viernes, 25 de septiembre de 2009

DAS: ¿disolución o reforma?

Álvaro Valencia Tovar

El Tiempo, Bogotá

Septiembre 25 de 2009

Lo que conviene tomar como punto de partida frente a la crisis del organismo duramente cuestionado -y con razón- por el uso indebido de atribuciones autoadjudicadas, es arrojar claridad sobre la función de inteligencia estratégica para la cual existe y debe prepararse adecuadamente. Los múltiples comentarios, columnas de prensa y discusiones políticas de alto nivel indican por lo general desconocimiento del sentido mismo del término.

Dentro del vasto universo de la Inteligencia, así con mayúscula, tanto militar como política, entendida como el esfuerzo del Estado por identificar y detectar las amenazas contra la nación que gobierna, el ámbito estratégico es el que cubre riesgos, peligros, amenazas externas. O sea, precisamente, el que corresponde al DAS o sus organismos equivalentes en cualquier nación que disponga del instrumento legal y los medios necesarios para esta tarea vital.

Se advierte en el accionar del DAS, no de ahora sino de los últimos años, la desfiguración funcional y su extensión a misiones internas en un todo ajenas a lo que le es propio. Servicio de escoltas, funciones de política interior, vigilancia de sospechosos de atentar contra el Estado de Derecho, lo único que consiguen es desviar la institución de su función primaria y llevarla a convertirse en organismo político partidista o a colocarse al servicio de intereses electorales, obsesión final de los aspirantes a cargos de elección popular. De semejantes mixturas y desviaciones, la resultante final es el desprestigio, el descrédito, la desconfianza pública, que lo tornan inoperante y corrupto.

De estas premisas se puede partir hacia el examen desapasionado y objetivo de la situación actual del DAS. De este escrutinio no pueden omitirse elementos históricos de lo que ha sido el servicio de inteligencia en épocas recientes, tomando como base el inmediato antecesor del DAS, famoso, pero no exactamente por el acertado desempeño de su función natural, sino por el carácter represivo de su esfuerzo, centrado en el orden interno, afectado por la política sectaria. Nos referimos al SIC (Servicio de Inteligencia Colombiano). El presidente Alberto Lleras Camargo, al asumir el gobierno del Frente Nacional, reestructuró el organismo, comenzando por darle su nombre actual. Su primer director fue el coronel en retiro del Ejército, oficial de extraordinarias capacidades, profesional íntegro y un estudioso de las ciencias militares, entre estas la Inteligencia en sus diversas funciones y actividades. El DAS nació, pues, como órgano profesional sólido, cimentado en principios éticos, eficiente y confiable, dependiente en forma directa del Presidente.

De este primer capítulo, que se perpetuó en forma de tradición, se deriva la primera y quizá más importante lección. El DAS no se les puede entregar a políticos impreparados, sino a personas capacitadas que cumplan sus delicadas funciones -y las hagan cumplir a sus subordinados- con los criterios y brillantez de su fundador. Segunda lección: no debe burocratizarse ni convertirse en fortín político porque pierde su eficiencia, equivoca sus funciones y termina por caer en los abismos que hoy producen -o pueden producir- su desintegración. No tanto por la ineficiencia y corrupción que lo invaden, sino por la pérdida del rumbo funcional y técnico que le es propio y la invasión de espacios ajenos a su quehacer, dolamas que no son de hoy y se originaron cuando esas dos grandes y fundamentales lecciones se olvidaron para caer en los vicios de la burocracia agigantada e ineficiente del Estado, invadido por politiquería y corrupción.

Reducir la misión del DAS a un simple servicio de extranjería es prescindir de un instrumento vital para la seguridad nacional y cargarle a la Policía Nacional responsabilidades que no le corresponden y conducirán a complicar sus propias funciones, de suyo complejas en gracia -o desgracia- al conflicto armado que la exige al máximo y de ninguna manera conviene sobreextender.

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