domingo, 17 de mayo de 2009

Tiananmen: las emotivas Memorias de Zhao Ziyang

Le Figaro, Paris

Por Arnaud de La Grange (Corresponsal en Pekín) 

Mayo 15 de 2009

El exnúmero uno del Partido Comunista que se negó a dar la orden de disparar contra los estudiantes dejó un relato post mortem de los acontecimientos de Tiananmen. Del fondo de su tumba, Zhao Ziyang viene a una vez más a sacudir la manga de los dirigentes de China Popular.

Tres semanas antes del veinte aniversario de Tiananmen, el anuncio de la publicación de las Memorias inéditas del jefe del Partido comunista chino, destituido en esa época, es un llamativo descubrimiento. El ex número uno del PCCh se había opuesto a la represión del movimiento  estudiantil de 1989.

La historia misma de estas Memorias es una novela. Después de haber sido separado de la dirección comunista, Zhao será confinado en una residencia vigilada durante quince años, hasta su muerte en Pekín el 17 de enero de 2005. El libro es el fruto de una treintena de horas de grabación realizada en secreto: los casetes fueron entregados clandestinamente a alguien de su círculo íntimo y sacados también discretamente del país. El documento será publicado en mayo de 2009 en inglés, bajo el título de "Prisionero del Estado", por la editorial Simon & Schuster.

La versión china es casi un asunto de familia. El hijo de Bao Tong, ex brazo derecho de Zhao Ziyang, que  pasó siete años en prisión después de 1989,  publicará la obra en Hong Kong.

 

Según Bao Pu, quien dirige la editorial New Century Press, Zhao no  dejó instrucciones pero quería dar su versión de los hechos para impugnar la historia oficial.

 

Testimoniar para la historia

 

De hecho, Zhao Ziyang desbarata la versión oficial de que había una conspiración “contrarevolucionaria” y de que era inevitable la represión de una “banda de gángsteres”. En su relato se puede leer: “Yo había dicho en esa época que la mayoría de la gente sólo nos pedía corregir nuestras imperfecciones y no quería derrocar el sistema político.”

 

Tras ásperos debates y no pocas vacilaciones, todo se precipita el 18 de mayo, cuando se toma la decisión de imponer la ley marcial. Zhao se niega a votarla. “Me dije que, pase lo que pase, me negaré a ser el secretario general del partido que movilizó la tropa para disparar contra los estudiantes”, escribe.

 

Lo que siguió se verá en un emocionante film. Recordemos  esas increíbles imágenes donde se ve a Zhao Ziyang cuando llega ante de los estudiantes en la plaza Tiananmen, durante la noche del 19 de mayo de 1989. El  exhorta a los estudiantes a regresar a sus hogares y se disculpa ante de las cámaras. “Llegamos demasiado tarde”, termina por admitir con lágrimas en los ojos. En la noche del 3 al 4 de junio, el dirigente reformista vivió ese drama muy de cerca. “Yo estaba sentado a la entrada de mi casa con mi familia, cuando oí abundantes tiros, cuenta él. "Esa tragedia que iba a trastornar el mundo no había podido ser evitada.”

 

Pero Zhao no testimonia únicamente para la historia. El quería también pasar un mensaje para la China del futuro, sobre una transición gradual hacia una democracia a la occidental. “Realmente, el sistema occidental de democracia parlamentaria es el que probó tener la más grande vitalidad", dice él. "Si no tomamos  esta dirección, nos será imposible en China tratar las consecuencias del paso a la economía de mercado".  Ese año,  en varias oportunidades, los dirigentes chinos habían afirmado que esa evolución hacia el perverso sistema político occidental no hacia parte de la agenda.

 

Las Memorias de Zhao tienen pues todas las posibilidades de circular discretamente en China. Sin convertirse sin duda en un éxito de ventas  clandestino, pues los esfuerzos oficiales para que las jóvenes generaciones olviden esos acontecimientos de la historia ha sido muy eficaz.

 

(Traducido por Eduardo Mackenzie)

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