Le Figaro, Paris
Por Arnaud de La Grange (Corresponsal en Pekín)
Mayo 15 de 2009
El exnúmero uno del Partido Comunista que se negó a dar la orden de disparar contra los estudiantes dejó un relato post mortem de los acontecimientos de Tiananmen. Del fondo de su tumba, Zhao Ziyang viene a una vez más a sacudir la manga de los dirigentes de China Popular.
Tres semanas antes del veinte aniversario de Tiananmen, el anuncio de la publicación de las Memorias inéditas del jefe del Partido comunista chino, destituido en esa época, es un llamativo descubrimiento. El ex número uno del PCCh se había opuesto a la represión del movimiento estudiantil de 1989.
Según Bao Pu, quien dirige la editorial New Century Press, Zhao no dejó instrucciones pero quería dar su versión de los hechos para impugnar la historia oficial.
Testimoniar para la historia
De hecho, Zhao Ziyang desbarata la versión oficial de que había una conspiración “contrarevolucionaria” y de que era inevitable la represión de una “banda de gángsteres”. En su relato se puede leer: “Yo había dicho en esa época que la mayoría de la gente sólo nos pedía corregir nuestras imperfecciones y no quería derrocar el sistema político.”
Tras ásperos debates y no pocas vacilaciones, todo se precipita el 18 de mayo, cuando se toma la decisión de imponer la ley marcial. Zhao se niega a votarla. “Me dije que, pase lo que pase, me negaré a ser el secretario general del partido que movilizó la tropa para disparar contra los estudiantes”, escribe.
Lo que siguió se verá en un emocionante film. Recordemos esas increíbles imágenes donde se ve a Zhao Ziyang cuando llega ante de los estudiantes en la plaza Tiananmen, durante la noche del 19 de mayo de 1989. El exhorta a los estudiantes a regresar a sus hogares y se disculpa ante de las cámaras. “Llegamos demasiado tarde”, termina por admitir con lágrimas en los ojos. En la noche del 3 al 4 de junio, el dirigente reformista vivió ese drama muy de cerca. “Yo estaba sentado a la entrada de mi casa con mi familia, cuando oí abundantes tiros, cuenta él. "Esa tragedia que iba a trastornar el mundo no había podido ser evitada.”
Pero Zhao no testimonia únicamente para la historia. El quería también pasar un mensaje para
Las Memorias de Zhao tienen pues todas las posibilidades de circular discretamente en China. Sin convertirse sin duda en un éxito de ventas clandestino, pues los esfuerzos oficiales para que las jóvenes generaciones olviden esos acontecimientos de la historia ha sido muy eficaz.
(Traducido por Eduardo Mackenzie)
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