lunes, 28 de septiembre de 2009

¿Será que de ésta no nos salvamos?

Bernardo Mejía Prieto

La Patria, Manizales

Septiembre 28 de 2009


Tal como están las cosas en nuestras relaciones con Venezuela, todo parece indicar que no nos vamos a salvar de tener un conflicto armado, lo que sería totalmente fatal para los dos países tanto para su crecimiento y desarrollo como para complicar el estado de ánimo y la calidad de vida de los pobladores.


Desde que llegó al poder hace 10 años, del señor Chávez siempre se tenían temores de que cuando empezara a ver que su proyecto de gobierno comenzara a deteriorarse, su cortina de humo para manejar el descontento de sus gobernados, iba a ser enfrentarse contra Colombia.


Todas las noticias que llegan de Venezuela son malas. La economía atraviesa por un mal momento, la inflación está por los lados del 30% anual, la inseguridad está disparada. Caracas se está convirtiendo por efectos de los atracos y de los secuestros en una ciudad invivible. Además el país anda sumido en una total y completa ola de corrupción.


El presidente Chávez, por efectos del precio petrolero y por el volumen de exportaciones que tiene este país de este recurso natural, pudo ser recibido y atendido durante muchos años de manera muy especial en algunos países latinoamericanos. Trato que ha ido perdiendo con el paso de los días. Para la muestra, el acercamiento que estamos teniendo con Ecuador, país que respaldaba y aparentemente hacia todo lo que Chávez le decía.


Esta caída de imagen, tanto local como internacional, además de su formación militar, lo están llevando a armarse y a prepararse para una confrontación armada.


Ya la historia mundial nos ha mostrado el estilo que manejan este tipo de personajes. Sólo basta repasar lo que hizo Hitler para darse cuenta para dónde va el señor Chávez. Claro que hay una gran diferencia entre el pueblo alemán y el venezolano. Al fin y al cabo Alemania ha sido una potencia mundial, mientras que Venezuela sólo tiene petróleo. Sin embargo, lamentablemente así dure unos pocos días la posible confrontación, el daño que puede hacer a los dos países es muy grande.


De locuras de este tipo de personajes tenemos ejemplos muy claros, como lo que sucedió no hace muchos años en la Argentina, cuando el poder lo tenían los militares, quienes ante un debilitamiento de su gobierno les dio por embarcar a ese país a una guerra absurda y totalmente desigual contra Inglaterra.


Lo más deplorable es que estos “vientos de guerra”, como inclusive los está denominando Chávez, estén llegando a la mayoría de los países latinoamericanos. Países que en medio de su pobreza y de sus complejidades sociales están tomando la decisión de armarse y fuera de eso están mirando con recelo a sus vecinos y reviviendo peleas y conflictos antiguos y sin resolverse.


En condiciones normales no estaría de acuerdo con la firma del convenio que el presidente Uribe firmó con los Estados Unidos para el establecimiento de las bases militares en nuestro país. Sin embargo, ante las amenazas del señor Chávez lo mejor que podemos hacer es prepararnos para poder tener con qué defendernos ante un posible ataque de los venezolanos. Lo más delicado es que los seres humanos nunca entenderemos, ni aceptaremos, que las armas no son defensivas, sino ofensivas. El único que entendió esto y lo puso en práctica con mucho éxito fue el señor Gandhi, pero después de él ningún gobernante ha retomado sus consejos y enseñanzas. Otro factor que debe de tener muy aburrido al señor Chávez es ver que por lo que él tiene que pagar varios miles de millones de dólares a Rusia, Colombia recibe un mejor armamento y totalmente gratis.


Ya Chávez nos tiene sumidos en un bloqueo económico y está disminuyendo los permisos para que nuestras empresas de aviación puedan aterrizar en su país. Prácticamente tiene las fronteras cerradas y no permite el comercio con su país que hasta no hace muchos días era dinámico y activo. La verdad, tal como están las cosas estamos llegando a un punto de no retorno.

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