sábado, 26 de septiembre de 2009

Elecciones y reelecciones

Jaime Alzate Palacio

La Patria, Manizales

Septiembre 26 de 2009


Me atrevo a señalar ciertos puntos importantes sobre lo que creo va a suceder mañana a partir del momento de cierre de la urnas.


Después de muchos días de un ambiente increíblemente tenso a raíz de las elecciones que se realizarán mañana para tratar de ir clarificando las cosas respecto al nombre del candidato presidencial para el nuevo período que comenzará en agosto del año entrante, por fin ha llegado la fecha tan esperada por los distintos candidatos, y el panorama se muestra bastante oscuro.


Lo único claro es, sin duda, que si el presidente Uribe toma finalmente la decisión de lanzarse a la segunda reelección no quedaría títere con cabeza, por las abismales ventajas que les lleva en las encuestas a sus más cercanos contendores, quienes a duras penas alcanzan a salir en las fotos.


Como todavía me quedan 24 horas para hacer vaticinios, me atrevo a señalar ciertos puntos importantes sobre lo que creo va a suceder mañana a partir del momento de cierre de la urnas.


Lo primero que se hará resaltar es la gigantesca abstención que fácilmente puede sobrepasar el 70%, no del volumen potencial de votos, sino de la cifra que ya debería estar establecida, haciendo de cuenta que somos un país con cierto nivel de desarrollo y que ya hemos sacado de las listas de personas no aptas para votar, a los muertos de los últimos 30 años, quienes a pesar de estar gozando de las delicias de paraíso, todavía siguen figurando en el censo electoral, sin siquiera mosquearse.


Tampoco, y eso que la ley lo exige, han sido excluidos los miembros de las Fuerzas Armadas, que si lo quisieran podrían poner una buena cantidad de votos, al menos mayor que las que sacó cierto representante del partido Liberal que con algo más de 700 sufragios no sólo resultó electo por falta de materia prima, sino que también terminó preso como sus antecesores.


Después vendrá el triunfalismo de los tránsfugas que a última hora se voltiareparon, dando una clara demostración de que los partidos políticos en Colombia son verdaderos circos, que no tienen la mínima estructura de principios, y que todo lo basan en el clientelismo y la corrupción con tal de salir pensionados con sumas que ya se quisieran los grandes cacaos banqueros.


Aquí también hay que incluir a los uribistas, que somos la inmensa mayoría, algunos por furibismo sectario como el suscrito, y otros por el arribismo con que nacieron y que no se los va a quitar nadie.


En seguida se oirán los lamentos por doquier del glorioso partido Liberal el cual por el pésimo manejo que le ha dado Gaviria, el cantagallo, y la desinteresada ayuda del elefante que lo que toca lo ensucia y de su fila de candidatos que más parecen candidotes, acabaron del todo con el partido de Uribe Uribe, Gaitán y los Lleras, para solo nombrar a los mas representativos.


Finalmente, vendrá un agarrón del carajo entre los distintos matices de los mamertos del Polo echándose la culpa unos a otros, quedando al final convertido en un estiercolero que ni con candela van a poder quitarle el mal olor deje.


Entonces, ¿qué sucederá después? Que ante este espectáculo tan deprimente el país reforzará, aunque existan reticencias, la nueva reelección de Uribe, y pasado el lujurioso escalofrío, volveremos durante algunos meses a otro período de calma chicha hasta que se aproxime la fecha de una tercera reelección y todavía no habrá una sola persona que sea capaz de enfrentarse democráticamente a Uribe, y, Dios no lo quiera, volvamos a lo mismo.


P.D.: Solo hay una gran tragedia en la vida de una mujer. El hecho de que el pasado es siempre su amante, y el futuro invariablemente su marido.

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