viernes, 20 de marzo de 2009

De mal en peor

Editorial

Portafolio, Bogotá

Marzo 20 de 2009

No ha sido fácil la labor del equipo técnico del Fondo Monetario Internacional, encargado de hacer las proyecciones sobre la marcha de la economía mundial. Y es que aparte de las dificultades propias de predecir el futuro, la velocidad del deterioro ha sido tan grande que, en lugar de publicar sus cálculos cada semestre, la entidad ha tenido que cambiar sus números cada dos meses.

Así volvió a quedar en evidencia ayer después de que el organismo multilateral diera a conocer un trabajo que preparó para la reunión de ministros de los países integrantes del Grupo de los 20, que tuvo lugar el fin de semana pasado. En el documento queda claro que las cosas en el planeta van por peor camino, frente a las ya pesimistas perspectivas que se tenían en enero.

Así, de acuerdo con el FMI la producción mundial tendrá una contracción en el 2009, la primera desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Dicha caída oscilaría entre uno y 0,5 por ciento y representa una reducción de hasta un punto porcentual y medio frente a los estimativos de comienzos del año. El problema, sin duda alguna, está concentrado en las economías más desarrolladas, aunque las emergentes están sintiendo con fuerza el coletazo de la tormenta. De tal manera, el crecimiento negativo de Japón sería de 5,8 por ciento, el de las naciones integrantes de la zona euro de 3,2 por ciento y el de Estados Unidos de 2,6 por ciento. En contraste, los países en desarrollo mantendrían cifras positivas que fluctuarían entre 1,5 y 2,5 por ciento, un resultado que distaría de ser espectacular, pero que por lo menos podría limitar el deterioro en el empleo y los indicadores sociales.

¿A qué se debe un retroceso tan fuerte? Aparte de las causas conocidas, el factor más sorpresivo ha sido el tamaño de la descolgada. Según el Fondo, en el último trimestre del 2008 la producción mundial se redujo en 5 por ciento, algo sin precedentes. La peor suerte le correspondió a las economías industrializadas que se contrajeron 7 por ciento y fueron encabezadas por Japón en donde el resultado fue de -13 por ciento. No obstante, en el resto del mundo sucedió algo similar aunque en grado menor. A la luz de ese escenario, el estancamiento del PIB colombiano, registrado en el mismo periodo, no se ve tan mal.

Pero más grave que eso es la percepción de que la situación es susceptible de empeorar. Uno de los motivos es que el FMI alega que aunque los programas de apoyo fiscal, que incluyen una mezcla de menores impuestos y mayores gastos, son efectivos, es necesario un esfuerzo adicional, sobre todo en el 2010.

También resulta crítico estabilizar el sector financiero, pues la parálisis del crédito continúa, con lo cual se pueden ir al traste las pocas señales alentadoras que hay. Este último tema resulta fundamental para las economías emergentes que comienzan a sentir la escasez de liquidez internacional, así como el recorte en operaciones de las grandes multinacionales bancarias que tienen filiales en las más diversas latitudes.

Ese es uno de los factores que explica la gran volatilidad en los mercados de monedas, de la cual el peso colombiano no ha salido indemne. De la misma forma, son pocas las probabilidades de alzas en las materias primas que en la mayoría de los casos, con excepción de los combustibles, han vuelto a los niveles que tenían hace un lustro.

Así las cosas, e incluso bajo el supuesto de que no haya equivocaciones mayores en las políticas que adopten los países más ricos, la recuperación sería lenta y comenzaría sólo en el 2010. Para el Fondo, la producción mundial aumentaría tan solo entre 1,5 y 2,5 por ciento el año que viene, gracias ante todo a la dinámica del Tercer Mundo.

Es precisamente la suerte de las diversas regiones la que le interesa a Colombia, pues la salud del vecindario influye. Según el Fondo, la zona más afectada, aparte de las de mayores ingresos, será la de Europa Central y Oriental, así como los Estados que pertenecían a la antigua Unión Soviética.

Por su parte, América Latina se aproxima a cero, sobre todo por la recesión prevista en México. Queda la esperanza de que, en tan difícil escenario, Colombia logre mantenerse por encima del promedio regional, algo que a la luz de la continuación de la profunda crisis que sigue dominando el planeta, no sería nada despreciable. 

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