sábado, 10 de octubre de 2009

Paramilitares en Venezuela

Editorial

El País, Cali

Octubre 10 de 2009

La Asamblea Nacional de Venezuela aprobó la ley que crea las milicias bolivarianas como un destacamento paramilitar de civiles uniformados y armados. Es el paso final para ahogar la democracia y consolidar un régimen para el cual la libertad se convirtió en enemigo.



El oficialismo explica que se trata de “integrar al pueblo a la seguridad y a la defensa de la Nación”, haciéndose eco de la idea del presidente Chávez de que Venezuela está en peligro de ser invadida por el ‘imperio’. Pero, para el diputado opositor Juan José Molina, se trata de añadir a las Fuerzas Armadas la militancia del partido de Chávez, uniformada y armada, con lo cual garantizará la concentración del poder y el sometimiento del pueblo”.


El modelo, que se empezará a aplicar con la creación de las primeras “milicias campesinas” en diciembre, es una copia de los comités de defensa de la revolución creados por Fidel Castro en Cuba. Y recuerda a las juventudes hitlerianas de la Alemania nazi, mediante las cuales los tiranos pudieron mantenerse en el poder acallando la voluntad popular.


Es un hecho que se creará un desequilibrio enorme en la sociedad civil, porque unos individuos, defensores de las ideas del régimen, podrán participar en las lides políticas con armas en la mano. Y quienes estén en la oposición, o disientan siquiera, no sólo estarán inermes sino que se encontrarán con la desventaja de que el poder estatal considera legítimos a los primeros y sospechosos a los segundos.


Así, la nueva ley ya no responde a la necesidad de defender a su país de Colombia o del “imperialismo”. Ahora es un peligroso instrumento para militarizar la sociedad venezolana, pues, además de la aberración de las milicias bolivarianas, se autoriza a los militares a desempeñar funciones civiles. Eso es una dictadura.


Y aunque la justificación de semejante despropósito se presenta como una serie de medidas extraordinarias para defenderse de amenazas externas y proteger la soberanía, en realidad lo que se busca es apuntalar al régimen chavista. Es el anticipo a la derrota que producirán los malos resultados de su gestión, y la manera de enfrentar una oposición civil cada día más fortalecida.


Cuando los venezolanos eligieron por primera vez al teniente coronel pensaron en generar un cambio que fortaleciera la democracia y consolidara la posibilidad de pensar distinto. Ahora eso no será posible si Chávez se sale con la suya e inunda al país con simpatizantes armados, encargados de amedrentar al pueblo en comunidades urbanas y veredas, de ejercer labores de inteligencia y contrainteligencia, como la nueva ley lo indica, y además con la protección de las Fuerzas Armadas.


Este es el paso más audaz de Hugo Chávez en su empeño por establecer una dictadura unipersonal en Venezuela. Que debe ser repudiado por todos los demócratas y del cual debiera ocuparse la Organización de Estados Americanos. De lo contrario veremos al hermano país sumirse en un baño de sangre y a su pueblo arrojado hacia el tenebroso camino de la guerra civil.

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