My. Gral. (r.) Henry Medina Uribe
El Colombiano, Medellín
Diciembre 11 de 2009
En días pasados llegó a mis manos un libro con el sugestivo título " Guerras inútiles - Una historia de las Farc ", de la Corporación Observatorio para la Paz, el cual me resultó útil para recordar el acontecer político y militar del país en los últimos cincuenta años y repensar sobre la actualidad nacional. El texto, como lo insinúa Antanas Mockus en el prólogo, facilita comprender la absurda obstinación y persistencia del movimiento subversivo que solo ha causado dolor, muerte y atraso, su degradación de movimiento insurreccional a su actual condición delincuencial narcoterrorista, como también la carencia de sabiduría del Estado para resolver la confrontación constructivamente, por encima de los miedos y los odios. De su lectura resultan evidentes las múltiples oportunidades perdidas para construir la paz, como también los exitosos resultados militares de la "Política de Defensa y Seguridad Democrática", que deberán conducirnos a la antesala de la concertación.
El libro termina hablando de las nuevas guerras. Cita, entre otras, aquellas contra el terrorismo, el narcotráfico, los agentes propiciatorios del mal o, incluso, contra amenazas provenientes de un país vecino. En sus últimas páginas afirma que el esfuerzo militar consentido y apoyado por la mayoría del pueblo colombiano se ha venido esfumando sin la definición de una política que logre ponerle límites a la guerra.
La palabra "límite" la usa dentro del contexto del pensamiento del filósofo español Eugenio Trias y su libro " La política y su sombra ". De él transcribe: "Se necesita una política, con su reflexión pertinente, que ponga límites a esa sombra, aunque sin perder de vista su imperiosa presencia retadora. Ése sería el proyecto de una política del límite que insista en éste como lugar de instigación y prueba".
Es que Trias ve a la seguridad como la sombra de la política moderna. Como la sombra que acecha, persigue y acompaña a la libertad. Por ello, según Trias, es necesario reflexionar sobre la seguridad para poder comprender la felicidad, la libertad y la justicia. Si la libertad y la justicia constituyen el cuerpo de la razón filosófica, el miedo y la seguridad constituyen su sombra. El miedo es el agujero negro que devora ideales como la libertad, la justicia, la igualdad, la fraternidad y la felicidad. El límite no es final, es borde y es la cercanía del otro que nos justifica. Así las cosas, el límite deja de ser muro para ser puerta. O es puerta y muro al mismo tiempo.
El miedo fue el factor determinante en la situación angustiosa que vivió el país durante la década de los noventa, ante la amenaza de la subversión y las debilidades producto de nuestras propias vulnerabilidades y errores en frente de una complejidad extrema e incomprendida. No cometamos equivocaciones similares en el campo externo que nos convoquen al miedo futuro. El deterioro gradual y permanente de las relaciones con el gobierno de Venezuela reclama no solo la solidaridad nacional y el apoyo a quienes tienen la responsabilidad de prever, prevenir, anticipar y proteger, sino el análisis y el debate sobre realidades que no se pueden ocultar.
El gobierno del país vecino ha pasado de la palabra a la acción. Sus actuaciones en el campo diplomático, político y militar hacen presumir la ejecución de una estrategia coherente que no debemos soslayar.
De nuestra parte, siendo consecuentes con las lecciones de la historia, debemos exigir la aplicación de una estrategia política y diplomática exitosa que aleje la más mínima especulación en torno a probar la efectividad de la estrategia militar y enfrentar otra guerra inútil. Necesitamos una política que fije nuestros límites para no llegar al escenario con que finaliza el libro que comento:
"El Estado colombiano tendría como función primordial atender las nuevas guerras. Con el gran riesgo de que, en el desarrollo de esas nuevas guerras cuyo campo de acción trasciende las fronteras patrias, se termine derrumbando el Estado nacional".
No hay comentarios:
Publicar un comentario