A la conquista de China

Editorial

El Colombiano, Medellín

Noviembre 30 de 2009

El hecho de que Colombia haya sido sede de la III Cumbre Empresarial China-América Latina, que concluyó el jueves en Bogotá, es buen síntoma de lo que podemos y debemos hacer para abrir más los mercados del gigante asiático. Es urgente conseguir el ingreso del país a la Apec y sacudirnos de la dependencia comercial de algunos malos vecinos.

En sentido figurado, durante muchos años, América Latina miró con sesgo la economía de China y puso restricciones al intercambio comercial con el país asiático, pues no podía competir en igualdad de condiciones por los costos de producción, capacidad instalada, tecnología y mano de obra, a todas luces desventajosas para una región emergente como la nuestra.

Ahora, en medio de la crisis mundial de la economía y una globalización que llegó para quedarse, muchos muros comerciales se han derribado y lo que antes era una amenaza, es hoy una oportunidad. Cuando se habla de oportunidades, sin duda, muchas miradas están puestas en China y por eso resulta más importante aún que Colombia haya sido la sede de la III Cumbre Empresarial China-América Latina, que concluyó el jueves en Bogotá.

La primera fue en Chile, en 2007, y la segunda en Harbin, China, el año pasado, donde se comprobó que el gigante asiático había puesto desde hace rato los ojos en la región y ahora es el segundo mercado exportador hacia América Latina. Las exportaciones hacia China aumentaron más del 40 por ciento anual entre 2000 y 2008, al pasar de 10.000 millones de dólares a 140.000 millones. Los grandes beneficiados han sido Chile, que tiene un tratado de libre comercio con China; y Brasil, que es el nuevo jugador comercial de la región, especialmente por su potencial en biocombustibles y alimentos.

Como lo dijo el Presidente Álvaro Uribe en la instalación de la Cumbre en Bogotá, el pasado miércoles, "el creciente interés de la región ha sido evidente, pero los avances y los focos de atención han sido dispares. Se hace necesario y urgente integrar las dos economías de manera equitativa, con beneficios recíprocos".

El Presidente Uribe se refería al desbalance comercial que existe entre Colombia y China. Entre enero y septiembre de 2009, por ejemplo, mientras el país exportó 523 millones de dólares, los chinos nos vendieron 2.636 millones, no obstante la reducción del 20 por ciento respecto del mismo período de 2008. La inversión china en nuestro país no alcanza este año los 100 millones de dólares. De ahí, la invitación del Gobierno colombiano: "Queremos que China venga y se meta de lleno en las grandes obras de infraestructura que se van a ejecutar y nosotros le ofrecemos toda la transparencia institucional". Esas obras están ubicadas, estratégicamente, en sectores de transporte (Metro de Bogotá, dobles calzadas), energía (Hidroituango) y tecnología.

Esas posibilidades de desarrollo económico de la mano de los chinos, cuya economía crecerá este año 9 por ciento pese a la crisis mundial, hacen urgente conseguir el ingreso de Colombia a la Apec como un paso fundamental para diversificar nuestros mercados y librarnos, de una vez por todas, de la dependencia comercial con algunos vecinos que pagan con insultos y agresiones nuestros gestos de cooperación y hermandad.

Celebramos que Antioquia esté trabajando duro por abrir esos mercados asiáticos y ojalá que los empresarios chinos encuentren en las grandes obras de infraestructura que se van a ejecutar, una valiosa oportunidad para invertir y facilitar el desarrollo de nuestras exportaciones hacia ese gigante, que ya no es una amenaza, sino una esperanzadora realidad.