Rafael Nieto Loaiza
El Heraldo, Barranquilla
Octubre 4 de 2009
Las siguientes son las conclusiones más importantes de la gran encuesta realizada por Napoleón Franco, RCN TV, La FM y Semana:
En la política colombiana Uribe es Gulliver en un país de enanos. Si el Presidente es candidato, la contienda está resuelta en primera vuelta y de manera amplísima a su favor. Dos de cada tres votaría por Uribe. Le lleva 55 puntos a su más cercano competidor: tiene una intención de voto del 63% y Petro, segundo, sólo el 8%. Y eso que los encuestadores, quizás para arañarle unos punticos al Presidente, pusieron en la lista a precandidatos que no irían si Uribe se lanza (Arias, Santos y Sanín suman un 6%).
Si se realiza, el referendo está al otro lado. Un 66% de encuestados está de acuerdo con cambiar la Constitución para que Uribe pueda ser reelecto otra vez. Un 47.5% definitivamente votará positivamente el referendo. Y un 18.5% adicional probablemente lo hará. A Uribe le basta que lo haga un 25% para superar el umbral. Para la oposición, el futuro está en manos de la Corte.
Sin Uribe el juego está abierto. Habría un empate triple entre Petro, Santos y Arias, con un 11%. Fajardo marca 8% y Pardo y Sanín 7% cada uno. La segunda vuelta sería indispensable.
En el escenario sin el Presidente el uribismo no la tiene clara. Si quiere evitar el riesgo de que pasen a segunda vuelta dos candidatos no uribistas (Petro, Fajardo, Pardo), necesita definir una candidatura única de la coalición de gobierno.
A Petro le va muy bien. No sólo ganó su consulta interna, sino que su intención de voto (11%) es mayor que la de su partido (8%) y es el candidato de oposición que mejor marca. Lo malo es que su negativo es el más alto de los que tienen posibilidades (34%) y no es claro si puede mejorarlo entre aquellos que aun no lo conocen. ¿Cuánto pesará su pasado guerrillero? ¿Cuánto su afiliación al Polo?
A Pardo le va apenas regular. Aunque pasó del 1% al 7% ahora que es candidato oficial del partido Liberal, sólo recoge lo que tenían los otros precandidatos de su partido. Si en enero no está por encima del 10% no serán extrañas las voces que pidan la candidatura de César Gaviria. Pardo tiene una consolación: en la interpartidista con Vargas Lleras gana con holgura 38% a 23%.
A Fajardo le va mal. Con Uribe, baja del 6 al 3%. Sin Uribe, sólo llega al 8%. La candidatura se ve estancada y en la mejor de las hipótesis sólo podría doblarse, en el supuesto de que pudiera recoger lo que hoy tienen Mockus, Peñalosa y Garzón. No tiene partido ni estructura, la estrategia de “ni uribista ni antiuribista” se agotó, y si la polarización se agudiza su situación será peor.
A Santos le hace daño el silencio. Se cayó un 57% en la intención de voto. A Arias en cambio le va bien. Mantuvo su intención de voto y ganaría de sobra la consulta conservadora sobre Noemí Sanín (33% a 15%). Nada mal en medio del escándalo de los subsidios no reembolsables. Es claro en todo caso que ambos necesitan seguir en campaña aunque manifiesten públicamente su apoyo al referendo rerreleccionista. De otra manera la oposición les tomará ventaja.
A la cultura democrática hay que cogerla con algodones. El 44% quiere reelección indefinida, 17% adicional quisiera cuatro períodos consecutivos y 22% quiere tres. Entre más bajo el estrato y más joven se es, más apoyo tiene la eternización en el poder. Una curiosidad: ¡el 42% de los del Polo está favor de semejante idea!
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