Editorial
El Mundo, Medellín
Marzo 27 de 2009
Contrasta el entusiasmo multitudinario y el despliegue de recursos de todo orden para que la ciudad y el país se luzcan ante el mundo y para que a su vez cosechen los beneficios de un acontecimiento de esa magnitud, con la melancólica constancia de los eternos protestantes, representados aquí por un puñado de Ong y organizaciones sindicales, que a la manera que lo hacen sus homólogos en cada ciudad del mundo en que se realiza anualmente la Asamblea de Gobernadores, instalaron aquí un “foro alterno anti BID”, ampulosamente llamado “Asamblea de los pueblos”, dizque para invitar a las naciones de América Latina a “romper el lazo con las entidades multilaterales, como el BID, y a buscar como alternativa de financiamiento de su desarrollo el Banco del Sur”, el proyecto impulsado en el marco de la Unión de Naciones de Sudamérica. Vale la pena hacer notar esto porque lo que está pasando en Medellín con la Asamblea del BID da la medida de la respuesta del pueblo colombiano a las dos propuestas de organización estatal, gubernamental o de filosofías políticas – como se quiera ver –, una, la moderna sociedad democrática alineada en torno al liderazgo de los EEUU y la otra, la que nos propone el trío Chávez-Morales-Correa, bajo los engañosos nombres de “revolución bolivariana” y “socialismo del siglo XXI”.
Como no falta un lunar en toda obra grande, el BID llega a Medellín en medio de una polémica relacionada con las pérdidas por mil millones de dólares que habría tenido el banco en el 2008, atribuidas a inversiones en activos respaldados con hipotecas, calificadas a posteriori por los críticos como de “alto riesgo”, pero que, según las directivas del BID, no se consideraron arriesgadas en el momento en que se hicieron porque los activos que las respaldaron tenían calificación triple A. No conocemos a fondo los términos del debate y sólo queremos expresar nuestro vivo deseo de que las directivas del banco logren dar explicaciones satisfactorias y conseguir la recuperación de una buena parte de lo que se contabilizó como pérdida el año pasado. Por lo pronto, deseamos toda la suerte del mundo al presidente Luis Alberto Moreno en su reto de convencer a los miembros ricos del BID de incrementar sus aportes de capital para garantizar este año una cifra récord de crédito a los miembros prestatarios, por valor de US 18.000 millones.
El BID celebra en Medellín su medio siglo de existencia y se puede decir que desde la fundación del Banco en 1959, Colombia ha estado ligada al mismo, no sólo como cliente sino como promotor de su progreso, muy especialmente desde octubre de 2005, cuando llegó a la Presidencia el primer colombiano, el doctor Moreno – el cuarto presidente en toda su historia – luego de siete años de exitosa labor como embajador en Washington. Él recuerda, precisamente, cómo a sólo dos años de fundado, en el gobierno de Alberto Lleras, el BID hizo el primer préstamo a Colombia por 50 millones de dólares. Y en ese mismo año, 1961, hizo otro por US 76,8 millones a Empresas Públicas de Medellín para la ampliación y mejoramiento del sistema de acueducto y alcantarillado de la ciudad y el suministro de agua potable al Valle de Aburrá, para lo cual fue necesario desviar las aguas del río Negro hacia el embalse de La Fe.
Ese fue apenas el comienzo de una fructífera relación de EPM con el BID, sin cuyo respaldo crediticio tal vez no habrían sido posibles los grandes desarrollos, tanto en agua potable y saneamiento básico como en proyectos de generación de energía eléctrica, como las centrales de Playas, Porce II y Porce III. La última gran noticia fue la firma del crédito por US 450 millones para la construcción de la Planta de Tratamiento de Aguas del Norte, en Bello, en condiciones ampliamente favorables, a 25 años de plazo, con seis años de gracia y sin afectar las tarifas de acueducto y alcantarillado, con lo que los habitantes del Valle de Aburrá vemos más cerca el sueño de recuperar el río Medellín.
Sobran, pues, razones para dar a tan queridos amigos nuestra más calurosa bienvenida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario