Editorial
El Colombiano, Medellín
Octubre 21 de 2009
Satisface comprobar el buen momento que pasan las relaciones comerciales y diplomáticas entre Colombia y Brasil. El importante compromiso de los presidentes Álvaro Uribe Vélez y Luiz Inácio Lula da Silva de duplicar su comercio bilateral, reafirma los lazos entre ambos pueblos. Y así se observó, con la entusiasta participación de cerca de 200 empresarios de las dos naciones en el marco de la reunión de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo, para fomentar la integración y la inversión.
Un encuentro que sirvió también para demostrar que Colombia no está aislada, como lo hemos sentido en ciertos momentos, por causa del acuerdo de cooperación militar con Estados Unidos. El Presidente Lula sí ha entendido la finalidad de dicho acuerdo, y afirma que cree en la palabra de los mandatarios Obama y Uribe de que las siete bases colombianas no serán utilizadas para intervenir en la región, sino para atacar el problema del narcotráfico y el terrorismo en Colombia. Además, nos complace que el Presidente Lula haya manifestado su intención de proponer que en el Consejo de Seguridad de Unasur se muestren todos los acuerdos de cooperación militar y de defensa que tengan firmados los países miembros de la organización regional con naciones extranjeras, con el fin de que no haya secretos y se dé la justa sincronía. La exigencia de presentar los citados convenios no debe ser una obligación exclusiva de Colombia, tal como lo había afirmado el Presidente Uribe en la Cumbre de Bariloche.
Con este entendimiento político y comercial entre ambos países, el sector empresarial e industrial de Colombia tiene que continuar apostándole, de manera decidida y contundente, al mercado brasileño, máxime con la disminución de las ventas a Venezuela y Ecuador. En 2008, las exportaciones no tradicionales de Colombia a Brasil presentaron una dinámica positiva con un incremento del 62,3 por ciento y alcanzaron un total de 344,8 millones de dólares. A julio de 2009, sumaron 172,2 millones de dólares, según cifras de Proexport. O sea, mantienen un comportamiento similar. Aunque Lula y Uribe durante sus gobiernos han fortalecido las relaciones comerciales, es aún necesario incrementarlas, pues el comercio entre ambos países no ha crecido lo deseable y no alcanza ni al 20 por ciento de su potencial. Como bien lo dice el Mandatario colombiano, lo que se busca es que se "tumbe la pared de la frontera, 1.950 kilómetros, y que haya más integración. En la economía hay que pasar de la competencia a la complementariedad y a la integración".
Nuestro país tiene una amplia oferta de sectores productivos que pueden interesarle a Brasil: manufacturas, insumos, agroindustria y prendas de vestir. Además, se caracteriza por una buena gerencia. Y a su vez los empresarios brasileños pueden venir a Colombia a proyectar inversiones, por ejemplo en infraestructura, una de nuestras grandes carencias. El reto inmediato para lograr ser competitivos como sociedad desarrollada. Es bueno tener aliados como Brasil. No sólo por su calidad de potencia regional y actor global, sino porque es un país que cree en el poder del diálogo y del entendimiento como fuentes de legitimidad entre las naciones, como lo expresa su embajador en Colombia, Valdemar Carneiro Leao. ¡Con naciones así bien vale la pena jugársela!
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