Por Gabriel Harry H.
El Colombiano, Medellín
Mayo 12 de 2009
Habla el escritor Hernández sobre la felicidad de la izquierda continental y
Dice el escritor con objetividad demostrada, que mientras las dictaduras de derecha terminan en la cárcel, las de izquierda son objeto de apología y exaltación; en el caso de Fidel Castro, exaltado y reconocido; en Cuba sus muertos, sus presos, su pueblo empobrecido valen poco, con tal de mantener vivo un credo anacrónico que vende ilusiones, jamás conquistadas. Eso es aceptado por muchos.
En Colombia el holocausto del Palacio de Justicia se lo cobran a los militares, mientras los ejecutores ocupan cargos públicos, viajan en carros oficiales, escoltados por personal del Estado y las Cortes enjuician a unos con pruebas endebles, pero no se ve la misma actitud con la información de los computadores de Reyes, que enjuiciarían a otros intocables.
En otro punto del escrito dice Saúl Hernández Bolívar, que hasta uno de los más conspicuos amigos de las Farc, el doctor Leyva, sentenció hace varios años que si Uribe no hacía el intercambio humanitario, sería llevado a
La oposición es necesaria, debe ser tenida en cuenta dentro de una democracia, pero, objetiva, golpeando cuando toca y donde debe ser, de esa manera es confiable en los debates, presta el servicio a la comunidad nacional y a la democracia, pero con base en injuria, mentiras y calumnias, todos los días será menos confiable.
La avanzada contra Uribe se nutre de la calumnia, de la mentira temeraria y falacias que crean los enemigos. ¿De qué se trata esta cacería? Dice el ex corresponsal de EFE en Colombia, periodista francés Jaques Thomet "solo un régimen democrático tolera, sin reaccionar, los insultos repetidos contra un presidente de la república". ¿Qué les pasaría a esos medios y escritores si ofendieran de esa manera en Francia, Venezuela, Nicaragua, Cuba? Habría que verlo.
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