martes, 15 de diciembre de 2009

La Nueva Narrativa

Ricardo Mejía Cano

La Patria, Manizales

Diciembre 15 de 2009



Por los canales de televisión y emisoras de radio oficiales, por la prensa escrita y sitios de Internet afectos al régimen, en prácticamente todo acto público, Chávez y sus subalternos, como reacción a la mencionada secuencia de reveses, empezaron a orquestar “La Nueva Narrativa”.


El mayor del Ejército norteamericano Nidal Malik Hasan mató hace unas semanas a 13 personas en el Fuerte Hood en EE.UU. No hay muchas explicaciones de por qué lo hizo. Tomas Friedman, el famoso columnista del New York Times y autor del libro “The World is Flat”, dio recientemente una: El mayor Hasan fue impulsado a la demente acción por “La Narrativa” de los terroristas árabes.


Según Friedman, “La Narrativa” es un cóctel propagandístico de medias verdades y mentiras descaradas, según el cual una alianza de EE.UU. e Israel declaró la guerra al Islam como parte de una gran cruzada para reprimir a los musulmanes. El grado alcohólico del cóctel aumentó sustancialmente desde la reacción norteamericana al ataque del 9/11.


Desde aquel desafortunado festín del terrorismo mundial, que marcó la cúspide de su capacidad destructora, los norteamericanos han cometido muchas estupideces, pero también aciertos: han logrado neutralizar a los terroristas Talibanes y han creado conciencia de la importancia de promover regímenes democráticos en Afganistán e Iraq. En opinión de Friedman, los disparates cometidos en Abu Ghraib no pueden opacar las acciones de los diplomáticos y soldados norteamericanos para que los árabes puedan disfrutar de un mejor futuro.


Después de más de dos décadas de esfuerzos de los norteamericanos, no todos exitosos, por establecer democracias en los países árabes y liberar a los musulmanes de la tiranía, “La Narrativa”, sostiene Friedman, se ha dedicado a publicitar lo contrario: “El propósito de los norteamericanos es doblegar al pueblo árabe-musulmán”. Si bien la mayoría de las muertes de musulmanes se producen en los ataques de los suicidas terroristas del Yihad, muchos de los noticieros locales achacan los muertos al deseo de los norteamericanos de masacrar al Islam.


El 22 de noviembre de 2007 el presidente Uribe dio por terminada la mediación de Chávez para el intercambio humanitario, ante el show y “boom” publicitario que éste le quería dar a un evento que más bien exigía discreción y prudencia. Diez días más tarde, el 2 de diciembre, Chávez perdió el referendo mediante el cual aspiraba a la reelección indefinida, y se hace manifiesta su pérdida de popularidad. El 1 de marzo de 2008 el Ejército colombiano mató al principal interlocutor de Chávez en las Farc: Raúl Reyes. Pocos días después se dio a conocer información contenida en los computadores de éste, confirmando su cercanía con aquel.

Por los canales de televisión y emisoras de radio oficiales, por la prensa escrita y sitios de Internet afectos al régimen, en prácticamente todo acto público, Chávez y sus subalternos, como reacción a la mencionada secuencia de reveses, empezaron a orquestar “La Nueva Narrativa”: Colombia es un país de narcoparamilitares, de lacayos al servicio del imperialismo Yanki que han permitido a éste tomar control de siete bases del Ejército colombiano, su presidente es “cobarde, mentiroso y cizañero” y el país se convirtió en la mayor amenaza para la región. Esta narrativa se transmite varias veces al día, todos los días, por todos los canales del régimen.


Joseph Goebels, ministro de propaganda de la Alemania nazi, fue famoso por su habilidad para desorientar al pueblo alemán, transmitiendo medias verdades o peor aún, haciendo aparecer como verdad, hechos que eran definitivamente falsos. Mientras divinizaba a Hitler, azuzaba el odio contra los judíos y los países vecinos. Gracias a su control absoluto de los medios y su utilización malintencionada, manipuló al pueblo alemán para que apoyara y marchara en la invasión de Europa.


La prudencia y discreción con que Colombia ha respondido a la agresión verbal y sandeces del vecino es encomiable. Pero alguna estrategia deberemos idear para evitar que este Goebbels del Siglo XXI anime a los Nidal Malik de la región a emprender actos dementes, o peor aún, que anime a unos despistados a una guerra, como en la historia del alemán.
Cuidémonos de “La Nueva Narrativa”.

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