miércoles, 13 de mayo de 2009
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Las columnas de las mejores plumas liberales y democráticas de Latinoamérica.
La minoría política colombiana, la secta de la antirreelección, está convencida de que la mayoría política, los reeleccionistas, somos una turbamulta de oligofrénicos y tarados. Y nos lanzan (al pueblo colombiano) sus consignas opositoras desde la carátula de una revista semanal, pero las envuelven en la humilde presentación de un editorial que escriben con falsas pretensiones de imparcialidad y objetividad. Aceptan, incluso, ¡cuán humildes!, que sí, que bueno, que la primera reelección fue provechosa y hasta nos hizo parecer anglosajones; pero omiten recordar que actuaron como retrógrados antirreeleccionistas en el 2006.
El último intento de manipulación y desinformación Semano-caratular tiene todos los visos de sainete familiar. El dueño de la revista ultraantigubernamental, convertido ahora en jefe absoluto e indiscutible del movimiento de rabiosa oposición a Uribe, promueve la organización de sus fuerzas a través de un opíparo almuerzo diario.
Como él y sus comensales se sienten perseguidos y le aseguran al mundo que Colombia vive la peor de las dictaduras; y, dado que caracterizan al régimen como una simbiosis entre nazismo europeo y montesinismo criollo, han decidido cambiar todos los días el lugar de reunión: un día están en
Esa movilidad no es la búsqueda de más felicidad propia, sino una ingeniosa y necesaria manera de practicar la clandestinidad pública -o de publicitar su clandestinidad-, a la que están sometidos por obra de unos sabuesos oficiales que los persiguen con saña, según lo han denunciado, ríspidamente, también vía carátula semanal.
Algunos, guasones o malpensados, creen que no hay la alegada persecución, sino que los agentes del DAS y de
Ahora, el jefe de la oposición almorzativa y wiskisitiva cree haber sido visitado por una musa genial, que le ha soplado una táctica imbatible para regresar al poder que tanto disfrutó enantes: la candidatura presidencial de su hermano Alfonso López III. ¿Por qué no? Siempre la tercera es la vencida.
Su abuelo, reelecto, no pudo terminar el segundo período; su padre, electo, casi no termina el primer período y fue derrotado cuando intentó el segundo... Su hermano, entonces, será
La táctica genial de elegir a un tercer López sólo tiene un escollo: un tercer período de Uribe. Ellos, entonces, harán hasta lo imposible por evitar la presencia del intruso. Por eso: "¡No a la reelección! Un tercer período de Uribe tendría graves repercusiones institucionales para el país".
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