Por Federico Hoyos Salazar
http://www.fhoyos.blogspot.com/, Medellín
Septiembre 22 de 2009
Estamos viviendo una carrera armamentista en América Latina. No es coincidencia que en un mismo año Brasil haya firmado un potente acuerdo militar con Francia, Chile haya pasado a ser el tercer país con mayor gasto militar de la región y Venezuela haya firmado un acuerdo militar con Rusia por más de 4.400 millones de dólares, además de fortalecer relaciones con comerciales y militares con países de gobiernos cuestionables como Irán y Libia. El efectó dominó consiste en que cuando un país aumenta sus sitemas de defensa, sus vecinos hacen lo mismo puesto que sienten un desequilibrio de poder. La iniciativa de incrementar la capacida bélica, causa un efecto desencadenante entre los demás países de la región. El efecto dominó armamentista que se ha iniciado por las intenciones expansionistas de la Revolución Bolivariana y ha encontrado como excusa detonante el conflicto armado colombiano.
Existen diferentes causas que han iniciado un efecto dominó armamentista latinoamericano. Una de las razones principales ha sido el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas colombianas; los diferentes golpes certeros al corazón de grupos como las FARC, ha resultado en la desestabilización militar y política de este grupo insurgente y en su repliegue a países vecinos como Ecuador y Venezuela. El detonante de la retórica belicista de países como Ecuador y Venezuela seguido de la actual carrera armamentista de algunas naciones de la región, se inició con el bombardeo a un campamento de las FARC ubicado en la frontera colombo-ecuatoriana en donde murió el segundo al mando de esta organización terrorista.
Desde la incursión militar colombiana en territorio ecuatoriano diferentes países del continente como Chile, Venezuela, Brasil y Estados Unidos han empezado a mover sus fichas en el tablero geopolítico de la región. Venezuela aprovechó el bombardeo al campamento de las FARC como excusa para fortalecer su discurso de expansión política en la región y posteriormente aumentar su arsenal por medio de los acuerdos con países como Rusia e Irán. Al existir serios indicios de que el gobierno venezolano ha financiado y protegido a las FARC además de haber amenazado a Colombia en diferentes ocasiones con un enfrentamiento armado, Colombia ha buscado afianzar los vínculos políticos, comerciales y militares con Estados Unidos, hasta el punto que militares de ese país tendrán presencia en diferentes bases colombianas. Este hecho servirá como factor disuasivo para las intenciones bélicas de Chávez en contra de Colombia. La intención expansionista de un proyecto político socialista por parte de Venezuela es conocida aunque no justificada. La pregunta que queda sin responder es: ¿por qué Brasil y Chile se están armando también?
A diferencia de los demás países en la región, el alto gasto militar colombiano se debe al conflicto entre Estado y fuerzas ilegales que buscan tomarse el poder por medio de la vía armada. El gobierno colombiano tiene la obligación constitucional de defender a su población de los agresores internos y externos. En Colombia hay un conflicto armado que explica el gasto y los acuerdos militares con otros países, pero, ¿qué explica el de los demás?, ¿justifica una enfermiza obsesión con una posible invasión norteamericana que la región entera inicie en una carrera armamentista? Es una pena que el conflicto interno colombiano haya sido usado como una excusa por países como Venezuela y Ecuador para desencadenar un efecto dominó armamentista latinoamericano. Es una lástima también que los colombianos ahora tengamos una preocupación adicional a la de la amenaza terrorista que nos ha agobiado durante décadas.
El peor error que el gobierno colombiano puede cometer es minimizar y no tomarse en serio el juego armamentista de la región, no podemos olvidar que tenemos un vecino que como dijo la revistaThe Economist, está determinado a jugar en las grandes ligas de la política mundial. Tampoco podemos olvidar que Colombia es su objetivo.
Post Scriptum: Cualquier iniciativa que lleve alegría y esperanza a los pueblos oprimidos por el totalitarismo es positiva. Felicitaciones Juanes.
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