer con el impresionante aumento de homicidios en la capital antioqueña (108 por ciento en el 2009), y es encomiable la preocupación constante del Presidente con la seguridad. Pero por ahí no es la cosa. Este remedio sólo agravaría la enfermedad.

Prudencia no es debilidad

Editorial

El Mundo, Medellín

Enero 31 de 2010

Las autoridades venezolanas han tenido que ir modificando su actitud de acusar a las nuestras de mentirosas.

La violación del espacio aéreo colombiano, el pasado miércoles, por parte de un helicóptero militar venezolano, que sobrevoló territorio de Arauca, en inmediaciones de la Decimoctava Brigada del Ejército, es un acto de agresión o, como mínimo, de provocación, que como tal, debía ser no sólo protestado sino denunciado ante los organismos internacionales competentes, como en efecto ha estado procediendo el gobierno del presidente Uribe, con pruebas en la mano y agotando para ello la vía diplomática.

La Cancillería colombiana denunció el mismo miércoles que “en un hecho inaceptable, un helicóptero de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela sobrevoló la ciudad de Arauca y la Brigada del Ejército colombiano. En una actitud prudente, las Fuerzas Militares colombianas no reaccionaron. El Gobierno de Colombia acudió a los canales diplomáticos y envió una Nota de Protesta al Ministerio de Relaciones Exteriores de Venezuela, solicitando las aclaraciones correspondientes”. Por su parte, desde Davos, Suiza, el presidente Uribe dijo que su intención era “interpretar el sobrevuelo como un error... La reacción nuestra debe ser: registramos el hecho, pero reaccionamos con total prudencia, como tiene que ser. El Gobierno de Colombia ha interpretado eso como un error, y no queremos pensar nada distinto”. Pero también advirtió: “Las Fuerzas Armadas de Colombia tienen que ser totalmente diligentes y además prudentes. La prudencia no se excluye con la diligencia”, lo que, en plata blanca, quiere decir que hay que estar preparados, no sea que nos cojan desprevenidos ante un ataque premeditado.

En contraste con la actitud serena pero firme del gobierno colombiano, su homólogo venezolano reaccionó al estilo que ya le conocemos. El canciller Maduro negó rotundamente que eso hubiera ocurrido: “Rechazamos absolutamente ese tipo de información, ninguna aeronave venezolana ha pasado los límites hacia Colombia”, y enseguida hizo gala de su insolencia, por aquello de que “la mejor defensa es el ataque”, diciendo que eso hacía parte de “una campaña sucia, brutal, de odio contra el pueblo de Venezuela, contra el presidente Chávez, para incitar sentimientos de desprecio contra nuestro país, en el marco de una política que pretende iniciar un conjunto de eventos para justificar hechos violentos, para violentar la paz en nuestra frontera”. Toda una retahíla que más parece una confesión de parte acerca de lo que ha sido, de allá para acá, una estrategia muy conocida de exaltación de un falso nacionalismo para presentar a Colombia como origen de todos sus males y desviar la atención de su pueblo de los graves problemas internos.

Al incidente del helicóptero se suman otros de reciente ocurrencia que no han sido motivo de protesta ni recibido mayor despliegue propagandístico, pero que no debieran pasar desapercibidos porque muestran una tendencia provocadora preocupante. Ese mismo día de la violación del espacio aéreo, fue retenido por unidades de la Infantería de Marina en territorio colombiano, un miembro de la Guardia venezolana, de nombre Juan Vicente Gómez Martínez, quien incluso, al verse sorprendido, disparó su arma con el aparente propósito de evitar la captura. Sin embargo, sin aspavientos, las autoridades migratorias lo pusieron a disposición de la Fiscalía en Puerto Carreño, la cual no encontró méritos para judicializarlo y dispuso su expulsión del país. Lo grave es que se trata del séptimo miembro de la Guardia Venezolana, en menos de tres meses, que es retenido en territorio colombiano, lo que lleva a dudar que se trate de simples errores o de actos individuales de indisciplina, por lo que la Cancillería no debería pasarlos por alto y denunciarlos como ha hecho con el sobrevuelo militar.

En vista de la firmeza con que Colombia presentó su queja y de las pruebas, documental y fílmica, irrefutables, que presentó el vicepresidente Francisco Santos al Secretario de la OEA y al Departamento de Estado de los EEUU, aparte de los testimonios de testigos del sobrevuelo, como el del propio comandante de la Decimoctava Brigada, el del alcalde de Arauca y los de vecinos de El Amparo, por donde ingresó y salió la aeronave del territorio colombiano, las autoridades venezolanas han tenido que ir modificando su actitud de acusar a las nuestras de mentirosas. El viernes, el viceministro de Defensa, Daniel Machado, ya no negó el hecho, aunque lo consideró un incidente menor, pero prometió “una investigación técnica que permita, mediante la triangulación de radares, establecer lo sucedido”.

Esa investigación puede que no llegue a ningún Pereira y que otros incidentes, provocados o no, vengan a ocupar la atención en el inmediato futuro, pero cuando el régimen de Chávez arrancó con tal ímpetu a negar el hecho, eso indica que el incidente sí es importante y que sí tiene una connotación de agresión injustificada a Colombia. Nos complace y nos parece digna de felicitación la manera como nuestro Gobierno sigue manejando las complejas relaciones con el belicoso vecino oriental, demostrando ante el mundo que el proceder de Colombia es más institucional y más serio que el de su contraparte venezolana.