martes, 29 de septiembre de 2009

Memorando a Obama (II)

Vicente Torrijos R.

El Nuevo Siglo, Bogotá

Septiembre 29 de 2009


Como veníamos diciendo, presidente Obama, usted va a tener que hacer un esfuerzo por llevar a su gobierno mucho más allá de la metáfora del “Yes We Can!” para ayudar a instaurar en el mundo un equilibrio de poder compartido, selectivo y contributivo.


De hecho, es fácil constatar ahora en las calles de Washington que uno de los lemas más populares es algo así como “A mí no me acusen: yo voté por McCain”, con lo cual, a usted sólo le quedan dos opciones: creerse el cuento del expresidente Carter y enconcharse en la idea de que lo están criticando asiduamente sólo por ser negro, o tomarse en serio la creciente oposición para darle de una buena vez el timonazo al manejo de los asuntos públicos, sobre todo a aquellos que entrelazan lo local y lo global.En ese sentido, ni se le ocurra archivar bajo llave el mejor sistema disuasivo de su país, es decir, el escudo anti-misiles. Por supuesto, los rusos y los iraníes están encantados de que usted lo haya suspendido, haciendo “una notable contribución a la paz” y ridiculizando, de paso, a checos y polacos, pero no se olvide que si los Estados Unidos tuvieron primero el arma atómica o pisaron la Luna antes que la Unión Soviética, fue porque nunca cedieron al chantaje y jamás renunciaron a mantener la iniciativa tecnológica y científica dejándola gratuitamente en manos de sus adversarios.


Asimismo, defina de una vez por todas su política hacia Medio Oriente concentrándose en reforzar la alianza con Israel, robusteciendo al máximo a Fatah, y promoviendo la eventual creación de un Estado palestino en Judea y Samaria, lo que, en el fondo, significa que usted hará todos los esfuerzos por doblegar a Hamás hasta lograr la reunificación palestina haciendo de Gaza un territorio libre con el que Tel Aviv también pueda convivir al menos respetuosamente.


En definitiva, eso supone que usted deberá evitar las malas compañías, sobre todo las de su propio partido. Así como tuvo el buen juicio de ratificar en el cargo al Secretario de Defensa nombrado por el presidente Bush, ahora bien haría en rechazar la cizaña que a todo paso van sembrando contra Colombia los congresistas Baldwin, McGovern y Schakovsky.


En otras palabras, no se conforme sólo con descertificar a Venezuela, Bolivia y Birmania por su complacencia con las drogas y plantéese ya mismo la viabilidad de sancionarlos porque, al parecer, usted está siendo el último en enterarse de que esos dineros mal habidos ya estarían empezando a usarse tanto para financiar a las Farc como para intervenir en los asuntos electorales de países libres en nuestro hemisferio como Perú, Colombia y Panamá

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