Editorial
La Patria, Manizales
Septiembre 29 de 2009
Conocidos los resultados de las consultas internas de los partidos Liberal y Polo Democrático Alternativo, que el pasado domingo escogieron sus candidatos a la Presidencia de la República para el período 2010-2014, beneficio que obtuvieron Rafael Pardo y Gustavo Petro, respectivamente, sólo queda preguntar si en esa pobre manifestación en las urnas está la actual oposición política al gobierno en el país.
Aunque surgen elementales dudas frente a dicho interrogante al ver la representación popular que tanto una como otra colectividad tienen en el legislativo, donde se muestran activas y con inmensa capacidad de deliberación y de crítica, la escasa participación en las urnas esta vez, algo que se preveía, aunque no en los niveles en que se registró, hace pensar que los contrapesos, que tanto se necesitan en una democracia, están fallando y por lo tanto hay que revisar urgentemente el tema.
Valen las celebraciones de los triunfos así hayan sido por bajos márgenes de participación. Lo que no se puede hacer es desconocer que hay una pobreza extrema en las votaciones, ello para evitar reparos a la forma como se hizo la campaña o a la capacidad de convocatoria que de sus seguidores tienen los partidos contados y sus candidatos.
Por eso presentamos hoy nuestra voz de alerta pues frente a la posibilidad latente de una segunda reelección del presidente Álvaro Uribe, algo que creemos inconveniente para evitar caudillismos y porque frena procesos de renovación, las dos principales fuerzas opositoras se quedaron con un pobre registro, como si estuvieran perdiendo el entusiasmo y las ganas.
Un poco lo que han querido hacer ver los tímidos triunfantes es que lo sucedido no es tan grave y que por eso no hay que magnificar tanto el tema. No obstante, ¿cómo callar frente a semejantes resultados cuando comparativamente con hace cuatro años se bajó en votos?, o ¿cómo no dudar de la legitimidad de una escogencia democrática cuando en ella se registra una abstención superior al 90% del potencial de votantes?
Técnica y legalmente no se les puede quitar ni negar el derecho que les asiste a Pardo y a Petro de ser candidatos, pero sí necesitan, y ese es el gran reto que tienen ambos, despertar a sus simpatizantes o a los que se oponen al continuismo para comenzar a fortalecer programas e ideas que los hagan viables para enfrentarse a una elección presidencial.
La idea de hacerlo debería partir, primero del trabajo y crecimiento que cada uno tenga dentro de su partido y lo que puedan sumar por simpatías de otros movimientos o de ciudadanos independientes, y segundo de la posibilidad de una alianza interpartidista, que es quizás lo que más esté tomando fuerza en este momento. Sin embargo esta última alternativa es muy peligrosa pues significa buscar que tres o cuatro aspirantes se pongan de acuerdo para ceder en favor de uno en determinado momento y eso representa renunciar a vanidades, a ideales y al poder absoluto.
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