Hernán González Rodríguez
El Colombiano, Medellín
Noviembre 30 de 2009
Entiendo que tanto la Corte Suprema de Justicia como algunos jueces, acogieron ya hace algunos días una tesis cuya aplicación no parece ser viable en numerosas circunstancias. De acuerdo con ésta, los jefes de una organización para combatir el terrorismo también pueden ser responsables “indirectos” de los crímenes atroces que cometan sus subordinados, sus miembros rasos.
Como consecuencia de tal tesis, si apareciera un presidente, general, ministro, funcionario público… en la línea de autoridad de una organización cuyos subalternos están involucrados en tales hechos, podrían ellos resultar condenados a más de 40 años de prisión.
Lo más probable parece ser que la Corte les descubra a algunos congresistas que sí recibieron apoyos electorales de grupos de los llamados paramilitares. Pero resulta sumamente improbable que puedan saltar a probar que un congresista integraba la cúpula de un grupo de autodefensas y que sí participó con ellos como autor intelectual de delitos atroces. Con otras autoridades públicas las pruebas parecen ser aún más imposibles.
Demostrar lo anterior entraña un gran desafío para la Corte y un motivo de preocupación para innumerables colombianos que anhelan que sus sentencias judiciales no tarden como sucede en la actualidad más de 10 años, y ahora, con este nuevo embeleco de la Corte, marchamos hacia décadas de injustificada espera.
Pero las medidas de la inefable Corte no se detienen en la tesis aludida. Si mal no alcanzo a comprender, de acuerdo con un artículo de la revista Semana, la Corte le ha exigido a la Fiscalía que no emita sentencias aisladas contra un solo acusado, que elabore juicios colectivos, completos, en bloque. Juicios tales que les permita a los colombianos ver y dimensionar las atrocidades de los grupos armados. Esto podría acarrearle al país más perjuicios que beneficios.
La revista Semana comenta en el artículo aludido que los magistrados de la Corte están actuando con una elevada dosis de idealismo, pues es prácticamente imposible hacer un solo juicio para casos como el del Bloque Norte, en el cual se han documentado 26.000 delitos cometidos en 20 años. Y así por el estilo para los 19 bloques de las autodefensas.
Los señores magistrados consideran que todo lo anterior se justifica por el solo hecho de conocer la verdad en su totalidad y su manera para conocerla es pescar con red y no con anzuelo. Pero el dicho popular nos recuerda que “quien mucho abarca poco aprieta”.
“El giro de esta jurisprudencia, concluye Semana, ha sido leído con suspicacia, especialmente, porque esta tesis no se asumió al comienzo del proceso sino ahora, cuando hay una mayor polarización política”.
Algunos colombianos consideramos más pragmático continuar tan sólo con algunos de los juicios que prometan resultados inmediatos y exigirle a la Corte que se dedique más a liderar una reforma a la Justicia, para que funcione en beneficio de todos. Porque las injusticias de nuestra Justicia, la llamada dictadura de los jueces, deterioran día tras día la imagen de nuestro sector judicial.
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